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Poco a poco su vista se iba haciendo más nítida, el gran abismo de oscuridad donde se encontraba se iba llenado de luz progresivamente. Distinguía formas, colores, objetos... Poco a poco hasta que pudo apreciar como las pequeñas gotas de sangre, que emanaban de alguno de los innumerables golpes de su rostro, chocaban contra la punta blanca de sus converse.

Su mente se llenó de recuerdos de repente, restaurando los echos de las horas pasadas. "Jimin huye... Jimin huye...Jimin" repetía su mente una y otra vez. El recuperar la conciencia le hizo darse cuenta que, por suerte o por desgracia, seguía vivo, que los innumerables golpes, cortes, patadas y contusiones que le habían propinado esos hijos de puta no habían servido para mucho pues seguía vivo, estaba en la mierda, pero seguía vivo.

Sus sentidos se fueron recuperando. Veía con total claridad aún teniendo el ojo derecho hinchado, la boca le sabía a sangre, es más, rezumaba sangre, oía voces a ambos lados anunciándole que no se encontraba solo en aquella sala, eso o es que empezaba a volverse realmente loco, el malestar y el dolor se implantaron por todo su cuerpo, notando las muñecas aprisionadas contra las esposas en el respaldo de la silla, su dolorido rostro no hacía más que propinarle un dolor agudo e insoportable, su costado también le dolía, giró su rostro levemente para darse cuenta que también sangraba por la parte baja de su torso. Su camisa en alguna otra vida fue blanca pues en esos instantes se teñía poco a poco de un rojo intenso, sentía la totalidad de sus piernas por lo que descartaba que estuvieran rotas o tuvieran alguna contusión, no podía decir lo mismo de sus costillas pues su costado le dolía horrores, al igual que su hombro derecho que podía jurar que estaba dislocado completamente, la postura que le habían obligado a adoptar tampoco era buen remedio para sanar el mal estar de su hombro.

Escucho sendas pisadas acercándose a él, no era una buena señal y mucho menos la fue cuando distinguió los zapatos blancos de charol.

-Suga, Suga, Suga...

repetía el hombre una y otra vez, masticando todas las letras de aquel nombre mientras se desabrochaba sus gemelos y se quitaba su americana del mismo color de sus zapatos.

-Por fin despiertas chaval, creí que te habíamos matado- Soltó una carcajada sonora mientras hincaba su dedo en la sangrienta mejilla de Suga, este alzó su rostro y esbozó una mueca de intenso dolor con su correspondiente chillido agudo.

El hombre apartó su mano del rostro de Suga y este pudo respirar tranquilo y recuperar el aliento, a pesar de la sangre se podía distinguir las gotas de sudor de su frente. Aquel hombre de mediana edad, corpulento y de tez morena y pelo negro miró a Suga a los ojos mientras esbozaba una sonrisa sin despegar sus labios.

-Tanto tiempo sin vernos ¿Y  no me dices nada?- Soltó un fingido puchero intentando parecer triste y desamparado.

-Tienes razón- Dijo Suga con dificultad debido a su agitada respiración- Hola Marco, cuanto tiempo ¿qué tal está tu mujer? Ah no espera que está muerta.

Lo dijo sin pensar, sin respirar, ni siquiera medía sus palabras. Tal fue el puñetazo que Marco le propino a Suga que hizo que su rostro se girara y saltaran varias muelas al suelo. Suga escupió una horrible mezcla de sangre y babas que en nada ayudaban a su ya muy maltratada boca.

-Mira Suga- Dijo Marco limpiándose la sangre ajena de su puño con un pañuelo de seda- Sabes muy bien como funciona esto- Añadió colocándose a la altura de los ojos de Yoongi- O colaboras y todos ganamos o no colaboras y sales de estas cuatro paredes a cachos.

Suga rió irónico, no supo de donde ni como sacó la fuerza para sonreír en esa situación, aunque fuera irónicamente, pero lo hizo hecho que no le gusto nada a Marco quien resopló perdiendo la paciencia.

Were in danger. (Jimin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora