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Limpiaba en movimientos circulares la oscura barra de aquel local, sin querer pensar en nada, concentrado en lo que su monótona rutina le permitía.


-¿Alguien me puede atender? -Gritó un cliente en el extremo de la barra mientras se escondía detrás del menú del día.


-Voy- respondió Jin dejando su faena para posicionarse enfrente de aquel cliente- Dígame ¿Qué desea?


-¿De que está compuesta la ensalada de la casa?- Decía Suga saliendo de su escondite detrás de la carta de aquel bar.


-Suga ¿qué haces aquí?- preguntó resignado Jin.


-Solo quería comer en un lugar tranquilo y visitar a mi amigo.


-Bien, entonces una ensalada- dijo Jin anotando el pedido en una libreta.


-No, mejor una hamburguesa.


-Suga que estoy trabajando.


-Bien entonces iré al grano.


-Lo sabía.- Dijo Jin resignado, apoyándose en la barra del local.


-Claro que lo sabías Jin, ni que no me conocieras.


-Sea lo que sea, la respuesta es no.


-Ni siquiera me has dejado...


-No.


-Pero te pagarí...


-No.


-Jin.


-Que no.


-Es por Jungkook, Jin.


El mayor miró al rubio con gesto serio, tan importante era lo que Suga quería de él que había ido hasta ahí, solo, y a casi suplicarle su ayuda. Suga sostenía la mirada a Jin con gesto decidido y suplicante a la vez. Jin no tuvo otra alternativa.


-Está bien.-Sentenció Jin- pero después de esta no te quiero ver a menos de 50 metros de este local.


-Trato hecho, de todas formas los restaurantes familiares no son lo mismo.


-Claro, estarás como cohibido sin chicas con los senos al aire repartiendo alcohol.


-Créeme es una vista preciosa.


-En fin, llámame cuando vengas a por mi- Dijo Jin antes de volver a su faena.


-Jin- este se giró- quiero mi hamburguesa.


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Aparentemente era un día como otro cualquiera, esperaba en la inmensidad del despacho que su pequeña ayudante rubia apareciera por la puerta para poder mandarle la faena de hoy e irse de ahí. A Tae nunca le gustó ese local, turbio, degradante, oscuro y podrido. No le gustaba ese tipo de ambientes, nunca le habían gustado y ahora que tenia la oportunidad de dejar todo eso atrás no la iba a desaprovechar.


Se levantó de la silla y se dirigió a paso lento a la puerta de aquella estancia, miró su reloj, hacia más de media hora que Ana debería haber aparecido por la puerta, inconscientemente se empezó a preocupar.


Salió del local después de darle instrucciones a Gloria de que si aparecía la rubia le avisará.


Montó en su "Ford" negro y se pudo en marcha con rumbó a ningún sitio. Por la cabeza del castaño pasaban miles de situaciones, cada cual más horrible que la anterior, aunque en su mente no solo ocupaba ese asunto.


Ayer besó a Virginia era un echo, al igual que era un echo que ella no era para él y nunca lo sería por mucho que se esforzara

*7 horas antes*

Were in danger. (Jimin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora