Daddy {Rubelangel}

ix.

A paso apresurado cruzando pasillos, Mangel intentaba convencer a Thomas para que la sesión fotográfica la encabezara él. Ese sentimiento de celos era tan grande que no permitiría que alguien mas lo observara.

-- Es solo que, mi modelo se siente mas cómodo siento fotografíado por mi y no por extraños. Muchos años lo hemos hecho así.

-- Lo siento, pero usted solo colaborará en el vestuario, poses y una que otra cosa... o lo hace Richard ó la puerta esta demasiado grande para que salga.

A Mangel se le revolvió el estomago, no quería dejar a su pasiva con alguien más, pero tampoco quería dejar irse tal ave al atardecer a su empleo. Lo único que le quedo fue resignarse y aceptar.

Tres... dos... uno ¡flash!

Como la propuesta que presentaba Mangel era muy buena decideron mantener con él ideal.

El vestuario llegó; daddy escogió una falda muy corta azul, un lazo para cabello y unas medias rosa con azul. Él conocía tan bien a Rubén que sabía que le gustaría y le quedaría perfecto;
lo que más les sorprendió a los jueces fueron los múltiples moretones que lo decoraban de arriba a abajo, aquellos "chupetones" en su cuello, en la espalda, incluso en la entre pierna. Todos miraron extraño a ese joven emprendedor de una idea tan original y erótica. Por supuesto no evitaron preguntar...

-- ¿Por qué tiene esas marcas en su piel?

Y él ni siquiera intento disimular o mentir, lo dijo sin pena alguna. - Yo se las he hecho, es mi novio.

Eso sorprendió a todos, pero era la respuesta a porque no dejaba que alguien mas lo fotografíara.

Sobre una cuna se encontraba Rubén, un lazo caido sobre su cuello y las piernas totalmente abiertas incitando al placer de los que veían y verán aquella escena.
Click tras click que se le daba a la camara, daddy moría por dentro.

En varias ocasiones pudo ver a Richard "el fotógrafo" observale por mucho tiempo las piernas a su uke, morderse, lamerse los labios incluso una erección debajo de aquellos pantalones cafés.
Los celos se apoderaban de él pero la acción de Rubén, esa sonrisa picara cada vez que el otro chico lo miraba hizo que la bomba estuviese a segundos de hacer 《¡BOOM!》.