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Wonwoo no sabía de dónde sacaba aquella valentía para soltar lo que realmente pasaba por su mente, sin ocultar sus verdaderos sentimientos como había estado haciendo desde tanto tiempo atrás.

Las mejillas de Selena hacían juego con el color carmín de sus labios y su corazón latía rápido, mientras que su mente gritaba que no estaba bien lo que estaba haciendo, no sabía por qué, Wonwoo en ningún momento le dio razones para tener que arrepentirse de estar a su lado; sin embargo, aquella voz no se silenciaba a pesar de que su corazón junto con sus sentimientos querían acallarlo.

Selena le dedicó una tímida sonrisa y, a pesar de que cuando lo intentó las dos veces anteriores ella no se apartó, el hecho de que ahora ella no se negase lo llenaba de felicidad. Si siempre había temido el contacto físico ¿cómo es que anhelaba tanto el suyo?

Después de dejar un tímido y casto beso en la mejilla de él que hizo que se mantuviese en shock durante unos segundos antes de seguirla hacia la salida, se montaron en el coche de Wonwoo donde él la invitó a una maravillosa cena. El moreno nunca se imaginó a sí mismo compartiendo una romántica y tradicional velada; sin embargo, ahora no imaginaba nada mejor que eso. En la terraza de un restaurante, la cual estaba a la suficiente altura como para ver las luces de gran parte de la ciudad, con mesas redondas y pequeños candelabros con velas encendidas sobre estas. Algunos músicos que acompañaban la cena con una suave melodía con un piano y violines, aquello era tan tópico que Wonwoo pensó que no podría salir todo tan perfecto como en las películas pero contra todo pronóstico lo fue.

Algún pequeño roce de sus manos que los hacía sonreír tímidos, mejillas sonrojadas, ojos brillantes llenos de sentimiento y cariño acompañados de alguna conversación irrelevante sobre sus vidas, aquello era magnífico. Por una vez en su vida, Wonwoo mantenía su mente en blanco o, al menos, no pensaba en nada que no tuviese que ver con Selena, sin preocupaciones ni dolor. Sentía que, si tuviese la oportunidad de enamorarla, le gustaría vivir así siempre, para toda la vida junto a ella.

Cuando llegó la media noche, ambos se dirigieron a un pub que habían abierto no hacía mucho y que tenía una grandísima fama por su buen ambiente. Wonwoo tenía diminutas gotas de sudor bajando desde su frente cuando aparcó frente al lugar. Había una gran cola de chicos y chicas de su edad esperando por una buena fiesta y eso al moreno lo ponía sumamente nervioso. No aguantaba a la gente borracha y mucho menos a la gente borracha que no aguanta de pie y se apoya en cualquier cosa o persona que se encuentra.

Selena se quedó observando su rostro preocupado sin salir del coche y Wonwoo supo que ella entendía cómo se encontraba así que de nada servía el ocultarlo, soltó todo el aire de golpe y apoyó su cara contra el volante.

Por el movimiento, se dio cuenta de que Selena se acercó a él, pero no podía siquiera mirarla a los ojos pero eso no la detuvo, tampoco es como si quisiera hacerlo. Y entonces, ella hizo algo que provocó que todas las preocupaciones se esfumaran en un segundo. Sus dientes tiraron levemente del lóbulo de su oreja haciendo que un pequeño jadeo se escapase de la garganta de Wonwoo y, cuando quiso encararla, ella ya había salido del coche.

Selena pensaba que cuando el efecto del vino que había tomado durante la cena se acabase y recordase lo que acababa de hacer querría morir; sin embargo, no se arrepentía de haberlo hecho y mucho menos cuando sintió a Wonwoo rodearla por detrás y dejando un beso en el cuello de ella que le hizo erizar su piel.

Y es que esa noche, sería muy larga para ambos.

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