El suicidio

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#Jøsh: Perdón por desaparecer. Estoy mal. ¿Puedo ir a verte?

Fue corto pero preciso. Justo lo que necesitaba América.

#A♥: Y no tardes.

Contestó enseguida. A los quince minutos, oyó su celular vibrar.

#Jøsh: Estoy afuera.

América salió de su cama con su pijama celeste tratando de no hacer ruido para no despertar a Issy. Abrió la puerta del departamento y bajó los dos pisos que la separaban de Josh. Fue a abrir la puerta, y, en efecto, allí estaba Joshua. Tan apuesto como siempre, sólo que con algo distinto que América no logró descifrar. Tristeza, tal vez.

Y tampoco pudo evitar que sus ojos se llenaran de lágrimas. Olvidó su enojo y abrazó con todas sus fuerzas a Josh, quien la apretó más fuerte todavía.

-No me sueltes- le rogó él, y ella negó con la cabeza.

Estuvieron unos minutos así, abrazados, entregando su alma, sin decir nada. Luego la muchacha cerró la puerta y lo miró a los ojos.

-No llores. No por mí- dijo él, pasando su pulgar por debajo del ojo de América en un intento de calmarla.

-Nunca más vuelvas a desaparecer así, Joshua William Dun. Por favor.

Él se esforzó por sonreír y subieron al departamento haciendo el menor ruido posible. Una vez dentro, fueron a la habitación de América para que su amiga no los oyera.

Ella se sentó en la cama y él la imitó.

-¿Por qué te fuiste sin decirnos nada? Debería estar muy enfadada, sabes, pero te quiero mucho para estarlo. ¿Y por qué no contestaste mis mensajes? ¿Sabes lo preocupada que estuve, Joshua? ¿Sabes los sacrificios que hice por pensar en ti? Debo recursar dos materias porque reprobé los exámenes. Sí, así de mal.- dijo ella; estaba exasperada.

-Siento no haberte contestado. Quería hacerlo. Quería decirte que estaba bien.

-¿Por qué no lo hiciste?

-Porque no lo estaba. No... no quería seguir.

Ella lo miró confundida, pero él pareció intentar decir algo que no podía, que no le salía. América entrelazó su mano con la de él.

-Está bien, cielo. Puedes decírmelo.

-No te enojes, por favor.

Ese era su mayor miedo. Que ella se enojara.

-No voy a enojarme. ¿Qué quieres decir?

-Bueno... Pensé en, ya sabes... ¿morir? No podía soportarlo. Mi padre, la presión de la banda, mi vida en sí... No quería seguir. Y venía pensando esto desde hace mucho. Pero el incidente de papá sólo lo agravó. Era demasiado.

Suicidio.

-Bebé... - susurró América. De nuevo, estaba llorando, y apretó el agarre con la mano de Josh al imaginar a su familia informándole que Joshua también estaba muerto.

-Por mí lo hubiera hecho. Y pensé seriamente en hacerlo. Pero no lo hice, por Tyler, por Jodan, por Abigail, por Ashley, por ti. Maldición, no lo hice por ti.

No lo hizo. Por ella.

América no supo cómo reaccionar. Tenía demasiadas emociones mezcladas. Confusión, enojo, ternura, ira, piedad, amor.

Sólo lo besó. Y esta vez fue un beso que demostró todo. Un beso realmente apasionado que les hizo olvidar todo el dolor que sentían. Al separarse, América besó la frente del baterista.

-¿Cómo te sientes ahora?

-Confundido. Lo único que tengo claro es que te quiero, aquí, siempre, conmigo.

-También yo. Pero no puedes hacer lo que hiciste. No puedes desaparecer y dejarnos sin información sobre ti. Estuve desesperada por dos semanas, Josh. Dos semanas sin tus abrazos ni tus besos ni tu hermosa cara. Y lo sufrí.

-Perdón, perdón, perdón- repetía él mientras se aferraba más a América-, soy un idiota. Quería desaparecer. Estuve a muy poco de hacerlo.

-No sé lo que hubiera echo si me enterase de que ya no estarás conmigo. No puede volver a pasar. No lo permitiré. Mañana iremos a la psicóloga de mi universidad. Prométeme que hablarás con ella.

-No lo necesito. Sólo quiero pasar todo el día contigo.

Pero América se mantuvo firme.

-No. Irás porque debes desahogarte, porque sé que tienes cosas que decir que a mí no me las dirás. No puedes guardártelo todo, cielo, no es bueno. Así sólo te perderé y no quiero hacerlo.

Josh asintió, sabía que ella tenía razón.

-Sólo hay una cosa que quiero decir, que la he estado pensando mucho pero tenía miedo de tu reacción. En parte esa es una de las razones por las que ya no quería seguir. Y no quiero decirlo porque tengo miedo de perderte, de que te des cuenta de que hay mejores personas que yo y que probablemente termine solo.

-Una de las primeras cosas que empecé a decirte fue que jamás me perderías. Y no me vas a perder por más idioteces que hagas.

Josh respiró pesadamente. Era una de las cosas más difíciles de decir porque jamás lo había dicho y pensó que jamás lo haría.

-Me gustas, América. Probablemente mucho más de lo que imaginas, y quiero que seas más que una simple amiga. ¿Quieres... quieres ser mi novia?

Ella no pudo evitar sonreír al ver la timidez con la que Josh se le declaraba. Movió enérgicamente la cabeza en señal de aceptación, y se enroscó en el torso de Josh para poder besarlo con un mejor agarre.

-Es lo que estuve esperando que me preguntaras desde hace semanas. ¿Pensaste que diría que no?

El asintió, avergonzado.

-Te quiero muchísimo, idiota- dijo ella.

Ambos sonrieron como solían hacer.

Él la besó como solía hacer.

Ella le acarició el cabello como solía hacer.

Todo volvía a la normalidad.

Enamoré a Joshua Dun.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora