Tal vez lo sea...

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Unas horas más tarde, la destruida madre de Josh apareció en la casa. Todos la abrazaron y le dieron el pésame, y abrazó por un tiempo más prolongado a Josh. Era el hermano que mejor se llevaba en relación con sus padres.

-Gracias por venir, América- le dijo la señora Dun.- Me contaron lo que hiciste por mi hijo y tu forma de alegrarlo. En serio, gracias.

La joven sólo pudo sonreír. Si esa gente supiera que no es ninguna molestia, que haría lo que fuera por Joshua...

Les dijo que debían cambiarse para el funeral del señor Dun. Ninguno estaba preparado para afrontar la situación tan pronto, pero la señora Dun decía que cuanto antes se despidieran de él, mejor sería.

La familia Joseph fue a su casa a cambiarse, y el último en salir fue Tyler, que le dio un abrazo súper adorable a Josh. América sonrió al ver la escena.

Sólo quedaba la familia Dun, América e Isabelle. Josh se ofreció a llevarlas a su casa así se cambiaban, pero América se negó. Debía estar tranquilo, preparándose, no preocupándose por ella.

-No es molestia. Quiero llevarte, así sé que estarás bien.

-No te voy a dejar que nos lleves en tu estado, Josh. Te prometo que te enviaré un mensaje cuando lleguemos.

-Está bien. Te quiero- dijo como si nada el baterista, y, desde lejos, Isabelle sonrió.

-También te quiero, cielo.

Josh le robó un beso lleno de ternura y preocupación, y la abrazó. Literalmente no quería soltarla.

-¿Desde cuándo te has vuelto tan esencial en mi vida?- le susurró él en el oído.

-Lo mismo pregunto yo- dijo ella y acarició su cabello por última vez antes de separarse de él y salir por la puerta con su amiga.

Una vez que llegaron a la parada de autobuses, Isabelle la encaró, sonriente.

-No puedo creer la bella pareja que forman. Vi en sus miradas algo súper especial. Y además se tratan como si fueran novios. Por favor, dime que lo son.

América le sonrió, mordiendo su labio inferior.

-No, no lo sé... Nunca me lo preguntó formalmente. Espero que lo haga.

-Le diré que lo haga- recalcó su amiga.

-Por favor, no lo hagas, Iss. Ya tiene suficiente presión con la banda y lo de su padre como para andar cargando con otra cosa.

-Está bien, buen punto. Pero si dentro de un mes todavía no te lo preguntó, lo obligaré.

Ambas rieron y subieron al autobús que llegaba a la estación. En el viaje, América sacó su celular y comenzó a reproducir música. Twenty One Pilots, para ser exactos. En todas las canciones oía la batería detrás y no podía evitar pensar en Josh.

Y, hablando de él...

#Jøsh: ¿Ya llegaste?

América río sola por la impaciencia.

#A: Aún no. ¿Estás listo?

#Jøsh: ¿Físicamente? Sí.

#A♥: ¿Y mentalmente?

#Jøsh: Ni cerca de listo.

#A♥: Te quiero, a pesar de todo.

Y en su mente, América recalcó el todo. Porque no importaba lo que debiera que sobrepasar, sentía que no podía despegarse de Josh.

#Jøsh: Te quiero. Gracias por aparecer en mi vida. Gracias por absolutamente todo.

#A♥: Suena como una despedida.

#Jøsh: Tal vez lo sea.

La muchacha releyó el mensaje tres veces para asegurarse de que no estuviera loca.

#A♥: ¿A qué te refieres?

Pasaron diez minutos y Josh seguía sin contestar.

#A♥: Josh, bebé, no hagas nada estúpido, ¿de acuerdo?

Nada. Ninguna respuesta.

Justamente llegaron a la estación y bajaron del autobús. Caminaron hacia la casa en silencio y se cambiaron de ropa.

-¿Algo negro? No tengo prendas negras- decía Isabelle.

-Por primera vez en mi vida, podré prestarte algo yo. Tengo miles de prendas negras.

Se intercambiaron algunas piezas de ropa, y media hora después estaban listas para ir. Pero antes, América se quitó el labial rosa y se puso uno violeta porque sabía que era uno de los colores favoritos del padre de Josh.

Aún estaba muy preocupada por el baterista, así que, en el viaje de ida al cementerio, puso sus audífonos al máximo tratando de olvidar aquella conversación con él. Y también esperaba recibir su respuesta. Pero nunca llegó.


Enamoré a Joshua Dun.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora