Were in danger. (Jimin)

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-Mi función aquí es muy fácil, solo debes hacer cuentas, controlar que las chicas cobren lo que es debido y avisar a Suga si hay algún moroso- Decía Tae mientras posicionaba dos grandes montones de papeles encima de la mesa enfrente de Ana. Ahora que había adoptado a Ana como su pupila debía enseñarle bien como hacer sus funciones.

Al principio Suga se mostró reacio a la idea de poner a una niña de 16 años en un cargo tan importante pero Tae le juró que le enseñaría todo lo bien que pudiera y que si fracasaba él mismo volvería a su puesto habitual, cosa que a Tae no le hacía ninguna gracia ya que había empezado su primer trabajo normal de su vida.

-¿Por qué hay que avisar a Suga de los morosos?

-Bueno hay veces... Que la relación prostituta-cliente es demasiado cercana.

-¿Cómo que demasiado cercana?

-Bueno ya sabes.. Hay veces que va mas allá de lo carnal...

-Tae se lo que es el sexo, aunque no lo haya practicado.

-Bueno pues es eso, hay veces que los clientes se enamoran de las chicas o viceversa y los servicios se hacen gratis o a bajo precio, no es que a Suga le importe pero muchos de esos clientes tienen familia, hijos y claro ellos no pueden llevarse a la amante a casa, así que aprovechan y vienen aquí a mantener relaciones.

-Pero si a Suga no le importa...

-Ese el problema, no le importa que follen pero que lo hagan fuera de aquí, al fin y al cabo esto es un negocio y según Suga: "Toda eyaculación se paga".

-Parece horrible.

-¿Quién?

-Suga.

-¿Suga? ¿horrible? Que va Suga es... Es... Es un hombre estupendo solo tiene una amplia perspectiva para los negocios.

-¿Lo fundó él?

-No, lo heredó de su padre cuando tenía 16 años, todo lo ha aprendió de él.

-Entonces, su padre está...

-Muerto, fue en un tiroteo por un ajuste de cuentas, por eso Suga le da tanta importancia a "llevar todo al día".

Tae la miró a sus grandes ojos azules, todavía incrédula miraba los dos grandes montones de papeles.

Tae se levantó de la silla con intención de marcharse de allí.

-Bueno no creo que tengas ningún problema, cuando acabes con esos montones hay dos más, problemas de tener atrasadas las cuentas del local. Ya verás que tus calificaciones en matemáticas mejorarán...

-¿Tengo que hacer todo esto?

-Si.

-Pero... Tardaré toda la noche.

-Si, eso es lo que pasaría si no me fuera a quedar a ayudarte.

-Kim Taehyung eres malo.

Tae reía ante la expresión de aquella niña, era un hombre con un sentido del humor muy particular y aquellas pequeñas bromas formaban parte de su día a día. Se sentó de nuevo en la silla, enfrente de Ana, y empezó a repasar las cuentas de dos meses atrás.

Ana levantó la mirada para fijarse en el rostro de Tae, era un chico guapo, más que eso era hermoso, tanto por dentro como por fuera. Anastasia estaba infinitamente agradecida con él pues le había dado un trabajo mucho mejor del que esperaba y seguramente mucho mejor remunerado. Tae se había portado tan bien con ella, era un hombre tan amable y dulce, era tan guapo y tenía una sonrisa tan bonita. Ana llevaba varios minutos mirando el fino rostro de Tae mientras su flequillo bailaba al son de su cabeza, sin saber cómo su respiración se agitó al ver que el castaño mordía la punta del lápiz dejando relucir sus labios, su corazón se agitó al ver que Tae pasaba su mano izquierda por su nuca para después posicionarla en forma de apoyo sobre su mandíbula.