xxiii.

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Alex empezaba a aparecer en vídeos de cada uno de los dos, incluso se creo su propio canal. Los tres vivían juntos y Alex se daba cuenta de los problemas que a veces había entre ellos, peleas, discusiones sin sentido, el simple hecho de no poner las llaves donde debían era motivo de echarse en cara todo lo que odiaban el uno del otro.
Se separaban cada vez más, Mangel le daba por su parte dejándolo ser libre, ya no lo quería tener atado a su lado.

"Toqué la suave piel de una mujer... y me gustó "

Una noche Mangel había bebido mucho sin razón alguna, Rubén estaba en su habitación jugando encerrado tratando de ignorar los gritos del otro lado de la puerta que emanaba la garganta del ojinegro.
Reclamos sin sentido, solo eso era capaz de decir; pero decidió armarse de valor y enfrentarlo.

- ¡Bueno!, quieres callarte ya hijoeputa.- dijo arrebatandole la botella de las manos.

- ¡Y tu quién eres para callarme estúpida pasiva!

- Cierra la boca o te meteré lo que te falta por allí.

Risas- ¿lo que me falta?, si es lo que te tragas todas las noches.

- Sabes que, dímelo ya, ¿qué mierda te sucede?

- Pues estoy harto que me dejes por otras personas, por supuestos amigos, dejandome sólo, que te crean novio de chicas y de que no tengas el valor de decirles que es a mi a quien todas las noches besas, a mi es con quien follas, que yo soy esa supuesta chica. Que tu fama te ha cambiado, que las chicas tengan que imaginar estar contigo en una cama, cuando a ti te gustan los hombres es eso... que no tengas valor.

Con los ojos llorosos, lo miro fijamente, se secó las lágrimas y salió del departamento.
Alex solo estaba encerrado en la cocina cubriéndose los oidos como un niño al escuchar a sus padres discutir.

El frío golpeaba su rostro, no paraba de llorar mientras las palabras que escupió Mangel rondaban por su mente, pensando en que solo era un mal sueño y que aún lo amaba.
Su mano temblaba mientras sacaba un cigarrillo para poder darle una calada e intentar tener un buen sabor de boca, el cual ya no podía tener porque hace tiempo que Mangel ni siquiera le besaba.
En una plaza había chicas y chicos bailando, una le llamó la atención, pelirroja, un tanto alta y de ojos verdes, pálida como la nieve y su sonrisa era hermosa.

Tímido se sentó a su lado;
Trataba de no cruzar miradas con ella, no quería que lo viera sonrojado.

- Hola...- rompió el hielo.

- Hola...

- Me llamo Rubén, ¿y tú?

- Jannies.

- lindo nombre... como tú.

La sonrisa de la chica lo hizo soltar una pequeña risa al ojiverde.

- ¿Por qué tienes los ojos rojos?...¿lloraste?

- Em... en realidad si. Por alguien que no vale la pena y recién me soy cuenta.

- A veces pasa, pero no debes llorar, no derrames lágrimas por una persona que no lo vale. Se ve que eres muy lindo, ¿quién te haría daño?

- un idiota - susurró.

- Disculpa...

- No, nada. ¿Quieres un café?

- Porque no.

Bebieron su café, pero la chica no era tan inocente como él creía.
Acabando en un motel de mala muerte fue donde despertó con aquélla pelirroja a su lado; levantando la sábana se dio cuenta de que estaba desnudo y con una erección que nunca había tenido con una chica... solo con hombres.

Después de dejar a la chica en su casa, y su número. Se dirigió al departamento, abrió la puerta intentando no hacer ruido; y lo recibio un calido abrazo.

- Rubén, creí que ya no volverías.

- Alex... hola, ¿y Mangel?

- No ha salido de su habitación desde ayer, se la pasó llorando y maldiciendose por decirte todo lo de anoche.

- Ay Mangel...

Tocó la puerta, e inmediatamente se abrió.

- ¡Rubén!- sus manos ya estaban puestas sobre sus mejillas para besarlo, cuando el ojiverde lo alejó.

- No. Debemos hablar.

- ¿Qué?

- Seré directo... ayer tuve sexo con una chica.

- ¿Qué? - las pupilas de Mangel se cerraron para impedir que corrieran las lágrimas.

- Y eso no es lo peor- tartamudeo- toqué la piel suave de una mujer... y me gustó.

Mangel cayó en el piso cubriéndose los ojos, deseando que no fuera verdad.

Daddy {Rubelangel}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora