Julie y el ladrón del rayo [libro 1]

9. Me peleo por una misión

Me quedé en la oscuridad del bosque, sola, toda la noche, al parecer la luna era mi única compañía. Me agradaba estar en ése lugar, me sentía fuerte. Pero sin embargo, estaba decepcionada sobre mi progenitor. Aún no lo puedo creer.

A la mañana siguiente varios campistas fueron a buscarme, todos con armaduras, hasta ahora no me he topado con monstruos. En fin, nadie me encontró, a Luke lo vi merodeando preocupado, mi corazón se encogió, fui egoísta al irme corriendo al bosque.

No quería que me viera, me avergonzaba de quien era yo. No sé como lo hice, pero me sentí muy débil, y miré que estaba rodeada de sombras, levanté una mano y no la veía muy bien, Luke pasó enfrente de mí y no me vio.

Decidí seguir paseando por el bosque, descubrí que mi cabello ardía en llamas negras cuando aparecía a unos metros de donde estaba. La parte más difícil fue tener que controlarlo cuando quisiera.

Percy fue el único que me encontró, me contó que Poseidón lo reclamó como hijo ésa misma noche que yo. Y también me dijo que algunos campistas piensan que yo invoqué al perro del infierno que lo atacó esa noche, ya que soy hija del dios de los muertos.

No me obligó a regresar al campamento y prometió no decirle a nadie donde estaba. Ya extrañaba a mi hermano. No puedo creer que mi padre me hiciera perder mi memoria, y para molestarme más, tiene a mi madre cautiva.
Miro el anillo de plata que me obsequió. Noche plateada.

No entiendo por que me dio un anillo. No sirve de nada. Miro la perla negra de encima. La toqué y el anillo se transformó en un arco de plata.

—¡Ah!

Lo tiré al suelo. En mi espalda había un carcaj, Hades me regaló... esto. Recuerdo que dijo que sería muy peligroso si supieran que el es mi padre. Pero el me hizo decirlo, yo pude haber guardado ése secreto. Tomo una flecha, la punta es negra y fría.
Bueno, su regalo no es tan tonto. Pero no pienso usarlo. Dibujo con la flecha en el suelo y las hojas comienzan a morir y salen unos huesos de animales.

—¡Ah!

Vuelvo a gritar y me pongo de pie.
¿Qué es esto?

Decido regresar al campamento, se qué sería algo arriesgado. Pero no tengo otra opción, a menos que bajé al inframundo y hable con Hades para que me devuelva mi madre.

Al llegar al campamento muchos me miran con miedo. Solo los ignoro y sigo caminando. Luke está entrenando con su espada, me ve de reojo y corre hasta donde estoy.

—Julie... ¿por qué te fuiste así? Te busqué y no pude encontrarte...

—Yo... bueno, es difícil de explicar.

—Me da lo mismo —me abraza—. Me importa que estés a salvo. Vamos, el señor D quiere hablar contigo y Percy.

Caminamos hasta la casa grande, creo que no le interesó mi arco de plata. Los campistas me siguen viendo raro, observo que Silena esta en la puerta de su cabaña, me sonríe. No puedo evitar sonrojarme.
El cielo estaba bastante nublado.

—Va a llover.

—Aquí no llueve si no queremos.

Me encogí de hombros. Nos topamos a Percy y Grover camino a la Casa Grande.
Grover me abrazó y se puso a sollozar de cuán mal protector era. No me gustaba que me abrazaran si no quería. Luke estaba algo tenso y con el ceño fruncido, al parecer le dieron celos. Dijo que nos dejaba y se marchó trotando.

Subimos al porche de la Casa Grande. Dioniso estaba sentado, Quirón estaba del lado opuesto con su silla de ruedas. Jugaban contra contrincantes invisibles, había dos manos de cartas flotandoben el aire.