Capítulo 31

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Rick Grimes;

El lugar que tenía en mente para que ambos pasáramos una cálida noche estaba no muy lejos de nosotros, aún así, el ambiente era aterrador. Las ramas esparcidas por el suelo crujían junto con hojas secas, y los grillos no dejaban de hacer su típico sonido, así que me coloqué a un lado de Daryl, para verlo y calmar mis nervios.

— ¿Qué pasa? — Preguntó el hombre a mi lado, reduciendo la velocidad de sus pasos.

— Nada — Sonreí y rasqué mi cabeza para simular que no ocurría nada... Obviamente no estaba asustado.

Me sonrió de vuelta un poco extrañado y volvió a caminar normalmente, alumbrando lo que teníamos por delante. Al parecer ya había rastreado los pasos que nos conducirían a la cabaña abandonada a la que solía ir cuando lo extrañaba.

Recuerdo cuando fui a ese lugar por primera vez... Había tenido otro de mis ataques de ansiedad, esos que me nublaban la mente y solo me hacían querer escapar de la realidad para volver a estar con el hermoso cazador que actualmente está a mi lado. Luego de haber matado a todos los caminantes que estaban alrededor, entré y me tiré en el suelo para sentirme culpable y miserable por todo lo que había pasado. Después empecé a ir todas las noches, pero esa rutina cambió cuando Jessie llegó a mi vida.

— ¿Es esa? — Preguntó Daryl, sacándome de mis pensamientos.

— Si... — Respondí un poco perdido.

La pequeña cabaña seguía igual, desde lejos se notaba que nadie había estado hurgando por estos lugares y realmente me emocioné por eso. Caminamos hacia ella y antes de entrar, alumbramos a los lados para asegurar que nada o nadie extraño estuviera cerca de nuestra posición.

Todo parecía seguro y abrimos lentamente, para evitar que la puerta oxidada provocara un fuerte ruido que atrajera a algún caminante que estuviera molestando por estos lados del bosque.

— Acogedor — Elogió el ojiazúl, mirando al rededor, inspeccionando todo.

— Tiene fogata — Fui rápidamente para encenderla.

Me agaché delante de ésta, pero recordé que no llevaba absolutamente nada para encender el fuego. Daryl se paró justo detrás de mi tras soltar una leve risa.

Tengo lo que buscas — Sonreí al escucharlo decir eso.

Se sentó a mi lado y apoyó su cabeza en mi hombro mientras que con la mano derecha me extendía el encendedor que hace unos segundos había sacado de sus bolsillos.

— Gracias, cariño — Le agradecí con un tierno beso en la mejilla.

Un gran silencio se había apoderado de la oscura cabaña. No procedí a hacer o decir nada luego de besarlo, y es que un ambiente refrescante se había creado entre nosotros... Sentía tranquilidad teniéndolo a mi lado luego de todo el caos por el que pasamos meses atrás.

— Rick... — Susurró Daryl, rompiendo el silencio luego de un cálido rato.

— ¿Si? —

— ¿Por qué tengo que amarte tanto? — Preguntó con un tono de preocupación.

Confundido por su pregunta, llevé una de mis manos a su cabeza para acariciar la larga cabellera que tanto me encanta de él.

Di un gran suspiro — ¿Cuándo fue que te volviste tan importante para mi? — Pregunté también.

Silencio.

— Muchas preguntas... — Dijo.

— Y pocas respuestas — Terminé la frase.

En ese momento, ambos nos miramos, como si hubiéramos planeado nuestro sincronizado movimiento.

Te necesito | RickylDonde viven las historias. Descúbrelo ahora