15 ❧ Gélido

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Frío.

El ambiente se sentía helado, tanto que hasta una vampiresa como Rin podía sentirlo. Abriendo la boca, soltó un poco de su aliento, comprobando el clima al poder verlo evaporizarse.

—¿Planeas quedarte aquí mucho tiempo? —soltó por fin el albino. Ya hacía un buen rato que Rin llegó a su lado sin soltar palabra alguna, simplemente sentándose a su lado observando la misma torre y aspirando el aroma de los rosales a su lado.

—No sabía lo relajante que podía llegar a ser... —sus ojos dorados encontraron los rubíes de Subaru, que a diferencia de los de Reiji, eran más cálidos, ella lo sentía, Subaru era diferente a sus hermanos. Él solo aparentaba su rudeza—. Mirar esa torre. —completó. Y los ojos del albino se agrandaron un poco. Su tono había sonado inquisitivo.

—¿Qué es lo que quieres decir? —la poca paciencia de Subaru no tardó en esfumarse.

Mas Rin, de lo más relajada, atrajo sus piernas para después abrazarlas y recostar su cabeza en estas, sin quitarle la mirada.

—No es necesario que lo ocultes, Subaru, a diferencia de tus hermanos, yo sí comprendo tu dolor.

El ceño del muchacho de ojos rojos se formó cada vez con más profundidad, «¿Qué era lo que esa chica sabía?».

—¡Deja de hablar enredos! —gritó frustrado.

Y Rin calló por unos momentos. Había recopilado suficiente información, tanto en las visiones que Yui le contó como en toda la mansión, se había dado cuenta de quién era el que más odiaba a Tougo Sakamaki. Precisamente, justo ahora hablaba con él.

—Sé de Christa. —soltó sin tacto. Subaru se mantuvo estático, no podía creer lo que escuchaba—. Sé todo el daño que ese hombre le causó... Y que lo odias por ello. Justamente por eso, quiero proponerte algo.

Los puños de Subaru se cerraron violentamente, y él los apretó tan fuerte que comenzaron a dañarse. Esa chica no tenía derecho alguno de entrometerse en su vida.

—Antes de intentar atacarme, escucha lo que te tengo que decir.

—¿Por qué confiar en ti?, luego de todo lo que le causaste a Shu... ¡No eres más que una estúpida manipuladora!

Los ojos de Rin se oscurecieron.

—Quizás tengas razón... Pero no quita el hecho de que comparto un par de sentimientos mutuos contigo.

Subaru entrecerró sus ojos confundiéndose ante cada una de sus palabras.

—Mi odio es mucho más grande que cualquier otro afecto en mí. Mis deseos de acabar con la vida eterna de Tougo Sakamaki... Sé que se asemejan a los tuyos. —Subaru quitó la mirada de sus ojos dorados, que brillaban con efusividad al soltar esas palabras, ella no parecía mentir.

—¿Qué es lo qué quieres de mí?

Levantándose del frío concreto, Rin perdió su mirada en el cielo nocturno, relamiendo sus labios dispuesta a seguir hablando con sinceridad.

—Ambos queremos a Shu, y odiamos a KarlHeinz... Simplemente quiero que te unas a mí.

•••

«Tic, tac. Tic, tac»

El sonido de las manecillas del reloj al moverse era lo único que se escuchaba en la habitación. Y una ráfaga de tensión parecía inundarlas... Claro que Yui era la única que notaba eso.

❦ Hilos del Destino ❦ Diabolik LoversDonde viven las historias. Descúbrelo ahora