8. De madrugada

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Jessy Malik y Margarett Tomlinson fumaban un silencio sentadas en el techo de la casa de la primera.
- Yo empecé a fumar cuando tenía tu edad.-dijo.- Mis papás todavía no lo saben. Son algo raros, ¿sabes? Igual que tu hermano.
-No tendrías que haber mencionado nada delante de él.
-Pensé que eras puro cartel.-dijo ella.- Pero no. Ya voy a encontrar la forma de que dejé de joder.
Vieron el auto que llegaba.
-Supongo que tengo que irme.-dijo Margarett.
-Tenemos clase. Yo te llevo.
-¿Qué hago con Freddie?
-Que se mate buscándote, por imbécil.

-Chloe, ¿viste a tu mamá?-preguntó Harry, entrando en el cuarto. La chica estaba sentada en la cama, mirando la pared en silencio.-¿Chloe?
-Papi, Daisy nos abandonó.-dijo en un susurro y la voz se le quebró.
Hacía demasiado tiempo que Harry no la escuchaba llamarlo "papi", o con la voz quebrada. Hacía años que no la veía llorar de ese modo. Sin pensarlo, la tomó en brazos como cuando era pequeña y comenzó a recorrer la casa, descubriendo que las cosas de su esposa no estaban. La chica no parecía lograr calmarse y él tampoco. Se sentó en el sillón y hundió el rostro en el cabello de ella.
-Papi, tengo miedo.
- Papi está acá y no va a irse. Tranquila. Papi está acá.
La casa ahora parecía demasiado grande y vacía para ellos. Sin esa mujer que, aunque nunca estaba, estaba siempre, la casa lucía inmensa y triste. Tan triste que no sabían si podrían dejar de llorar.

-¿Louis?-preguntó Niall, confundido.-¿Louis Tomlinson?
- Yo...-volteó y lo miró de pies a cabeza.-¡Niall!

Los amigos comenzaban a encontrarse sin saber que sus hijos se conocían, se juzgaban, que la hija de uno de ellos estaba golpeando a la hija del otro porque le había robado un cigarrillo. El hijo de otro, buscaba a una por los pasillos, llevándose puesta a la hija de otro y distinguiendo a un hermano al final del pasillo. A su vez, este miraba la pelea mientras su hermana grababa con su celular.
-¡Margarett!-gritó Freddie.
-Dejala, Jessy. Creo que ya entendió.-dijo esta, dejando de filmar.
Las chicas de alejaron, seguidas por el de los ojos oscuros. Ryan reconoció a Chloe en el piso y quiso ayudarla, pero ella corrió lejos y se encerró en uno de los cubículos del baño.
-Quiero irme.-musitó.- Quiero irme.
Nelly Horan salió del baño y llamó a un profesor, avisando que había una chica llorando y pidiendo irse. Que la nariz le sangraba y tenía una quemadura en un lado del rostro.
Ryan entró sin mediar palabra y se metió por debajo de la puerta, sabiendo que ella no abriría. Al mirarla, ella tenía el brazo descubierto y presionaba un pequeño clavó entre los dedos. Se apresuró a sacárselo y revisarle ambas muñecas. Al ver que no había marcas nuevas, la tomó por ambos lados del rostro y le besó la frente, cerrando los ojos con fuerza.
-Chloe, por favor.-suplicó y abrió la puerta.
-Quiero irme.-lloró ella.
-Voy a llevarte a tu casa.-le acarició el rostro.- Todo va a estar bien. Vamos a lograrlo juntos.
-Daisy se fue.
-Pero Harry sigue ahí.-la hizo salir de ahí, conduciéndola al lavado, donde limpió la sangre de su nariz y la quemadura.
-Jessy Malik,-dijo él, cuando el profesor entró.- fue ella. Voy a llevar a Chloe a su casa.
-Usted no puede...
-Mireme y trate de frenarme.-dijo, saliendo del baño con ella. Tomó ambas mochilas y cruzó la puerta.
-Ryan...
-Voy a llevarte a casa.-dijo ante la desesperación en la voz de ella. Volteó y acunó su mejilla. La miró fijamente y bajó el tono de su voz.- Chloe, voy a llevarte a casa.

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