14. Muda

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-Era color azul.-dijo Zayn, parado junto a ella.- Pero perdió el color con los años. Está muy abandonada.-la casa del árbol retenía la mirada de ella.- Quiero trabajar en ella antes de vender la casa.
-Ahora se ve doloroso, pero si la vendes los recuerdos van a pasar a ser de otra persona.-murmuró Chloe.- No renuncies tan fácil, Jessy no lo hubiera querido así.
-Extraño a mi hija.-dijo él, mirándola y reteniendo las lágrimas.
-Lo sé.
-¡Chloe!-exclamó Harry al encontrarla.- No vuelvas a desaparecer así. Me asustaste mucho.-quiso abrazarla pero ella se apartó y estuvo a punto de salir corriendo pero el moreno la retuvo.-¿Hija?
-No te vayas. No renuncies tan fácil.-dijo, usando sus mismas palabras.
-Daisy va a tener un bebé normal.-dijo casi sin voz.-Tenes que ir con ella.
-¿Qué?-preguntó desconcertado.
-Tu papá no va a dejarte.-dijo Zayn, mientras su amigo asimilaba la información recibida.- Chloe, tu papá no va a irse.
Ella se abrazó con fuerza a su padre, llorando. Él la alzó y meció como a una pequeña mientras miraba a su amigo. La gente adentro cada vez era más, pero ellos tres permanecían fuera, mirando ese enorme patio en el que Jessy solía tirarse a tomar y fumar cuando su padre no estaba, aunque eso ellos no lo sabían.
-No me gusta cuando me decís Harry.-dijo el hombre, acariciándole el pelo.- No me gusta perderte así. No me gusta no poder llevarte a la escuela. No me gusta saber que tengo que volver a trabajar y no voy a por estar ahí todo el tiempo. No me gusta que veas la casa vacía. No me gusta que seamos una familia rota.
-Estás pensando cosas feas.-dijo ella, pegándose a su pecho y cerrando los ojos.
-Vos también pensas en cosas feas a veces. ¿Son las mismas?-ella negó.
-¿Sabías que hay lugares donde el cielo cambia sus tonos y colores según la hora del día?-él asintió, mirándola.-¿Y que hay personas que no pueden apreciarlo por problemas en su vista?-volvió a asentir.-Puedo ver los colores cuando estás ahí.
Ambos hombres sonrieron y la puerta a su espalda se abrió.
-¿Chloe?-llamó Ryan. Ella lo miró al instante y sonrió con timidez. -Estaba buscándote.
La observaron escuchar música con el joven, dentro de la casa.
-Puedo cuidarla.-dijo Zayn.-Mientras trabajas, puedo cuidarla.
-No lo sé.
-Es una chica muy buena. No quiero que la dejes con cualquier persona.
Los dos guardaron silencio un largo rato antes de decidir que debían entrar.
-¿Podes venir el lunes temprano?-preguntó.- Es sólo hasta el mediodía.
Zayn asintió y se internaron en la pequeña reunión sin decirse nada más.

-Quiero que bajes, Margarett.-pidió su padre en el balcón, mirando a la chica que permanecía en el techo.-Vení acá, nena.-extendió su mano.- Por favor, hija.
-Papá, quiero que vuelva.
-¿Quién?-ella bajó y se hundió en sus brazos.
-Jessy.-lloró ella.
-Hija, tranquila...
-Ella me entendía, papá. Hacía mucho que no tenía una amiga como ella. Quiero que vuelva.
Louis la alzó con un poco de dificultad y besó su cabeza con lágrimas en los ojos. No le gustaba ver a su nena llorar.
-Maggy... Shh. No llores.
-Fumo cuando tengo miedo. Ella hacía lo mismo. Nos juntábamos acá y dejábamos de tener miedo porque no estábamos solas. Si te vas, voy a fumar hasta que mis pulmones sangren y me muera como ella.
- No vas a fumar. No vas a morirte. Tus pulmones no van a sangrar.-aseguró y la miró fijamente.- Y no voy a ir a ningún lado.

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