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Una buena vida, eso aparentaba pero si no podía tener a mi "otra mitad" completamentandome que importaba lo demás. Porque sería capaz de perderlo todo... mientras nunca fuese Mangel.

Existe algo llamado aferracion psicológica donde las personas involuntariamente necesitan a otra para sentirse bien, completos, Rubén sufría eso, años de ser ignorado por la sociedad y sus propios padres lo orilló a buscar amor en un extraño.

-Espectáculo-

El espectáculo había estado de maravilla, la música, las imágenes y sobre todo los fans, gritaban y saltaban al son de la música o cuando apreciamos en el escenario.
Pero él, él brillaba entre la multitud, sus ojos verdes eran resplandecientes, su cabello suave, brincaba de la euforia; él era perfecto en aquel lugar.

Por la noche cada quien descansaba en su habitación, una tormenta era lo que había fuera yo solo estaba resguardo tras las sábanas, pensando en sus ojos, debieron verlos, realmente me capturaron.

Rubén

Una tormenta. Los fuertes truenos hacían zumbar mi cabeza los rayos iluminaban la ciudad, siempre les temí a las tormentas eléctricas aunque detrás de ellas estaba mi madre abrazandome y cantandome hasta quedarme dormido, pero ahora estaba solo, en la oscuridad, odiaba eso por el hecho de que me recordaba donde permanecía después del castigo que me daba mi daddy...- vibra la tierra por la potencia de un rayo- Aaaah- gritó, para salir corriendo de allí dirigiéndose a la habitación de Mangel. No paraba de tocar la puerta, mas parecía que la quería derrumbar.

- Ya voy, coño, tranquilo.- abre la puerta- Rub...

No pudo ni acabar la frase cuando Rubén ya estaba rodeando su cuerpo con las manos llorando por el tremendo susto que le había sacado ese ruido estrepitoso.
Entre sollozos y pequeños suspiros entre cortados por su llorar dijo- pu... puedo dormir hoy contigo.

- Claro, entra. Recuestate en la cama yo dormiré en el sofá.

- ¡No!, quiero que duermas conmigo.

- Pero Rubén yo...no puedo.

- Juro que no pasará nada, solo necesito tu cuerpo que me calme.

- Está bien.

Y sin esperar más levantó la sábana, pasando su brazo por debajo de la cabeza de Rubén; la mano del ojiverde rodeaba el estomago de Mangel mientras recibía besos en su frente. Rubén no estaba allí para conformarse con solo llegar recibir unos cuantos besos y dormir, el cuerpo lo pedía.
Levantó la cabeza haciendo que los labios del pelinegro chocaran con los contrarios y la pasiva lo insentivó a continuar. Movía su lengua en busca de lograr su excitación, lo consiguió, recorrió su cuerpo, posandolo encima del otro con sus manos buscaba el final de la camiseta, levantandola bajo a sus pantalones sacandolos por sus tobillos.
Mangel se sentía tan bien que comenzó a desnudar el cuerpo de lo que ahora sería su amante.
Los besos y caricias no cesaban- te necesito dentro de mi- dijo Rubén. Mangel obedecía, giro completamente el débil cuerpo del castaño para colocar su latente erección frente a la entrada del mismo, daba golpes precisos

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⏰ Última actualización: Jul 14, 2016 ⏰

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