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El grito de Úrsula fue lo único que rompió el sepulcral silencio llamando a Jimin por su nombre mientras abrazaba fuerte su espalda esperando que se derrumbara sobre ella, que se hundiera, que sus manos empezaran a humedecerse por su sangre, pero nada de eso sucedió.

Úrsula palpó su espalda buscando un agujero de bala desesperadamente, suspiró al darse cuenta de que la espalda de Jimin seguía intacta. El castaño abrió los ojos, su frente aún sudaba por los nervios, sus manos todavía temblaban, pero suspiró aliviado al comprobar que seguía intacto, en el fondo sabía que Suga no era capaz de hacerle algo así.

Se separó de la morena a la que miró a los ojos, eso ojos que aún albergaban las últimas lágrimas derramadas sobre sus ardientes mejillas, Jimin sonrió mientras secaba el rostro de la morena.

-Siento haberte preocupado...-Dijo casi en un suspiro.

-Pero... ¿Cómo?

Preguntó incrédula Úrsula, Jimin se limitó a señalarle un depositó de agua detrás de ella, la morena se giró para comprobar que, efectivamente, la bala había ido a parar a ese gran tanque amarillo que se vaciaba poco a poco.

Jimin cogió su rostro, obligandola a mirarle a la cara, y sin pensárselo dos veces depositó en ella un beso tan fugaz y tan dulce que casi parecía irreal. Jimin sonrió al separarse de ella, seguía vivo pero sabía que eso no había acabado, se giró para comprobar sus sospechas.

Suga recargaba su pistola mientras se acercaba a ellos peligrosamente, Jimin volvió a colocar el cuerpo de la morena detrás de él, protegiendola, porque sabía que Suga todavía no había dicho su última palabra y si hacia falta iba a parar todas las balas del mundo por ella.

Suga paró en secó a la vez que levantaba su brazo derecho y colocaba su pistola a un centímetro de la frente de Jimin, este no sabía si iba a dispararle o no pero una cosa estaba clara: Esta vez era casi imposible que fallara.

-Jimin-Empezó a decir Suga con su habitual voz: Pausada y ronca- De la primera te has librado pero no fallaré una segunda vez- le advirtió poniendo el dedo sobre el gatillo- Aparta Jimin.

Jimin se quedó en silencio manteniendo la mirada en los rasgados ojos de Suga pero permaneció impasible, no se movió un ápice, al contrario, amarró con fuerza los brazos de Úrsula para que no se moviera de su posición.

-No voy a dejar que le hagas ningún daño Suga- Su voz sonaba firme y serena, tranquila, convencido al 100% de sus palabras. Jimin no apartó la mirada de Suga en ningún momento y este hizo lo propio.

Yoongi ladeó ligeramente la cabeza y se mordió su labio inferior mientras miraba con cara seria a Jimin.  Al trascurro de unos segundos de lo que parecía ser una lucha de miradas sin fin Suga esbozó una ligera sonrisa que a los pocos segundos se convirtió en una gran sonrisa que adornaba su rostro dejando a relucir sus encías.

 Como por arte de magia Jimin también empezó a reírse acompañando a las carcajadas de Suga, el rubio bajó su pistola .

Úrsula los miraba incrédula y petrificada detrás de la espalda de Jimin, este alzó sus brazos con la intención clara de abrazar a Yoongi, y así fue, en pocos segundo ambos se fundían en un caluroso abrazo mientras sus risas se apagaban poco a poco.

-me alegro de que hayas salido de la cárcel por fin- Dijo Suga dándole palmaditas en el hombro a Jimin mientras guardaba su pistola en el pantalón.

-Hubiera sido más fácil si alguien no lo hubiera liado todo haciéndose el culpable- Le protestó Jimin imitando una voz irritante.

-¿Que querías que le dijera? ¿La verdad?- Dijo Suga señalando con la cabeza a una estupefacta Úrsula que no daba crédito ni le encontraba lógica a aquella situación- Si no te hubiera tocado una abogada tan terca no tendríamos estos problemas.

Were in danger. (Jimin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora