x.

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Pero en cambio lo dejó así, su mente era muy ágil corría más rápido que un caballo en la pradera, por lo tanto pronto encontraría una forma de hacerle ver a ese niño lindo quien era dueño de aquel ojiverde.
Sería capaz de follarselo ahí frente a todos para que de alguna traumante forma "marcara su territorio".

Acabando la sesión se quedaron platicando con el gerente y Mangel recibió su primera paga por parte del empleo como fotógrafo.
Decidieron festejar, la mejor forma sería "una noche de juegos" un tanto no aptos para niños.

-- ¡Lo logramos Rubén, los dos!- dijo besandolo fuertemente en los labios, aquella sensación era tan linda que parecería que no se separarian jamás.

-- ¿y qué piensas darme como recompensa?

Con una sonrisa pícara replico - Aquello que te gusta tanto.

Dando pequeños saltitos y aplausos cortos, fue como demostró su alegría.

In the night

Rubén se había puesto aquella falda rosada que usó en la primera sesión fotográfica que le hizo Mangel, las cuales imágenes aún conservaba para darse placer cuando su amado uke no se encontraba.

La habitación decorada con luces navideñas, juguetes para bebé, tonos rosados en las paredes. Aquél tono "infantil" que los dos usaban les resultaba tan divertido y excitante; y mantenía el juego de "Daddy" los hacia sentir en su propio mundo, con sus propias reglas.

Uno ensima del otro, así se encontraban completamente desnudos solo con aquella fina tela que decoraba la parte de la entrepierna de Rubén.
Sus caderas se movían al compás de sus latidos.
Tocando la punta del pene de Mangel dando giros a la circunferencia hacia que una corriente eléctrica le recorriera el cuerpo, prosiguió lamiendolo; aquella lentitud lo volvia loco, arqueo la espalda tratando de que su miembro estuviera tan dentro de él que rosara la campanilla y lo logró, pero aquel toque hizo que Rubén inmediatamente tuviera una sensación de vómito y se apartó de él cubriéndose la boca.

-- ¡Sigue! - grito Mangel, la excitación era tanta que volvía a el modo que lastimaba al otro chico.

-- No puedo...

-- Sí puedes, ya lo hemos hecho. Acaso quieres ser castigado.

-- ¡No! - añadió con miedo, él había aprendido que era un castigo de Mangel con el tiempo.

De un golpe brusco dio la vuelta a Rubén, rápidamente colocó la erección en la entrada del otro para comenzar a golpearlo en cada penetracion, no estaban usando ni condón, ni lubricante... esto por la mañana sería un dolor insoportable en el culo.

-- ¡Basta, duele! - lloriqueando no paraba de decir que dejara de hacerlo, lo lastimaba y por una simple queja le iba a castigar.

Salió de su interior, obviamente a el también le dolía. El rose fue tan constante que comenzó a sangrar, solo un poco. Atado de manos y piernas y su espalda a la vista de Mangel daba "nalgadas" lo que provocó que su piel palida se tornara violeta, esa sádica y dolorosa escena provocó que las lágrimas salieran a chorros, la combinación de los gritos/ llanto hizo que este se detuviera y dejara en la oscuridad solitaria a "el amor de su vida", al que prometió nunca hacerle daño.

Daddy {Rubelangel}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora