Permanecí en mi lugar, recargando mi brazo en el respaldo de la silla analizando su pregunta.
Me di cuenta de que ni siquiera conozco su nombre, ¿qué haré?, ¿qué haré?...
— Me llamo Simón — dijo rápido — lo digo porque te vi como entrando en una crisis, lo último que quiero es ponerte incomoda.
— ¿Y tú porque no hablas? — pregunto simple — hasta donde entiendo, no lo haces porque no quieres o no más bien ¿no puedes? — conversaba mientras acomodaba el juego sobre la mesa — ... Disculpa si sientes que hablo por hablar, pero sé que tú no lo vas a hacer y para mí es un poco difícil no hablar, después de todo mi tía me educó para hacerlo... ¿Qué color quieres? — añadió refiriéndose a las piezas del juego, y señalé la pieza azul — en fin, ¡¿empezamos?! — dijo animado — no necesitas hablar si no quieres, solo mueve la cabeza para si o no.
Estaba muriendo de risa por su forma de expresarse, tan ¿motivada?
Pareció tomarlo bien, pues con más ánimos sí es eso posible, se dispuso a jugar conmigo.
El tiempo se fue más pronto de lo esperado. Diferente a lo que pensé, no fue difícil jugar sin mediar palabra, gracias al esfuerzo de Simón; compraba, rentaba, vendía y respondía con unos letreritos que dibujara para mí a la mitad de la primera vuelta. Me ganó tres de cinco, e íbamos a cambiar el juego por plastilina, de no ser que se cansó de estar sentado. De un momento a otro, se levantó y salió sin decir nada.
Cuando regresó, traía cargando una chamarra algo gruesa, una mochila con un contenido desconocido y un bolso vacío.
— Trae algo abrigador, por si llega a refrescar más en la tarde — pidió con entusiasmo y dejó su bolso en el marco de la puerta — tengo tarea de vacaciones, con la que quizá me puedas ayudar; pero necesitaremos más ayuda y para eso... iremos a visitar a mi novia
Bien por ti. El chico si me había agradado, pero no es para tanto; digo con Logan apenas y he salido de mi habitación, para que de repente alguien que acaba de presentarse, me quiera alejar del techo que me cubre para ayudar a hacer no sé qué junto a no sé quién. Pero no le podía decir eso obviamente, solo negué con la cabeza
— Anda, prometo que lo vas a pasar bien, enserio que sí, te lo super prometo — le señalé el bolso vacío que llevaba, preguntando con la mirada para qué era.
— Oh, claro. Es para ti, para que lleves lo que consideres necesario en caso de aburrimiento, para que guardes lo que te llame la atención en el camino y cosas así — se veía emocionado. Me entregó el bolso y fue junto a la puerta para esperar a que lo llenara.
Asumí que estaría bien con lo que traía puesto, pero nunca está demás llevar algo extra; tomo una cobija no tan estorbosa y la meto en la bolsa, seguido de mi cuaderno de dibujo y un lápiz. Lo volteo a ver indicándole que estoy lista.
— Bien, vamos arriba — me indicó, tomó su mochila y caminamos por el pasillo hasta el comedor — ya has salido de aquí ¿no? — pregunta mientras cruzamos para dar vuelta en la entrada paralela a la nuestra. Al pasar, veo el enorme espacio que ocupan las escaleras a mi derecha, así como la puerta hacia el exterior donde podía ver a Logan de espalda a nosotros. Simón se paró en frente tapando mi vista — y... subimos por aquí
No respondí de ningún modo a la pregunta de Simón, pues no estoy segura de siquiera haber visto las escaleras altas antes de hoy.
Estrechas, de metal y que nacían de la pared. Esta daba una vuelta y al subir, revelaba una gran pasillo, blanco y abierto al exterior.
Las escaleras seguían. Pero mi compañero de cabello un tanto largo, me tomó del brazo y corrió su mano hasta la mía, para que lo siguiera. Al avanzar me encuentro con un piso de adoquín y naturaleza espesa al fondo; aun poco por el pasillo hasta quedar al mismo nivel de la colina y me pidió que esperara ahí.
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30 Lobos
WerewolfDespertar en un mundo extraño, rodeada de rostros conocidos pero con recuerdos borrosos, es solo el comienzo. Nada es lo que parece. Las verdades se ocultan detrás de sonrisas amistosas y susurros en la oscuridad. Cada paso la acerca más a una revel...