Jin se quedó contemplando el rostro del maknae varios minutos como si su presencia fuera producto de su alterada y fantasiosa imaginación, tocó el rostro de Jungkook para confirmar que era real, tuvo que ahogar un grito de asombro.
-¿Jungkook?
-El mismo que viste y calza.
-Pero... Jungkook tú estabas... Estabas muerto.
Jungkook sonrió luciendo sus prominentes dientecitos de conejo mientras se balanceaba hacia delante y hacia atrás buscando las palabras adecuadas para Jin.
-Bueno eso es una larga historia y prefiero contarlo cuando estemos todos- Sentenció el menor.
En esos momentos el semblante de Jin se volvió pálido, tanto que Jungkook podría jurar que tenía a Suga delante. El mayor abrió su boca y se echó las manos a la cabeza entrando en una especie de mini crisis nerviosa.
-Mierda.
-¿Qué?
-Mierda, mierda, mierda.
-¿Qué narices pasa Jin?
Jin miró directamente al menor a sus grandes y rasgados ojos negros.
-Se supone que Suga se ha metido en ese edificio- Dijo haciendo hincapié en sus palabras mientras señalaba la fábrica- Para "visitar" al hombre que te "mató"- Hizo especial hincapié en las palabras "visitar" y "mató" haciendo el gesto de las comillas con sus manos y alzando la voz.
-Pero, yo estoy vivo.-Jin ladeó la cabeza para mirar a Jungkook con cara de "No-Me-Digas"- Tenemos que ir a detenerlo.
-Gracias Jungkook no se me había ocurrido.
Culminó Jin antes de echar a correr hacía la dirección que había tomado Suga.*****
-Eres un pequeño bastardo hijo de puta- Soltó Suga sin previo aviso ya a bordo del coche de vuelta al centro de la ciudad.
Por suerte Jin y Jungkook habían detenido al rubio antes de que hiciera algo indebido pero las condiciones en las que lo encontraron no eran las más favorables para Suga.
-Lo siento Suga, puedo explicarlo.
-Que te den, tú sabes lo que he sufrido yo con todo esto.
-Supongo que mucho...
-Era una pregunta retórica imbécil.
Jin desvío un momento la vista de la carretera para mirar de reojo al asiento del copiloto, donde Jungkook se encogía cual bolita mientras jugaba a enredar y desenredar los dedos con sus propias manos con la mirada fija en el suelo del coche. Jungkook miró al mayor y este le dedico una cara de "Dejalo está enfadado" seguida de la típica sonrisa compasiva de madre.
Suga estaba enfadado y se notaba a veinte leguas, no solo porque la sangre que brotaba de su nariz no cesaba haciendo que llenara los asientos traseros de pañuelos ensangrentados, sino que también estaba enfadado con Jungkook, por su culpa casi comete un asesinato sin sentido y, además, le había tomado como un completo idiota. Cómo es posible que hubiera burlado a todos de esa manera, cómo es posible que se le hubiera escapado el mínimo indicio de su presencia, se sentía estúpidamente estúpido.
Suga apretaba el tabique de su nariz vaciando las últimas gotas de sangre que emanaban de él.
-Menos mal que hemos ido, o el muerto serias tú- Soltó Jin risueño.
Jungkook desvío precipitadamente la mirada al mayor, creía por momentos que Suga iba a saltar sobre su yugular y se la iba a arrancar cual animal salvaje.
Por su parte Jin seguía riéndose mientras no apartaba la vista de la carretera mientras la vena del cuello de Suga se hinchaba aún más.
-Cállate princesita- gruñó el rubio.
Jin siguió riéndose sin reparar en el comentario del rubio el cual miraba por la ventana del auto ajeno a aquel lugar.
Jin desvío la atención de Suga y la posicionó sobre su pequeño maknae, una vez que su cabeza encajó su repentina y farsa resurrección la alegría y la dicha lo inundó por completo a Jin. Su pequeño niño estaba vivo y eso le hacía infinitamente feliz, todavía no había encajado su "muerte" y posiblemente no la hubiera superado nunca, se auto-confesó mentalmente a si mismo las veces que, sin ninguna esperanza, había rezado a cualquier Dios existente para que Jungkook siguiera vivo y, en cierta manera, sus plegarias habían sido escuchadas.
"Gracias Dios"- Pensó Jin.
Al instante la imagen de la que probablemente era la persona que Jungkook más se moría por ver llegó a su mente, pensó que aquella chica pelirroja cantaría todas las odas posibles al ver a su tan querido Jungkook vivito y coleando.
-Jungkook- El menor posicionó su mirada en él- ¿Tienes ganas de ver a Virginia?
-Si- Soltó simplemente a la vez que se le dibujaba una tímida sonrisa en el rostro, y escondía su ruborizada cara debajo de sus manos.
Jungkook pego su mejilla al cristal de la ventana buscando un alivio para el repentino calor que sentía en esos momentos. Se moría de ganas, por supuesto que se moría de ganas. Quería verla, abrazarla, besarla y decirle que es la mejor novia del universo. La echaba demasiado de menos, echaba de menos su precioso pelo rizado cayendo por su estilizada espalda, su piel ligeramente bronceada y sus labios pequeños pero rosados e infinitamente apetecibles. La última imagen que tenía de ella era demasiado lejana, más de lo que le gustaría, llevaba ese vestido negro de manga larga que tanto le gustaba, recordaba con todo detalle sus largas y bonitas piernas, adornadas con unas finas medias negras, bailando al son de su falda y su sonrisa que iluminaba todo su rostro. Para Jungkook era la visión más bonita del mundo y por culpa de su embobamiento al recordar la imagen de la pelirroja no cesaba de sonreír y de reír por lo bajo.
La quería mucho, tanto que al pensar en todo lo que debía estar sufriendo por su culpa le dolía, le dolía físicamente. Sentía una gran punzada en su pecho que no cesaba de quemarle por dentro, se disculpaba con ella internamente todas las noches antes de quedarse dormido en la habitación de cualquier hotel pero tenía que hacerlo, tenía que fingir su propia muerte o hubiera causado muchos problemas a sus amigos y, por ende, a Suga.
Jin miró al menor, sabía perfectamente en lo que pensaba pues la sonrisa desaparecido de su rostro fugazmente.
-No te preocupes Jungkook- le intentó tranquilizar Jin- No es que te vaya a matar ni nada por el estilo- Bromeó, el menor rió ante la ocurrencia del mayor.
-Y si no te mata ella lo haré yo- Añadió Suga volviendo a embutir su nariz con pañuelos por el retorno de su incesante sangrando.
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Kim Taehyung entraba por la puerta del ya muy familiar local pero la expresión que detonaba su rostro no era la misma de siempre, ni las circunstancias en las que entraba eran las mismas que siempre, al fin y al cabo no todos los días uno se va a un prostíbulo después asistir a un entierro.
Rapmon se le acercó risueño como siempre, en la mano derecha alzaba su botellín de cerveza mientras no dejaba de sonreír a todo el mundo. Tae no se veía capaz de aguantar otra de sus repentinas subidas de humor en aquellos momentos.
-¡TAEEEEEE! Cuanto tiempo sin verte - Exclamó el rubio a la vez que le propinaba sendas palmadas en su espalda a modo de saludo. Tae no reaccionó ni siquiera le saludó, se quedo observando a Namjoon que le miraba con mala cara- Uy que cara, ¿Qué pasa? ¿Vienes de un entierro?-Tae fulminó con la mirada a Rapmon y no le hizo falta mediar palabra pues el mayor comprendió que había dado en el clavo, inmediatamente su sonrisa se borró de su rostro.- No me jodas ¿Quién se ha muerto?
Tae resoplo, no quería entrar en el tema, total Rapmon no sabía nada.
-No importa Rapmon, ni siquiera la conocías.
Namjoon arrugó el labio y miró al castaño con cara compasiva, arrimó su mano a su hombro y la frotó con delicadeza detonando aunque fuera un ápice de ternura.
-Bueno, sea quien fuese se nota que te importaba. Lo siento Tae.
-No pasa nada, gracias Rapmon.
El rubio le dedicó una pequeña sonrisa a Tae antes de darse media vuelta dispuesto a volver a sus labores.
-Rapmon- Lo llamó Tae y este se giró.- Ahora... ¿Puedes mandarme a una a la 202?
Namjoon lo miró extrañado.
-Una... ¿Una qué?
-¿Cómo que una que Namjoon? ¿esto que es un prostíbulo o una carnicería?
Rapmon rió con un cierto alo de extrañeza, Kim Taehyung pidiendo el servicio de una de las chicas, él que nunca había requerido de sus servicios ni los quería. Rapmon se encogió de hombros sin dar muchas vueltas al asunto.
-Está bien, ahora irá.- Sentenció volviéndose a dar la vuelta.
-Ah y Rapmon, que no sea ni rubia ni pelirroja- Añadió Tae, señalando con el dedo al rubio el cual asintió antes de desaparecer por una puerta metalizada gris.

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Were in danger. (Jimin)
FanfictionCulpable. Dictó la juez. Dicho el culpable, dicha la sentencia. Caso cerrado. ¿Seguro?