Te necesito | Rickyl

Capítulo 30

Rick Grimes;

- Jessie, déjame hablar, por favor - Le pedí, mientras escuchaba sus gritos de histeria.

Hace unos segundos me hizo caer de la cama y desde eso no para de gruñir y llorar. No quería que se enterara de esta forma, yo quería una conversación formal y seria... Pero lamentablemente lo supo de la peor manera; Presenciando el beso.

- ¿¡Por qué Rick?! - Decía repetidamente.

Daryl se levantó y retrocedió. Jessie estaba fuera de control, y la entiendo, había roto su corazón de una manera horrible. Suspirando y apartando las almohadas con las que me atacaba, me acerqué a ella con lentitud. Necesitaba explicarle, sino, todo se saldría de control y cualquier cosa mala podría pasar. 

- ¡No te me acerques! - Retrocedió, seguía en la cama.

- Calma, Jessie -

- Creo que mejor me voy - Dijo Daryl, con la idea de darnos privacidad para dejar las cosas claras.

- ¡Claro, llegas de la nada, me quitas a mi hombre y luego te quieres hacer el santo e irte! - Reclamó la rubia con lágrimas cayendo por sus mejillas.

Sabía que a Daryl le molestaría de una manera anormal aquello que había dicho, ya que a mi también me molestó. Pero tenía que desahogarse, después de todo, ella es la que sale más herida con todo esto.

- Fue mío primero - Murmuró el rubio entre dientes, saliendo de la habitación.

- ¿Primero? Eres un asco, Rick - Se levantó de la cama y caminó hacia mi.

Me escupió con arrogancia, brindándome la peor de sus miradas, mientras que sus ojos rojos seguían expulsando lágrimas que al parecer no tenían intenciones de dejar de salir.

- Te odio -

Por último, me pegó una fuerte cachetada en la mejilla, dejándome un ardor insoportable, junto con un intenso color rojo, o al menos eso supongo, porque duele como los mil demonios.

No me había dejado explicar ni una sola parte de todo el asunto, supongo que esa es la razón por la cuál mi sien está a punto de explotar. Suspiré, calmándome y tomando un poco de paciencia para no entrar en un mal humor.

- Rick.. - Escuché la voz de mi amado en la puerta.

Volteé y lo vi apoyado en el marco, mirándome con un gesto de preocupación. Con solo verlo me refresqué, alejándome de la ansiedad y el estrés que comenzaban a entrarme en el momento en que Jessie nos encontró juntos... Son increíbles las cosas que me hace sentir este hombre.

- ¿Qué te hizo? - Preguntó llevando una de sus manos a mi cara.

Acarició la mejilla en la que Jessie me había abofeteado y sentí dolor junto con escalofríos.

- Estoy bien - Ladeé la boca, intentado sonreír.

- No quería que las cosas terminaran así. No era mi intención - Decía con culpa.

- No es tu culpa, Daryl. En cualquier momento iba a enterarse - Asintió.

Acomodé los largos cabellos que le cubrían mayor parte de la cara detrás de su oreja y le di un suave beso en la frente, demostrándole mi cariño. Sonrió y bajó la cara.