RUBIUS
Veía las estrellas desde la solitaria calle. Con mis maletas en ambas manos, me había detenido a observarlas. Busqué constelaciones y planetas sólo para distraerme un rato de la realidad de haber llegado a una ciudad tan llena de recuerdos como lo era Madrid.
Observé la luna que se asomaba detrás de las nubes y entre suspiros empecé a caminar hacia mi edificio.
Cuando abrí la puerta de mi departamento fui recibido por mis gatos; que habían sido traídos por Maximus en la tarde. Sin preocuparme en dejar las maletas en algún lugar donde no estorbasen me senté en el piso y sostuve en mis manos a Wilson. Le miré y planté un beso en su cabeza involuntariamente como una reacción a su ternura. Acaricié a Raspy detrás de sus orejas y su lomo.
No quería pensar, así que bloqueaba todos mis pensamientos haciendo actividades cotidianas que pudiesen hacerme olvidar. Y es imposible evitar algo, se puede posponer, pero nada más allá; así que cuando estuve a oscuras bajo las cobijas pensé en él por primera vez.
Por primera vez, bajo la nostalgia que comúnmente genera la noche, sentí que era libre de llorar. Podría hacerlo y nadie sabría acerca de mis lagrimas, podría hacerlo y hacer todo el ruido que quisiera sin ser juzgado. Así que así lo hice. Cada lagrima contenía un recuerdo que a su vez eran cuchillos que me atravesaban.
«Miguel Ángel Rogel» Fue el primer pensamiento coherente compuesto de palabras que tuve a través de todo el caos mental lleno de recuerdos tristes, palabras vacías, momentos rotos, miles de sonrisas y cientos de lágrimas.
En la semana que había pasado en Nueva York después de que las simulaciones finalizaran oficialmente había llegado a una conclusión:
Miguel Ángel Rogel es incambiable.
Sus bromas impregnadas de su humor negro, su risa inocente en los vídeos, sus pequeñas caricias en la espalda, y aquellos suspiros de frustración que suelta a través de sus palabras enredadas por su acento andaluz son incambiables.El recuerdo de él siempre está presente a través del brillo de mis ojos, no porque brillen por él – o quizá sí–sino porque recuerdo que sus ojos son cientos de veces más brillantes y más cálidos. Menos vacíos y más llenos de sentimientos. Las almas gemelas tienden a estar siempre juntas y estar separado de él pero con alguien más era peor que simplemente no estar con nadie.
Es verdad, Eco despertaba en mí nuevas emociones muy bonitas pero lo único que yo deseaba era sentir aquellas que me invadían cada vez que mis labios rozaban alguna parte del rostro de Mangel o viceversa. Porque aquellas emociones que él despertaba en mí eran incambiables como todo el resto de él.
Llegando a esa conclusión después de dar varias vueltas en la cama, con muchos pensamientos y lágrimas en mi mejilla, me deslicé casi sin darme cuenta a la inconsciencia.
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2 S E M A N A S D E S P U É S—¡Necesita más polvo!—Llamó la chica que me estaba maquillando para el show que grabaríamos en Madrid en el cual nos darían premios—¿Por qué tienes la cara así, Rubén?—Tocó con la yema de sus dedos mis mejillas sensibles—¿Has estado llorando?
—No, qué va -Mentí y aparté sus dedos con un movimiento leve de mi cabeza—Debe ser el cambio de clima brusco de Nueva York al de Madrid.
—Han pasado semanas desde que llegaste pero... Puede ser—Murmuró y empezó a retocar mis pómulos para que mi piel se viera plana y perfecta a través de las cámaras.
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Cámaras » [rubelangel]
Fanfic"Incluso si las cámaras me apuntan a mí, incluso si sé que las palabras que diga serán transmitidas por televisión y se volverán tendencia en internet, diré todo lo que tenga que decir para que comprendas qué es lo que siento hacia ti. Porque... un...