-Enserio ¿para que quieres saber eso?
-Es pura curiosidad.
-No mejor ¿Cómo sabes eso?
-Te busqué en internet, soy idiota pero no tanto. Quería saber donde me metía.
-Eres más espabilada de lo que pensaba. Bien hagamos un trato, debes obedecer tres órdenes mías y te diré lo que quieras.
-Te gustan demasiado los tratos… Está bien acepto.
-Bien, número uno: Dime tu nombre real.
-Me llamo Sara.
-Mientes, y como lo vuelvas a hacer no habrá trato que valga.
-Está bien Suga pero no re rías.
-Pocas cosas me hacen gracia.
-Me llamo Úrsula.
Suga se quedó mirándola encima suya en la inmensidad de la cama.
-No se de que temes, es un nombre bonito.
-¿Enserio?
-Te lo juro.
-Vaya gracias, la última persona que le dije mi nombre se rió de mi.
-Seguro que era un completo idiota.
-lo es.
Suga levantó su rostro y la beso suavemente mientras su mano se deslizaba por su pelo recorriendo su cuerpo totalmente desnudo.
-Sólo yo debo saber tu nombre real ¿vale?
Úrsula asintió.
-Bien Min Yoongi ¿Cuál es tu próximo deseo?
-¿Ahora tu también me llamas por mi nombre real?
-¿No puedo?
-Claro que puedes pero… Desde hace mucho tiempo que nadie me llamaba por mi nombre… Yoongi… Sabes me gusta como suena cuando lo dices.
-Min Yoongi- repitió Úrsula.
-No quieras que te empotre contra el cabecero de la cama otra vez.
-Yoongi-ah- chilló Úrsula emitiendo un sonido agudo.
-De verdad para ya.- le advirtió.
-Entonces te llamaré señor Min- Dijo Úrsula esbozando una pícara sonrisa.
-Aún peor.
-¿Qué pasa? ¿Le molesta que le llame así señor Min?- Añadió Úrsula con una voz ronca.
-Eres una zorra mala y despiadada- Gruñó Suga intentando controlar su entrepierna.
-Lo siento señor Min he sido mala- siguió torturando la morena mientras se acercaba a la oreja del rubio- tendrá que castigarme- susurró.
Suga no pudo más, sentía a su pequeño bulto crecer por segundos mientras con un rápido movimiento posicionó a Úrsula encima de la cama posicionándose encima de ella.
-¿Sabes? Acabas de cavar tu propia tumba pequeña malvada.
-¿A si? Que miedo me das- Dijo irónica Úrsula.
-Si, deberías tener miedo. He aquí mi segunda orden. La tercera me la reservaré para una mejor ocasión.
-Sorprendeme.
-¿Has practicado alguna vez sexo oral?-El rostro de Úrsula se volvió pálido mientras negaba con su cabeza.- Bien será tu primera vez, comienza.
Concluyó Suga posicionándose de rodillas encima de la cama mientras señalaba su muy alegre amigo.
Úrsula no pudo dejar de mirar “eso” y solo pensar lo que tenía que hacer con el le daban escalofríos.
-De verdad Suga lo siento pero…
-¿Ya te estas arrepintiendo? Ni siquiera has empezado.
-Lo se pero, eso es … es … Es muy grande Suga eso no cabe.
Suga rió ante la ocurrencia de la morena.
-Venga ven- dijo ofreciéndole su mano para atraerla a él- Yo te ayudaré.
-Suga por favor…
-¿Acaso tienes miedo? Úrsula
-No le tengo miedo Yoongi- Dijo la morena posicionándose delante suya con las piernas flexionadas- Al fin y al cabo es un trozo de carne.
-Bien pues empecemos.
-Empecemos.
Suga cogió su mano derecha y la depósito en la mitad de su miembro, lo envolvió con ella y la dirigió describiendo movimientos ascendentes y descendentes. La velocidad era débil casi nula Suga sabía que de momento no podía pedirle mucho más.
-¿Te sientes segura para continuar tu sola?
-De momento si.
Suga soltó su mano y la chica continuó masajeando su miembro.
-Bien, a partir de ahora tendrás que hacer todo lo que diga y sin rechistar.
-Está bien.
-Te lo advierto Úrsula. Todo-lo-que-diga.
-Que si Suga, lo haré no te preocupes.
-Bien, empieza aumentando la velocidad.
La morena obedeció y aumento levemente la velocidad con la que su mano masturbaba su miembro, Suga gruño levemente, las primeras oleadas de placer empezaban a inundar su cuerpo.
-Bien.. Ahora… Pon la otra mano en la punta- Susurró Suga como pudo.
Úrsula acató la orden del rubio y con su mano izquierda empezó a masajear su extremidad triangular en suaves círculos con su dedo pulgar. Los movimientos de ambas de sus manos no cesaban mientras los gemidos de Suga resonaban entre esas cuatro paredes, notaba su temperatura corporal aumentar por segundos mientras su miembro palpitaba al son de las manos de la chica.
-Ves.. Más… rápido- jadeo Suga como pudo.
La morena obedeció y sus movimientos se tornaron más rápidos, más precisos y más fuertes, notaba como su miembro se adaptaba a sus pequeñas maños mientras palpitaba sin cesar.
Suga alcanzó uno de sus pechos con su mano y empezó a maltratar sus pezones, acariciándolos y pezicandolos. Su atrevimiento tuvo un efecto recíproca pues el placer que sentía Úrsula lo canalizaba hacia sus manos las cuales seguían masturbando el creciente miembro de Suga con unos movimientos cada vez mas veloces y fuertes.
-No puedo más Úrsula.- Gruño Suga.- Siento esto.
Yoongi cogió su rostro con ambas manos y lo atrajo hacia él haciendo que su miembro penetrara su boca. Úrsula no se lo esperaba y, francamente, se sintió más vulnerable que nunca.
Empezó a lamer el miembro del rubio con su lengua mientras que describía los mismo movimientos que antes pero esta vez con sus labios . Los gemidos de Suga eras cada vez más audibles, Úrsula sabía que estaba a punto así que apresuró sus movimientos centrando su músculo húmedo en la parte más externa del miembro del rubio.
-Te … acuerdas …Cuando te dije … Que hicieras todo … Lo que te dijera- Dijo Suga jadeando, su pecho se extendía y contraía a la velocidad de la luz, sus ojos quedaban fijos en la morena observando como continuaba a su faena y sus manos pasaban por el cuerpo desnudo de Úrsula, por sus hombros, por sus pechos, por su rostro…- Bien… Pues haz lo que te diga. Sinceramente no puedo aguantar más- soltó Suga en un halo de voz- así que tendrás que tragartelo.
Úrsula no sabía a que se refería pero pronto obtuvo respuesta cuando Suga llegó al éxtasis y derramó aquella sustancia lechosa dentro de ella. La morena no se lo esperaba así que su expresión fue una mezcla de asombro y disgusto, ya que el susodicho liquido sabía horrores, no tenía otra alternativa e hizo lo que el rubio le mandó y trago todo lo que soltó.
La chica se incorporó posicionándose de rodillas delante de él, Suga jadeaba con sus manos puestas en las rodillas mientras que las gotas de sudor surcaban su frente, notaba el cansancio encima de sus hombros y como el aire le faltaba por momentos.
--Suga ¿estás bien?- Preguntó la morena mirándolo a la cara.
-Si… Solo.. Dejame un minuto- alcanzó a decir Suga.
-Entonces ¿He pasado la prueba?
Suga se incorporó delante de ella cogiéndole el rostro con ambas manos y depositando un beso en su frente.
-En la frente que me la acabas de chupar
-¡SUGA!- protestó la morena al tiempo que le propinaba un fuerte palmazo en el hombro izquierdo.
-Es broma mujer.
-Bueno pero ¿Lo he hecho bien?
-Si joder si…- dijo Suga aún intentando recuperar el aliento.
-Entonces…
-Está bien, te diré todo lo que quieras saber sobre Park Jimin.
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-Buenos días.
-Buenos días Tae.
No sabia porque pero Kim Taehyung tuvo la entera necesidad de coger su móvil y llamar a Virginia, quería ver como se encontraba, si necesitaba algo pero sobretodo quería escuchar su voz.
-¿Cómo estás?
-Bien tranquilo…
-¿Has desayunado bien? Recuerda ir a caminar por lo menos 20 minutos.
-Tae de verdad, te lo agradezco pero no hace falta que te preocupes tanto por mi.
-Si que hace falta- Decía Tae a la vez que una cabecita rubia asomaba por la puerta- tengo que colgar, esta tarde iré a recogerte.
-Tae de verdad no te moles…
Fue demasiado tarde pues el castaño ya había colgado el móvil y se centraba ahora en la delgada figura de Ana recorriendo el despacho con las cuentas ordenadas y hechas de varios meses del local. Les había costado lo suyo pero habían podido acabar todo el papeleo sin morir en el intento. Y también tuvieron mucho tiempo para hablar, Tae descubrió que la vida de esa niña no había sido ningún camino de rosas y que a sus 16 años todavía seguía luchando por su familia y por ella misma. Era admirable y Tae sintió cierta envidia ya que el a sus 21 años todavía se pasaba los sábados por la noche viendo películas infantiles. A la par esa pequeña niña, tanto de tamaño como de altura, le parecía lo más alegre y risueño que podía encontrar, era una cucada y sin saber cómo habían ganado confianza el uno del otro. Ella era como una hermana pequeña para él, debía protegerla y, por consiguiente, podía confiar en ella.
-Anastasia- llamó su atención Tae y esta levantó su rubia cabeza de sus quehaceres- Ven aquí, sientate- Le invitó a sentarse al lado de él y esta obedeció- Ana una pregunta…
-Dime Tae.
-No debes decírselo a nadie.
-Tranquilo Tae se guardar un secreto.
Ana se sintió afortunada en esos momentos Kim Taehyung había confiado en ella para guardar un secreto y simplemente ese gesto le hacía feliz.
-Tú eres una chica.
Pero toda esa felicidad se evaporó como la pólvora en un segundo.
-Que audaz Tae…
-No no, escucha no es eso- Tae respiró hondo- Pongamos por un segundo que eres un chico- Ana asintió- Si tu tuvieras, digamos, una especie de “cita” con una chica ¿Dónde la llevarías?
-Mmm bueno es según… a ti ¿esa chica te gusta?- Ana ponía demasiado hincapié en sus palabras.
-Si, me gusta. Mucho.
-Y… ¿Por qué no se lo dices?- propuso, pícara, Ana.
-Es complicado, ella y yo no somos… Del mismo mundo y además su situación es complicada.
-¿Complicada?
-Si bueno, digamos que ella tiene a cargo suya la vida de un ser muy pequeño.
-Ya bueno…
-¿Qué hago? No se que hacer Ana, ella me gusta mucho y no sé cómo ha podido pasar esto desde hace dos días ni siquiera reparaba en su existencia. Por favor, solo puedo confiar en ti.
Las palabras de Tae llenaron el corazón de la rubia quien se sonrojó notablemente debido a la palidez de su piel.
-Pues, yo si fuera tú- comenzó a decir Ana ante la atenta mirada del castaño- La llevaría a un sitio que le gustara, no se… De compras por ejemplo.
-No creo que sea de esas típicas chicas que les gusta ir de compras.
-Pues no se… has dicho que su situación es difícil, puedes llevarla a un sitio divertido así olvidaría todos sus problemas.
-¿Un sitio divertido?
-Si, no se… Un parque de atracciones por ejemplo.
-¿Un parque de atracciones? Es buena idea.
La sonrisa iluminó el rostro de Ana.
-Si claro, como por ejemplo el que hay cerca de la playa ¿lo conoces?
-Si, si. Claro que lo conozco y después… podría llevarla a dar un paseo por la playa.
-¡SI!- chilló Ana eufórica a lo que Tae la miró extrañado- Osea que seria un plan estupendo.
-Si, tienes razón. Es un buen plan. Gracias de verdad Ana- Dijo besando la frente de la rubia antes de desaparecer corriendo por la puerta.
-Te estaré esperando allí Tae- susurró Ana.
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Jungkook, ya son demasiadas horas sin ti, sin ver tu preciosa sonrisa, tus ojos recién levantado. ¿Cómo hemos dejado que pasará esto? Jungkook ¿Por qué te fuistes? ¿Acaso en parte fue culpa mía? ¿Por qué no pasé más tiempo contigo? ¿Por qué no te mande más mensajes? ¿Por qué no insistí más en tu presencia?
Anhelo tus caricias, anhelo tus besos en mi ser. En mis manos, en mi cuello, en mis labios. Anhelo acariciar tus suaves mejillas, tu cicatriz en la mejilla izquierda, tu sonrisa un sábado por la mañana, añoro tus fuertes brazos recorriendo mis caderas.
Jungkook fuiste mi mundo y ahora no sé que hacer sin ti.
Lloro, lloro todos los días y todas las noches, no sé como superar esto, lo siento Jungkook pero no sé. Se que si estarías aquí me dirías que debo ser fuerte y mirar hacia delante pero no puedo… Es imposible. Te fuiste y arrancastes de mí lo mejor que tenía, eso que me hacia levantarme por la mañana y seguir luchando, eso por lo que sonreía como una idiota todos los días, eras tú Jungkook, todo eras tú…
Tu pequeño retoño está bien, ojalá estuvieras aquí para verlo, todavía no ha nacido y ya se parece mucho a su padre, me asusta, me asusta mucho… Lo siento, pero una vida sin ti me asusta mucho.
Se llamará Jungkook como tú, se que estarás orgulloso de él tanto como yo lo estaré.
Te sigo viendo aquí mi pequeño Jungkook, en cada nube del cielo, en cada rayo de sol, en cada brisa descontrolada, en cada estrella en el cielo, te sigo viendo muy cerca de mi pues tú siempre estarás muy cerca de mi, en aquel lugar en el cual nada ni nadie te podrá arrancar, pues arraigastes muy hondo en mi. Mi pequeño Jungkook.
Tae me ayuda en mucho, pobrecillo, no sabe lo que hace el pobre. A veces pienso como voy a poder pagarle todo esto.
Te echo de menos, mucho de menos…
Te quiero Jungkook.Virginia cerró la pequeña libreta donde escribía todo lo que no podía contar al mundo, todo lo que guardaba dentro de su ser y debía sacar de alguna forma.
Se levantó del escritorio ante la incesante llamada del timbre, sabía perfectamente quien era pues lo estaba esperando desde hace veinte minutos.
Abrió la puerta y se encontró con el rostro sonriente de Tae.
-Estás preciosa.
-Gracias- Dijo Virginia a la vez que salía al rellano y cerraba la puerta de la casa, lucia un vestido de tirantes con estampado de flores y una torera blanca, como calzado llevaba unas sandalias rojas muy cómodas.-Bien ¿dónde vamos?
-Es una sorpresa.
Ambos montaron en el coche, Tae tuvo la amabilidad de abrirle la puerta a Virginia, los diez escasos kilómetros hasta el parque de atracciones se hicieron eternos, ninguno hablo nada.
Cuando llegaron Tae le abrió la puerta del coche a Virginia.
-¿Un parque de atracciones?
-¿No te gusta?
-¿Qué? Claro que me gusta.
Virginia sonrió y su sonrisa iluminó el alama de Tae que instintivamente también sonrió.
Pasaron una tarde estupenda, no montaron en muchas atracciones pues el estado de Virginia lo impedía, pero aún así Tae consiguió que la pelirroja olvidara todo lo que en esos momentos pasaba por su vida y eso era suficiente para Tae.
-Ven, quiero llevarte a un sitio- Dijo Tae a la vez que le cogía la mano a Virginia.
Estaba atardeciendo y era el momento perfecto para llevarla a la playa y contemplar el mar.
Una vez estuvieron bien entrados en la arena de la playa Tae cesó su marcha y soltó la mano de Virginia a la vez que se giraba y desaparecía la sonrisa de su rostro. Lo que vio no pudo sentarle peor, hubiera preferido que le arrancaran el corazón de cuajo a ver llorar de nuevo a Virginia.
Ver llorar a la persona amada es una de esas sensaciones que te hacen querer llorar tu también, es una sensación horrible, te hace hundirte en la miseria y en la impotencia por no saber que hacer.
-Pero… ¿por qué lloras?- Dijo acercándose a una sollozante Virginia acariciando su rizado pelo.
-Este… Fue el primer sitio… Donde me trajo Jungkook- Dijo sollozando la pelirroja.
-Lo siento, lo siento Virginia soy idiota… Lo siento- Decía Tae a la vez que posicionaba el rostro de la pelirroja en sus manos y apoyaba su frente en la de ella mientras las lágrimas se derramaban una detrás de otra sobre el rizado pelo de Virginia- Lo siento, de verdad…
-No te preocupes Tae, estoy bien- Dijo la chica secándose las lágrimas.
-No, no estás bien, nada está bien Virginia. Ya han sido dos las veces que te he visto llorar por mi culpa y te prometo que no habrá una tercera.
-Tae de verdad, estoy bien…
-Virginia- levantó su rostro haciendo que esta le mirara a los ojos- Nunca más te voy a ver llorar, te lo prometo.
-Tae…
-Te quiero- Sentenció Tae antes de cerrar sus ojos y abalanzarse sobre los húmedos labios de la pelirroja fundiéndose ambos en un beso, extraño pero a la vez dulce como la miel.
Tae disfrutó con creces hasta el último rincón de sus labios, tan ansiados y tan deseados.
Virginia no negó la presencia de los labios del castaño en su piel, tal vez fue confusión, tal vez un momento de debilidad, pero en esos momentos no pensó en nada más que en su pequeño amor moreno con dientes de conejo, estuviera donde estuviese esperaba que la perdonara por eso.
Ambos seguían fundiéndose en aquel beso tan inesperado ante la atenta y lejana mirada de una chica rubia cuyas lágrimas surcaban sus sonrrojadas mejillas, no daba crédito a lo que veía así que solo corrió todo lo lejos que pudo.
Ana nunca había experimentado lo que es un corazón roto, pero podría jurar que era algo como eso.3 días, 20 horas y 50 segundos para la vista.
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Were in danger. (Jimin)
FanfictionCulpable. Dictó la juez. Dicho el culpable, dicha la sentencia. Caso cerrado. ¿Seguro?