16.Música

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-Chloe, pasale dos canciones más.-dijo Ryan, tirado en la cama de ella.
La chica no respondió y él ladeó la cabeza, mirándola. Los ojos permanecían cerrados. Rió entre dientes y la rodeó con ambos brazos, hundiendo el rostro en su cabello. Ella se acurrucó contra su cuerpo sin despertar. El detalle era pequeño e inconciente, pero para él lo era todo. Sin pensarlo, levantó sus mangas para comprobar que todo estaba en orden y se encontró con tres cortes nuevos. Besó su cabeza, sabiendo cuánto le había costado a ella detenerse en la tercer marca.

Niall se acercó a su hija y la rodeó con ambos brazos, mientras ella reía con suavidad.
-¿Qué estás haciendo, preciosa?
-Papá, ¿me crees si te digo que acabo de llegar al millón de visitar en mi canal de YouTube?-preguntó emocionada.
-¿Ya?-ella asintió efusivamente.-Bien, mi amor. ¿Los tutoriales?-ella tardó unos segundos en volver a asentir.-¿Hay algo más?
Nelly Horan tecleó con rapidez y apareció un video de ella tocando la guitarra. Era una melodía rápida, pegadiza, increíble. Niall comenzó a leer los comentarios.
-Este.-rió.-Wow, eres supermegaarchi...recontrarecoolgenial...hermosagrandiosisisisima.-dijo con dificultad.
- Creo que te faltó un sí.-rió ella con ganas.
-Voy a aprenderla. Esa chica tiene mucha razón.
Nelly sonrió de oreja a oreja entre los brazos de su padre mientras ambos reían. Hacía mucho tiempo que no tenían un momento de esos.

Freddie estaba sentado en la biblioteca, dando vueltas al encendedor en su mano una y otra vez. Ahora parecía que todos querían ayudar a Margarett, aunque ella no mostraba intenciones de permitirlo por completo.
El profesor tendió su mano y él lo entregó, aún clavando sus ojos en ella con firmeza. Sin saberlo aún, estaba buscando una pizca de su hermana bajo toda esa farsa.

Y volvamos a Chloe y Ryan, que aún estaban tendidos en esa cama.
-Deberías estar en la escuela.-musitó ella, refregando sus ojos.
- No quiero ir si no vas.-declaró él.
- No puedo hacerlo.-susurró con dolor.
-Te dije que ya no lo dijeras. Ese es el único motivo por el que crees que no podes. Chloe, hagámoslo juntos.-deslizó un dedo desde su sien hasta la punta de su barbilla y acarició la comisura de su labio brevemente.
-Está bien.- dijo ella y, por primera vez, deseó con todas sus fuerzas que él la besara, pero no dijo nada por miedo a que él dijera que no.
Sin embargo, él unió sus labios con delicadeza y cuidado. El contacto fue corto pero bastó para que ambos sonrieran y ella se pegara más a él, hundiéndose en su pecho y dejando que él besara su frente con suaves risitas insonoras.
-Voy a ir.-suspiró ella.
Escucharon la puerta de entrada. Su padre había vuelto de correr.
- No se lo digas.-pidió ella.- Sólo va a preocuparse.
-Mañana va a llevarte.- dijo él.-Vas a alegrarle el día por completo.
-Quiero que él esté feliz.-susurró ella y la puerta se abrió.
-¿Cómo está el amor de mi vida?-preguntó él, besando su cabeza.
-Dormida.-sonrió ella.-Oles feo.
Él rió y ella lo abrazó con fuerza.
-Creí que olía mal.- dijo él.
Ella no dijo nada y él intentó con todas sus fuerzas no preocuparse, aunque no era tan sencillo.
- Creo que tengo que irme.- dijo Ryan mirando su teléfono.- Te veo mañana, dormilona.
Besó la cabeza de la chica y bajó, diciendo que podía hacerlo sólo. Chloe no soltó a su padre, ni siquiera cuando él intentó ir a bañarse.
-Chloe...- dijo él.
-Estoy pensando cosas feas, Harry.

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