6- Te vi todas esas veces

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Sophia llamó a la puerta y, al abrir, vio como ambos chicos miraban el techo en silencio. Lucían a gusto, sin embargo.
- Ya está la cena.-anunció.
Su voz sobresaltó a Chloe, quien comenzó a respirar aceleradamente. El joven se enderezó y le puso los auriculares mientras ella se calmaba con lentitud.
-No estoy enferma.-musitó con lágrimas en los ojos.
Su padre entró con su madre, tras el llamado de la mujer de su amigo. Se apresuró a pegarla a su pecho y besó su cabeza.
-No soy autista y no tengo un retraso.
-Lo sé.- dijo su padre. -Lo sé, hija.
-Estoy pensando cosas feas.-dijo y su madre le dio sus pastillas.- Quiero ir a casa, Harry.
-Es sólo un ratito más. Vamos a cenar. ¿Queres ir al auto?-ella asintió.- Todo va a estar bien.
Liam vio como él la subía al auto. Sintió lástima por su amigo y por la chica. Realmente estaban empeorando las cosas.
-Harry.-dijo Daisy cuando él entró, pero su marido la cortó.
-Así me dijo ella. Me llamó por mi nombre.
-¿Puedo ir con ella?-preguntó Ryan.
-¿Cómo la conocías?¿Cómo lo lograste?¿Qué hiciste?-preguntó el de los rizos con desesperación.
-Le regalé mis auriculares. Le gusta la misma música que a mí. Lo noté durante el castigo.
Sin decir nada más, salió de la casa. Miró a la chica y notó que se movía bruscamente mientras lloraba. Se aproximó y, entre la oscuridad, logró ver un destello desprendido por la navaja. Abrió la puerta de un tirón y se la arrebató. Su brazo estaba surcado de heridas sangrando. El corazón le latía con rapidez. No podía creerlo. Tomó su rostro, la obligó a mirarlo.
-Chloe.-dijo con la voz rota.-¿Qué hiciste? Por el amor de Dios, Chloe, ¿qué hiciste? Mirame, nena. Por Dios, no cierres los ojos. Tenemos que entrar. Tengo que curarte.- la tomó por ambos brazos.-Decime algo. Respondeme, Chloe. Decime algo.
Los ojos de la chica se cerraron y él la tomó entre sus brazos con firmeza. La alzó y entró en la casa.
Sin dejar que nadie lo viera, pasó directo a su habitación y aseguró la puerta.
-Por el amor de Dios. Mierda. ¿Cómo me metí en esto? -se apresuró a tomar el botiquín.- Chloe, despertate. Yo sé que no estás enferma. Sé que nada de lo que dicen es cierto. Por favor. Mirame, Chloe. -prendió la música y se volvió hacia ella.-Vamos, nena. Te prometo que no voy a dejar que ellos vuelvan a decirlo. Sólo despertate.
Empezaron a sonar los golpes en la puerta y él se volvió violentamente.
-¡Déjenme!-gritó.
-¿Qué pasó ahí?¿Dónde está Chloe?
Él la miró. La chica se tomaba la cabeza con confusión. Se aproximó y vendó su brazo con rapidez antes de bajarle las mangas y llevarse el dedo a los labios en señal de que debía guardar silencio.
-Nuestro secreto.-susurró y sacó el seguro.
-Estamos acá.-dijo, bajando el volumen de la música.- No quería que se quedara sola.-mintió y las miradas se centraron en ella.

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