Tubos de ensayo, mezclas, aromas, especias... Aquellas largas manos escondidas en unos guantes acrílicos se paseaban ágilmente por la mesa, viéndose totalmente familiarizadas con los experimentos que creaba.
—Parece que pasar más de 48 horas encerrada en una celda te quitan los modales.
Los delgados labios de la joven se curvaron en una sonrisa ladeada.
Quizás Shu le había prohibido acercarse a la persona que ahora tenía a unos metros, quizás sus acciones no sólo gritaban, sino también demostraban su profundo odio y locura dignas de un psicópata, quizás ella también se estaba arriesgando demasiado... Pero como ella declaró mucho antes de que todo pasase, comprendía su dolor, y algo dentro suyo le decía que no todo estaba perdido en los ojos magneta de ese vampiro.
—Tomaré tus palabras como un halago, al menos antes no dejaste de notar una virtud en mí. —presumió con tono jovial. Tal vez estaba siendo demasiado blanda, pero tenía sus razones al actuar así con Reiji.
El aludido dejó de mover sus manos para voltearse a ver a la chica que podría decir, traicionó. Él definitivamente no le entendía, ¿no se supone que ahora debería estar odiándolo? Sin embargo Rin estaba ahí, con los brazos cruzados, una sonrisa pequeña y los ojos dorados analizando cada uno de sus movimientos.
—Ya deja las hipocresías. —soltó Reiji con desagrado, detestaba que le vieran la cara, y la intención de Rin no parecía ser otra.
Mas ella, ignorando sus palabras, hizo resonar sus tacones en el suelo de madera al rodear su mesa de trabajo.
Reiji la siguió con la mirada en todo momento, observando como terminaba por acercarse a su librero, y notó recién ahí que llevaba un libro en su mano derecha. Un libro que se le hacía familiar.
—Dije que te devolvería este libro cuando lo terminara. —contó colocándolo en su respectivo lugar. Él lo recordaba, ella tomó ese libro escrito por Karl Heinz antes de que todo el alboroto de su tío comenzara—. Ahora... Sólo sigo esperando aquella cooperación de tu parte.
Sus desesperantes ojos —según Reiji— nuevamente se posaron en él, con un brillo que no sabía, o quizás no quería descifrar.
Él apartó la mirada apretando la mandíbula, esa chica era simplemente preocupante, Reiji ni si quiera entendía cómo podía tenerla ahí, sin tener ni la más mínima intención de querer atacarla después de todo lo que había dicho y ocasionado.
Suspirando, Rin se acercó nuevamente a su mesa repleta de pociones y experimentos, apoyando sus codos ahí, como acomodándose para una charla.
—Sé que no estás completamente del lado de ese hombre. —comenzó captando su atención—. Justo como no puedes juzgarme, ya lo he entendido. Todo lo que hiciste no fue por querer conspirar contra mí, sino por Shu.
Sus ojos se entrecerraron, esa chica era muy perspicaz. Y sus palabras eran ciertas, pero de ninguna manera él lo aceptaría.
Por eso ni si quiera se molestó en informarle de su escapatoria a Karl Heinz, Reiji no quería dañar a Rin, él solo quiso lastimar a Shu a través de ella, y en solo una ocasión.
—Debido a eso yo tampoco puedo juzgarte, ya que comprendo tus sentimientos como te dije antes... —siguió—. Mas sigo sin aceptar todo el rencor que guardas dentro tuyo, Reiji —cambió su tono de voz por uno más preocupado—. Solo quiero que te des cuenta que haciendo lo que haces el que más se daña eres tú mismo.
Su mirada ahora era suplicante.
—Tus hermanos... Todos ellos han cambiado de alguna forma, están unidos ahora, sin embargo, aún así faltas tú.

ESTÁS LEYENDO
❦ Hilos del Destino ❦ Diabolik Lovers
Fanfiction⊱ Sinopsis La venganza no es más que una satisfacción morbosa, un juicio propio que uno decide efectuar con sus propias manos, sin importar que estas puedan mancharse. ¿Hasta qué punto puede llegar alguien para satisfacer esta oscura emoción...