Capítulo 14

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"Nunca te fíes de los que dicen querer ayudarte"


Después de haberle extraído ambos pulmones a la chica, se encargó de limpiar toda la cocina. Esa chica si que era sucia.

Se sentó en su sillón favorito y sobo su mentón mientras veía la bolsa negra frente a él, meter el cuerpo ahí, no fue tan difícil como creyó, era delgada así que eso hacia el trabajo menos pesado.

Hizo una mueca, no podía salir a tirarla porque necesitaba alimentar a Michael.
Tal vez mañana que viniera Luke le diría que se deshiciera del cuerpo.

Se levantó y a grandes zancadas llegó a la cocina, los pulmones se encontraban en la mesada esperando ser cocinados.
Tomó un gran cuchillo y su tabla de picar, cogió uno mientras que el otro lo guardaba en un recipiente con tapa, tal vez luego lo usaría para una sopa o lo que se le viniera a la cabeza cocinar.

Corto el pulmón a la mitad y luego en tiras para así pasar a pequeños cuadros, en una cacerola agrego cebolla, patatas en cuadros, champiñones, zanahorias, pimientos , vino tinto y por supuesto el bendito pulmón.

Habían pasado 25 minutos cuando todo eso estaba terminado.
Había hecho una gran trabajo, y cuando olió el aroma que desprendía el estofado, no pudo hacer nada más que relamer sus labios y añorar comenzar a comer.

Coloco una porción en dos platos hondos, dos copas de vino, cucharas y servilletas.

Saco una bandeja de debajo del fregadero y coloco uno de los platos, una copa con su respectiva cuchara y servilleta y comenzó a caminar hasta el sótano.

Antes de quitar el cerrojo de la puerta, trajo consigo una mesita portátil. Ya todo listo, bajo las escaleras y se encontró con un Michael mirando la pequeña ventana casi arriba del techo

- Te traje tu cena cariño-. Dejó la bandeja en la cama y abrió la mesa, para así después colocarle encima la comida.

- No tengo hambre-. Susurró perdido en sus pensamientos.

- Te comerás todo lo que te eh preparado-. Su voz se tornó ligeramente dura, ¡No se había esforzado tanto para nada!

- No, de verdad.

- ¡Jodido Michael! Ven aquí ahora mismo-. Gritó cabreado, Michael se sobresaltó por el repentino cambio de humor, pero obedeció sentándose a su lado-. Así me gusta, ahora espera a traer la mía.

Le acarició por último su cabello y se levantó de la cama, desapareciendo así por al puerta, miró la luz de arriba, estaba tentado entre salir huyendo o seguir como Calum lo dejó.

Antes de siquiera reaccionar miró como el moreno bajaba las escaleras con la misma bandeja y otra mesa portátil.

- Espero y te guste lo que preparé-. Sonrió colocando todo a su lado-. Lo hice con amor-. El moreno se burló.

Ya ambos sentados a la par y con sus mesitas frente a ellos, Calum fue el primero en hablar, como siempre.

- Vamos Michael, pruébalo-. Sus ojos tomaron un brillo inusual.

El mencionado miró su plato con una mueca, ¿Que mierda dijo que haría?

- ¿Qué es esto?-. Preguntó nervioso.

- Pulmones de Fiorella estofada-. Soltó una recia carcajada y MIchael no pudo estar más confundido.

- ¿Fiorella? ¿Qué clase de animal se llama así?-. El moreno río un poco más y beso la frente del oji-verde.

- Uno muy bonito pero bastante estúpido-. Rodó los ojos, ¿podría Michael ser más inocente en esta clase de temas? Por lo que notaba, si y bastante-. Tú solo prueba.

- No me apetece comer pulmón, gracias-. Negó con la cabeza y con desespero tomo la cuchara del pelirrojo, la hundió en el estofado y se la acercó a MIchael-. No, gracias de verdad no quiero.

- Abre tu hermosa boca y prueba la comida-. Estaba reprimiendo soltarle un grito.

MIchael vacilante abrió la boca y Calum metió la cuchara hasta el fondo.

Comenzó a degustar los sabores extraños dentro de él, y maldijo internamente al caer en la cuenta que sabía delicioso.

- Sabía que te gustaría-. Grazno Calum notablemente orgulloso.


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Salió de su auto y miró la hermosa casa frente a él.

Cerró la puerta del piloto y comenzó a caminar hacia la entrada. Se aclaró la garganta y tocó suavemente.

- ¿Si?-. Una rubia salió, su sonrisa se amplió, la dulce Abigail estaba frente a él-. Doctor Calum, hola.

- Abigail-. Sonrió dándole la mano-. ¿Está tu madre?

- No, salió a trabajar-. Hizo una mueca. Calum la miró detenidamente y pudo observar unas leves bolsas debajo de sus ojos-. ¿Necesitaba algo?

- Quería entregarle unas pastillas para su dolor-. Enseñó unas pequeñas cajas que saco de su bolsillo-. Te ves cansada Abigail, ¿ocurre algo?

La rubia soltó un bufido y comenzó a llorar silenciosamente.

- ¿Porqué lloras?-. Pregunto 'preocupado'. Abrió sus brazos y la rubia se aproximó a abrazarlo-. ¿Qué ocurre?

- Mi...mi no...novio-. Tartamudeó. Calum sonrió ampliamente, ¿acaso no podía verse más patética?

- ¿Qué le paso a tu novio?

- Lo....lo secues....secuestraron-. Se separó del abrazo y limpio sus lágrimas.

- Lo siento mucho, vi la noticia-. Hizo una mueca-. Mira, perdona mi atrevimiento, ¿te gustaría platicar de eso? Estaba pensando en ir a comer algo a mi casa, no me gusta verte así.

Abigail lo miró un momento, ¿era buena idea?
Asintió frenéticamente, no quería estar sola, y en verdad quería desahogarse con alguien.

- Claro, me parece bien-. Tomó su chaqueta favorita del perchero y cerró la puerta tras ella.

Calum sonrió malévolamente, otra víctima más en su lista.



Hannibal - Malum Cood (ADAPTACIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora