Regalo de cumpleaños para @Humenazaki happy birthday ❤️
Wonwoo sentía la suave brisa algo salada chocando contra su rostro mientras que el olor de Alessandra se mantenía concentrado en su almohada, lugar en el que enterró su rostro para aspirar su aroma tanto como sus pulmones se lo permitían. ¿Era posible enamorarse de un olor? De hecho, así lo creía, al menos desde que la vio por primera vez y la rodeo entre sus brazos, escondiendo su propia cara en el cuello de ella.
Con los ojos aún cerrados, escuchaba de fondo las olas chocando unas contra otras con calma y a las pocas gaviotas que revoloteaban por allí. Wonwoo alargó el brazo, tanteando, hasta que sintió el camisón de seda entre sus dedos y lo atrapó para que no se escapara, haciendo que la dueña de este soltara una pequeña risita. Con torpes movimientos, el chico se pegó completamente a ella mientras que la misma jugueteaba con su cabello entre sus dedos, despeinando aún más si cabe aquel nido de pájaros de su cabeza. Con pereza y molesto por la fuerza de los rayos del sol en la mañana, Wonwoo escondió su rostro en el cuello de ella, haciéndole cosquillas con su afilada nariz. No había podido pegar ojo en toda la noche y todo gracias a Alessandra, bufó sonoramente.
―Shhh, no hagas ruido, Ale por fin se ha quedado dormida. ―Poco a poco, Wonwoo abrió los ojos para encontrarse a un par de centímetros con el rostro de su esposa, Selena. A pesar de los años desde el día en el que la conoció, ella se mantenía radiante, preciosa como nadie más ante sus ojos –exceptuando a su hija –a pesar de que unas oscuras ojeras se coloreaban bajo sus ojos.
―Ni lo digas o pronto se pondrá a llorar. ―Sin embargo, el bebé parecía estar dispuesta a jugar pues en el momento en el que su cansado padre terminó de hablar, el llanto de ella resonó en todas las habitaciones. Selena se mordió el labio para evitar reírse ante el gesto molesto de su esposo, un Wonwoo cansado era como una bomba, no sabías en qué momento explotaría.
Resignado, arrastró sus pies descalzos sobre la tarima flotante mientras que pasaba su puño cerrado por los ojos para quitar las lagañas de estos. La rabieta de la niña se mantenía en su cerebro, a sabiendas de que sólo había una cosa que podría consolarla.
Finalmente llegó a la habitación de tonos verdosos –Wonwoo se negó en rotundo a decorar la habitación de su hija en color rosa, por mucho que fuese una niña le parecía ridícula la idea que muchos mantenían de rosa-niña y azul-niño –donde Alessa lo esperaba con los ojos cristalinos y el labio inferior sobresaliendo mientras que sus pequeños puñitos se cerraban con fuerza. Pequeñas lágrimas recorrían sus regordetas y enrojecidas mejillas y su pecho subía y bajaba rápidamente por culpa de los hipidos.
―¿Ha llegado la hora, verdad, pequeña? ―Todo el cansancio, sueño, enfado, desapareció en cuanto el rostro de la pequeña apareció. Su nariz era tan pequeña que quería apretujarla entre sus dedos, con los labios algo finos como Selena y los oscuros ojos que podían leerte el alma de Wonwoo.
Con ella en su brazo derecho, se dirigió al fondo de la habitación donde una estantería atiborrada de libros –pronto deberían de comprar otra –los esperaba. Tomó el primero que estuvo a su alcance; sin embargo, en cuanto la mano de la niña empezó a chocar contra su rostro con toda su fuerza lo soltó.
―¿Cuál desea, su majestad? ―A pesar de que la niña no entendía y quizás fue sólo un impulso más, ella empezó a reír con aquellas carcajadas que a Wonwoo lo volvían loco y hacían que su corazón se acelerase, recordándole lo afortunado que era. De nuevo, con su bracito y su dedo índice bien derecho, señaló el cuento que Seokmin había traído en una de sus visitas sorpresa cuando no podía esperar más para ver a sus dos pequeñas. Wonwoo a veces se sentía celoso de cuánto amaban las dos mujeres más importantes de su vida a su amigo; sin embargo, cuando Selena lo observaba y guiñaba desde lejos, era suficiente como para que la tensión abandonase su cuerpo. Por otro lado y orgulloso de sí mismo, sabía que era el favorito de su pequeña Ale.
Con el libro entre sus manos se dirigió hacia la sala de estar, no entendía por qué aquella obsesión de que su padre le leyese cada día uno de sus cuentos cuando no era capaz de entender una sola palabra, pero la voz de Wonwoo era capaz de calmar a la pequeña y esa era razón suficiente como para repetir el ritual. Además, todo aquel que lo conocía suficiente decía que aquella pasión por la lectura no era otra cosa que proveniente de sus raíces Jeon, así que no quedaba más remedio que hacerle caso. Para cuando llegaron al salón, Selena ya los esperaba sentada en uno de los extremos del sofá, no le gustaba perderse aquel mágico momento.
Y allí iba.
―[...] Y colorín colorado, este cuento se ha acabado. ―Wonwoo mantenía enterrada su nariz entre el suave pelo de la pequeña, mientras que Selena dejaba caer su cabeza sobre su hombro. Ambas dormidas. Así que, afianzando su agarre a Alessandra y acurrucándose contra su esposa, se dio el lujo de cerrar los ojos antes de que el llanto lo despertarse, esperando poder sentir aquel cosquilleo de felicidad durante muchos años más.

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Don't touch
Fiksi PenggemarSelena, no te acerques a él, si todo el mundo le tiene miedo será por algo ¿no crees? No se permiten adaptaciones.