VI

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Narra Jimin

-Eres lindo...- dijo sonrojado.

Verlo así era adorable, aun más adorable que ver un conejito o cualquier animal recién nacido.

Sentí algo cuando me lo dijo, era una mezcla de felicidad y otro sentimiento que no puedo explicar muy bien, pero me gustó a pesar de todo.

-¿Así qué crees que soy lindo eh? ¿te has visto en el espejo? -dije, no se si habrá notado mi halago hacía él.

-¿T-tengo algo en la cara? - preguntó inocente. Dios es tan... no Jimin, no.

Reí. - No, tranquilo. - cogí más cosas para guardar. - ¿Quieres? - le pregunté caminando hacía el con un paquete de galletas.

-No, sí, no... ¡espera! ¡Sí, sí quiero! - dijo como un niño pequeño de 3 años, después me arrancó de las manos el paquete y se lo llevó hacía quién sabe dónde.

Me encanta su forma infantil, es como tener un hermano pequeño aunque él es más grande que yo.

Reí por su acto y seguí guardando la comida y otros productos.

Terminé y fui a ver la televisión un poco, ahí estaba Yoongi con sus galletas sentado viendo Bob Esponja.

-¿No es demasiado infantil? - al oír mi voz giro su cabeza comiendo una galleta, esta había dejado migas por su cara.

-¡No es infantil! Ahora déjame en paz Jiminnie . - y siguió viendo los dibujos.

Espera, ¿me ha llamado Jiminnie? Eso solo me lo dicen las personas más cercanas, pero al oírlo mi cuerpo se inundó de felicidad, tal vez no sea tan malo que me llame así. Me senté a su lado y le revolví el pelo, un acto inconsciente.

-¿Q-qué me has hecho? ¡Mi pelo no lo toques, nunca! - me miró de nuevo y al decir eso se colocó el pelo a como estaba antes.

No dije nada, tan sólo le miré, viendo su cara y los rasgos de esta. Tiene cara de bebé, blanquita y digo yo, también será suave. La perfección ésta frente a mis ojos, viendo dibujos infantiles. ¿Es él la persona qué estará toda mi vida conmigo, cuidandome y amandome? Espero que el destino le haya elegido para estar conmigo siempre, porque le amo... Sí, no lo puedo negar ya.

Pensaba y pensaba, sin darme cuenta que se dió cuenta que le miraba y reaccioné cuando sentí sus ojos en mí, penetrándose sin pudor en mis labios.

No se que hacer, ¿le beso? No... Aún no, esperaré a conocerle más, si puedo. Igualmente se me adelantó. Sí, está pasando lo que tanto he soñado.

Sus labios fueron disparados a los mios. Labios suaves, sabor a galletas, una combinación perfecta. Unos 5 segundos después se separaron, pero los uní de nuevo, en un beso de amor. Moví mis labios contra los suyos, él estaba sorprendido ya que no se movían. Me separé para mirarle a los ojos, estos están muy agrandados.

Cri cri cri.

Un silencio totalmente silencioso se presentó, sólo el sonido de los dibujos se oía en la sala.

-Y-yo...- rompió el silencio de unos 10 minutos. Bajó su cabeza un poco sonrojado.

Narra Suga

¡Pero qué he hecho! Ha estado mal, no lo debería de haber hecho. Esos labios me llamaban a mas no poder, no pude evitarlo, y ahora me arrepiento de haberlo hecho, pero estaban realmente deliciosos. No predecí que él los juntara de nuevo, y que los moviera, y yo, shokeado, no sabiendo que hacer en ese momento.

Me levanté, estoy demasiado vergonzoso. Al hacer el primer paso Jimin tiro de mi camiseta y me tiro al sofá, él quedo arriba mío.

-¿Dónde pensabas irte? - río - No te escaparás de mí, se lo que te pasa, estás enamorado de mí, no me mientas. - dijo con voz más ronca de lo usual. Ésto me esta poniendo raro, no se que le pasa a mi cuerpo.

Jimin me miraba mordiéndose el labio inferior. Diós, está demasiado provocador.

-Q-quitate de mí, q-quiero ir al baño. - no me hizo caso, no se movió ni un solo milímetro. -P-por favor, m-me voy a mear aquí... -ésas palabras fueron la clave. Con una cara de asco se levantó dejándome salir, y corriendo me fuí al baño.

Cerré la puerta y levanté la tapa. No era broma, o no sé, ¿ qué le ha hecho mi cuerpo?

Saco mi miembro, ésta duro. A esto es lo que me refiero, ¿qué me hace? Sin darme cuenta lo toqué y solté un gemido agudo. ¿Qué me ha pasado? Me gusta... Es una sensación muy distinta a las demás. Seguí con lo que hice. Me empecé a tocar el tronco de arriba a abajo, soltando gemidos a cada segundo. Después a la punta, con un dedo la dí un toque y sentí como un escalofrío inundar mi cuerpo. Más, quiero más.

-¿Suga estás ahí? Voy a entrar. - ¡mierda!

-¡No entres! - grité lo antes posible. Por suerte no abrió.

-¿Estás bien? Te he oído decir cosas. - habló detrás de la puerta.

-No me pasa nada, tranquilo. Ahora salgo. - me colocó todo de vuelta a su sitio.

Cuando salí me miró de arriba abajo, quería decir algo pero se lo calló.

-Suga, si tienes alguna pregunta puedes decírmela, en especial si es del cuerpo del hombre. - me miró serio.

La Era De Los Robots -Yoonmin-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora