«Los humanos tienden a hacer amigos, así intentando buscar la felicidad.»
Yo soy un vampiro, por que llevo en mis venas la sangre de Karl Heinz.
Como hijo mayor, destinado a heredarlo todo, principalmente la corona. Por honor y estatus...
La vida en la mansión es cada vez más deprimente, he estudiado tanto que siento haberme perdido entre páginas.
Pero, por primera vez. Tengo un amigo. Edgar.
No conocía el calor más allá de la presión que mi madre lanzaba contra mí.
«Tú actuarás como yo diga.»
Con esas palabras que deambulaban por mi mente, mas no tenían relevancia para mí.
Ellos no pueden decirme si es que estoy vivo.
Cuando yo estoy con él sé que lo estoy, cuando siento su cálido corazón latir, sé que es así. He aprendido muchas cosas gracias a Edgar, y no permitiré que lo arrebaten de mí.
Por primera vez, siento felicidad.
Pero, ellos intentan alejarla de mí.
—¡Edgar! —grité buscándolo por el bosque, él no estaba. Y yo... Tenía miedo—. ¡Edgar! —grité aún más fuerte.
Me detuve en seco al notar la severa cantidad de humo que llevaba el viento... Desde el pueblo de Edgar.
—¡Edgar! —volví a gritar con todas mis fuerzas. Era su casa, se estaba incendiando—. ¡Edgar por favor!
No sabía que hacer, no podía entrar. Y lo único que sentía era como mi corazón se aceleraba cada vez más y más, ofuscándome.
—Shu... —una voz me llamó—. Shu, tranquilízate —tan delicada y suave. Ella tomó mi rostro en sus manos. Sentía que me perdería en sus hermosos ojos.
—P-Pero E-Edgar, él está... —ella sonrió negando con la cabeza, como si fuera un ángel protegiéndome. Y pasó uno de sus delgados dedos debajo de mis ojos, limpiando las lágrimas que no sabía que tenía.
—Él está bien, Shu. —su voz, tan delicada como una sonata, zumbó desde mis oídos hacia todo mi cuerpo—. No temas más... Estoy aquí. —y sus dedos siguieron bajando desde mis mejillas, hasta mi mentón, como si fuera seda cálida relajando mis sentidos.
Sus ojos me hipnotizaban, tan dorados como el sol, engatusándome a caer en el poder de su reconfortante roce.
Y de pronto su brazos pasaron por mi cuerpo, llenándome por completo, y creyendo ciegamente en todas y cada una de sus palabras...
—Shu...
Los ojos añiles del mayor de los hermanos se abrieron de golpe, confundido.
«Era la misma voz...»
—Yo... —Rin también mantenía su expresión sorprendida, sin saber lo que acababa de ocurrir, ni qué decir. También había visto lo mismo que él, lo sabía, como si una nueva conexión aún más fuerte los hubiera envuelto. Perdiéndose más ante los vidriosos ojos de Shu—. L-Lo lamento, no sé qué...
No pudo terminar, las grandes manos de Shu habían tomado su rostro, tan repentinamente como para interrumpirla, pero de una forma tan delicada como para hacerle soltar un suspiro.
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❦ Hilos del Destino ❦ Diabolik Lovers
Fanfiction⊱ Sinopsis La venganza no es más que una satisfacción morbosa, un juicio propio que uno decide efectuar con sus propias manos, sin importar que estas puedan mancharse. ¿Hasta qué punto puede llegar alguien para satisfacer esta oscura emoción...