Cámaras » [rubelangel]

Capítulo Cinco

RUBIUS

Si me dijerais que estaba alucinando en ese momento, os creería. Sentía manos por todos los rincones de mi cuerpo. No estoy de coña, todos los putos lugares. Llevaba mis maletas en una mano, y la cámara en la otra.

—¡Rubius!
—¡Rubén!
—¡Rubelangel es real!
—¡Mahe!
—¡Ust!
—¡Mangel!

Los gritos me generaban un impulso casi incontrolable de taparme los oídos. Buscaba con la mirada algún guardia pero parecía  imposible que un policía pusiese traspasar la oleada de fans que nos rodeaban. Mangel iba detrás de mí tratando de tomarse fotos con todos los que le gritaban.

Me estaba ahogando a pesar de mi altura, procuraba evitar a toda costa que alguien me robase algo. Divisé una camioneta blanca al frente mío, había un camino hacia ella que algunos guardias intentaban abrir. Busqué a ciegas el brazo de Mangel y me aferré a él jalándolo conmigo. Entramos a la camioneta saltando y caímos a la vez. Jamás había esperado tantos fans en Nueva York y estaba sorprendido. No debí avisar que vendría hoy.

—¡Joder, ha estado lleno de cojones!—Dije sin aliento mientras me sentaba correctamente y el automóvil empezaba a moverse. Me percaté de que aún sostenía la mano de Mangel y la aparté algo cohibido.

—¡Si serás gilipollas, tío, ya no traeh la gorra!—Exclamó Mangel apuntando a mi cabeza frunciendo el ceño.

—¿Qué?—Llevé mi mano hasta la cabeza y me encontré con mi pelo revuelto—¡¿Cuando?! ¡De nuevo, no, tío!—Me cabreé—¡La puta gorra de Deadpool, tío, esa puta gorra!

Mangel medio rió medio gruñó. Ya me habían robado la gorra antes en Colombia y todo había estado bien, me la habían devuelto. Pero de ahí a que me la robaran de nuevo ya me parecía estúpido. Completamente estúpido. No era una buena broma, lo único que habían conseguido era cabrearme. Apagué la cámara, reacio a seguir grabando el mal momento que estaba pasando. Miré por la ventana los altos edificios y aunque todo me parecía muy bonito, estaba fastidiado con la ciudad.

—Rubiuh—Mangel me llamó suavemente desde el costado.

—La puta gorra de Deadpool—Refunfuñé desde mi asiento.

—Rubiuh, está bien, ya te la devolverán—Puso su mano en mi hombro.

—No por segunda vez—Suspiré ante su tacto, estaba empezando a calmarme.

—Podemoh comprarte otra—Me sonrió sinceramente.

Le miré y le devolví la sonrisa. Sin embargo, yo solo quería la gorra de Deadpool que me habían robado, no un remplazo. Nos dirigíamos al hotel donde se encontraban nuestros amigos. No quería que nadie estuviese esperándonos, aunque sé es es algo egoísta de mi parte. Para mi buena suerte, entramos por la puerta de atrás, donde nos esperaban Luzu, Frank, Alex, Willy, Samuel, y algunos otros gamers del mundo que reconocí a simple vista, sin embargo no me acerqué a ellos.

Cuando bajé, me envolvieron en abrazos y palmadas en la espalda. Había extrañado vernos a todos juntos.  Nos guiaron por el gran hotel a un sala de conferencias donde se encontraban muchos más Youtubers que no conocía. Nos dijeron que habrían situaciones que nos expondrían a estar en peligro–más psicológico que físico–pero que no iban a excederse incluso si no adivinábamos a la primera de que juego se trataba. También nos dieron nuestros horarios de grabación y descanso, nuestras habitaciones, varios mapas y formas de contactarlos.
Empezábamos al día siguiente, ya solo faltaban unas cuantas horas para la noche.

—El programa tendrá un total de trece a quince capítulos dependiendo lo que se decida. Habrán días en los que grabareis todos juntos inmersos en un juego y habrá otros en los que podrán descansar algunos—Habló el señor que se sentaba al otro extremo de la mesa en inglés—Podéis comunicaros con vuestros fans a través de las plataformas virtuales que tenéis cuando lo deseen, sin embargo, no podréis revelar información sobre vuestro paradero, ¿está claro?

—¿Podemos visitar la ciudad de vez en cuando?—Preguntó Borja con su acento que me hacía reír cuando hablaba inglés, aunque a decir verdad, hablaba mucho mejor que yo—¿Salir a alguna fiesta o ir a un parque de diversiones?

—Allá iba—El tipo se aclaró la garganta—Sí, podréis salir del set de vez en cuando solos pero únicamente en los viernes y fines de semana. ¿Otra pregunta?—Todos negamos con la cabeza—Bien, pues id a descansar, necesitaréis energía para mañana.

Me dirigí a mi habitación con mis maletas, y el móvil en mi mano. Los pasillos eran bastante amplios y limpios.

@rubiu5: Ya he llegado a Nueva Yoork mis negros, me han robado la gorra de Deadpool de nuevo pero el hype es el mismo por mañana ;D.

No esperaba que sonara muy sarcástico pero tampoco quería pasar por alto que me disgustaba el hecho de que me robaran algo cada vez que viajaba. Me llegaron bastante menciones y notificaciones pero no me molesté en leerlas, si algo estaba claro era que no iba a encontrar mi gorra leyendo los tuits que me mandaban, siempre salía alguien diciendo que la tenía cuando no era verdad.

Sentía la presencia de los demás a mis espaldas mientras entraba a mi habitación que consistía en una gran cama blanca con un televisor y un baño. Estaba bastante cansado y me dejé caer sobre la cama. Me desvestí acostado por la pereza y me quedé allí tumbado. Esperaba que esta decisión cambiara mi vida actual, que pudiera darle fin a mi aburrimiento constante y pudiera hacer un poco más interesante mi día a día. Y costara lo que costara, iba a hacer esto realidad.

Sin embargo, temía que algo pudiese salir mal. Que quizá alguna amistad se destruyese o que hubiese tanto salseo que no pudiese soportarlo por más de que me gustara. Había venido aquí con un propósito: ser más feliz. Sé que pensaréis "¿kheé clazse de gilipollezs ez ezta?" pero es verdad. Sería un poco más feliz al cambiar mi rutina, al cambiar de ambiente y de elecciones. Además, la plata que recibía al participar no estaba mal y los fans tendrían un poco de mí cada unos días. Esta decisión le hacía bien a la mayoría de todos. Pero, ¿era la decisión correcta?

-

DUDA:
¿de dónde sois?