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  10 horas para la vista

Se despertó, por quinta vez en menos de veinte minutos, pero esta vez desistió, contempló el techo de su dormitorio antes de levantarse de la cama. Se dirigió a paso lento y sosegado hacia la cocina, bajando las escaleras de cristal casi sin levantar los pies del suelo, cuando llegó a la cocina se sirvió un vaso de agua mientras su mente aceptaba la realidad de que esa noche no iba a poder pegar ojo.
Miró su rolex, marcaba las 7 de la mañana.
Hoy era el día, hoy todo podría ir muy bien o muy mal, hoy era la vista de Jimin.
Acabó de un trago la fría agua y dejó el vaso en el fregadero, observó desde la ventana de la cocina los primeros rayos de sol alzarse por el este.
Cogió su teléfono del bolsillo izquierdo de su pijama y marcó un número, a los pocos segundos una adormilada voz femenina contestó.
-Úrsula en 20 minutos en el club.
-¿Suga? ¿Cómo has conseguido mi num...
No le dio tiempo a terminar pues el rubio ya había colgado.
Regresó a su habitación y se vistió con una camisa azul de Tommy Hilfiger y unos pantalones vaqueros, no era su vestimenta habitual de diario pero se sentía cómodo vistiendo más informal. Repasó la habitación en busca de sus vans negras pero no las encontró por ningún sitio, automáticamente supo donde encontrarlas.
Se deslizó suavemente entre el hueco de la puerta, gracias a su constitución delgada no se le hizo muy complicado adentrarse dentro se la habitación de Namjoon sin despertarlo, al contrario que él su amigo tenía el sueño extremadamente ligero. Anduvo con extrema delicadeza sobre la moqueta del cuarto, de fondo solo se escuchaban los incesantes y escandalosos ronquidos de Rapmon, Suga daba gracias que su habitación se encontraba en la otra punta de la casa si tuviera que aguantar semejante orquesta todas las noches acabaría matando a alguien. Se posicionó en el centro de la lúgubre habitación, para su sorpresa se encontraba más ordenada de lo que esperaba, repasó con la mirada el suelo de esta sin mucho éxito, no encontraba sus zapatillas por ninguna parte y empezaba a desesperar.

Rapmon tenía la horrible e irritante manía de quitarle sus zapatillas cuando le diera la gana, acto que empezaba a cansar a un impaciente Suga.

Rebuscó hasta debajo de la cama, sin éxito, lo único que encontró fue las viejas y gastadas converse negras de Namjoon, Suga chasqueó la lengua, resignado, y al ver que no tenía otra opción agarró el par de zapatillas antes de salir por la puerta de la habitación maldiciendo mentalmente a su amigo.

Bajó hasta el salón, se sentó en el sofá de cuero y se posiciono ambas zapatillas, ató los cordones y se dirigió a las escaleras que comunicaban directamente con el garaje. Optó por coger su harley davidson antes que alguno de los múltiples coches de lujo que poblaban su garaje, se enfundó el casco y se montó en la moto, antes de ponerla en marcha volvió a mirarse los pies, observando la machada punta blanca de las zapatillas.

Realmente odiaba las converse.

8 horas para la vista

Observaba la silueta del cuerpo desnudo de la morena en la cama, durmiente, lo único que le separaba de la total desnudez era la fina capa que marcaban las sábanas sobre su piel.

Suga la observaba detenidamente, con esos ojos finos y oscuros, analizando todos sus movimientos, su incesante respiración hacia que su pecho subiera y bajara, su rostro detonaba tranquilidad, sus finos labios se encontraban ligeramente entreabiertos y su pelo adornaba, como si de una cascada se tratara, la almohada de aquella cama.

Yoongi pegó un trago a su copa, una cargada copa de jack daniels con dos hielos, sin apartar los ojos de ella, podría jurar que cada día que pasaba la veía más hermosa, incluso en aquellos precisos instantes que la observaba, como si de una magnífica obra de arte se tratara, le parecía hermosa, se paro un momento a observar detenidamente su rostro, se fijó en sus labios y podría jurar que parecía como si estuviera sonriendo, irónico, pues estaba completamente dormida. Se levantó de su ancho sillón de cuero marrón dejando la copa sobre la mesa que tenía al lado, caminó hacia ella a paso lento, solamente ataviado con sus pantalones vaqueros, se sentó en la orilla de la cama, lo suficientemente cerca para poder observarla bien sin llegar a despertarla. Volvió a quedarse ahí, parado, simplemente observando como Úrsula dormía, al trascurro de ese tiempo se atrevió a rozar con la yema de sus dedos su rostro, delicadamente, tenía miedo de despertarla a la mínima. Cuando vio que el roce de sus dedos en su piel no le afectaba se atrevió a posicionar la totalidad de su palma en su rostro, acariciando sus suaves mejillas mientras pasaba su pulgar por sus labios, los rozaba con delicadeza, disfrutando del suave tacto de sus labios. después de pasar varios minutos acariciando y observando su rostro deslizó su mano hasta el nacimiento de su cabello y continuó acariciando su largo y fino pelo, rozaba con su dedo pulgar la raíz de su pelo, instintivamente sonrió. No se lo pudo creer ni él mismo pero estaba sonriendo, sonriendo por poder acariciarla mientras dormía tan plácidamente, no supo el por qué y tampoco lo buscó, solo disfrutó de aquel momento que le trasmitía tanta paz y tranquilidad en su tan ajetreada vida.

Were in danger. (Jimin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora