Kim Kardashian's Daughter.

Capítulo 4

— ¿Que tal tu encuentro con Justin?— pregunta mientras con sus dedos acaricia la ropa en el estante.

—Normal — mentí — lo aprendí a superar.

—¿Estas segura? — alza una ceja — no creo, eres muy... rencorosa o mejor dicho difícil de olvidar a una persona, Kaylee soy tu mejor amiga, se todo sobre ti.

—¡Mira esta ropa! — salí a correr, quería cambiar de tema.

—Es hermoso — lo saca de la estantería — y no me cambies de tema.

—Lele mañana son mis dieciocho, por un momento deja que lo olvide ¿si?— asintió.

—Entiendo, ve y pruebatelo — me lo extiende — tenemos que ver que sexy te queda.

Blanqueo mis ojos, camino hasta los vea y y empiezo a probarme la ropa que he elegido, me encanta, se ve muy sexy y algo informal para el día de mañana.

—¿ Que tal?—  salí del mostrador.

—Increible — sonríe — no lo llevamos.

Sonrió, vuelvo a cambiarme y caminamos hasta la caja registradora y pagamos las prendas.

Oímos los gritos de muchas chicas, por detrás de la vitrina aparecen muchos paparazzi y seguido de ellos, hombres de negros tratando de escoltar a alguien.

—¿Quien es ese?— pregunto.

—Justin — aseguré — siempre pasa eso cuando viene, creeme a si me tocaba cuando salía con Justin.

—Es muy guapo — sonríe pícara.

Volteo a mirarla sería y la golpeó con mi antebrazo.

Justin entra al mismo almacén en que estaba, ¿que mierda?

Nuestras miradas se cruzan y camina hasta donde mi, nos acercamos, quiere besar mis labios pero lo apartó dándonos un beso en la mejilla.

—¿Que tal Justin?— pregunte algo incómoda.

—Muy bien, Kaylee — lame sus labios.

Lo hace porque sabe perfectamente que esa era mi debilidad, siempre que lamía sus labios le robaba un beso o me sonrojaba.

—No hagas eso, Justin — susurré, no quería que nadie lo escuchará.

—Creo que necesitamos hablar en privado — toma mi muñeca — ven.

Entramos por una especie de cuarto, Lele se queda afuera con los demás.

—Bien — me senté.

—¿Que hacías aquí? — pregunta sonriendo.

—Comprando alguna ropa — mordí mi labio... también era su tentación.

—No hagas eso Kay, ahora no — susurra.

—Eso mismo lo hiciste en público y tuve que resistirme.

Sonríe y se sonroja.

—Lo aceptaste todavía sigues sintiendo cosas por mi — pasa su mano por mi cintura y me atrae a el — quiero arreglar las cosas, Kay... quiero ser otra vez el primero en tu vida.

—No creo Justin — susurré — me terminaste y no se porque motivo.

—Te lo explicaré luego — se para y besa mi frente — mañana estaré en tu fiesta, en primera fila.