Hannibal - Malum Cood (ADAPTACIÓN)

Capítulo 20

"El dolor físico también puede ser placentero"

- ¿Cómo está la comida?-. Preguntó Calum con un cierto brillo en los ojos.

Había pasado un largo tramo de tiempo, desde que su rubio amigo había mandado un mensaje avisando que había terminado el pequeño trabajo, y otro largo tramo desde que el moreno había terminado de preparar la comida.

Ambos estaban sentados en la barra de la cocina, degustando los extraños platillos que el mayor había preparado. Había que aceptar que eran deliciosos.

- Bien-. Susurró escondiéndose en su vaso de agua.

- ¿Sólo bien?-. Preguntó con una ceja levantada.

- Muy bien-. Reiteró nervioso-. Delicioso, muy delicioso.

Calum asintió en aprobación, eso era lo que quería oír.

- Me alegra oír eso-. Aceptó empujando su plato hacia enfrente-. Pero vamos, apúrate, que el postre espera.

- ¿Que será esta vez?-. Pregunto tímido. Realmente amaba los postres.

- Sexo-. Le contesto como si nada. Michael abrió los ojos excesivamente y trago en seco, oh no, otra vez no.

- ¿Qué?-. Preguntó creyendo haber oído mal.

- Sexo-. Se levantó para recoger sus trastos sucios-. ¿Qué acaso no escuchaste?

- Si, pero... yo no-. Tartamudeó-. Yo esperaba... no sé..... Comida tal vez.

Frunció el ceño al oír una recia carcajada del más alto. Dirigió su mirada hacia él, que limpio, lavaba sus trastes sucios.

- No querido, no todo en la vida es comida. Aparte llevo tiempo sin un buen polvo-. Dijo enjuagando sus manos-. Los hombres también tenemos necesidades.

- También soy hombre y no siempre estoy urgido por algo de sexo-. Dijo alzando un poco la voz. Estaba comenzando a molestarse.

- Yo soy diferente-. Se encogió de hombros-. ¿Has acabado?

Michael miró su plato, aún le faltaban algunas migajas, levantó su vista y se encontró con un Calum lamiendo su labio superior, mientras una sonrisa malévola adornaba su boca.

- No, me falta-. Hizo una mueca.

Calum miró hacia su plato, rodó los ojos al ver lo que le quedaba y a paso lento se hacerlo hasta él.

- Nene, no mientas-. Tomo su barbilla-. Son pretextos tuyos, para no dejarme follarte. Ahora, dejas tu plato en el lavabo y subes a mi cuarto para así poder tener un buen sexo. ¿De acuerdo?

Michael mojo sus secos labios y asintió lentamente. Parece que el querer hacer tiempo, no había funcionado.
Se levantó de la silla y dejo el plato donde le había dicho.

Salió de la cocina con un Calum detrás de él.
Miro hacia las escaleras y tras un largo suspiro comenzó a subirlas.
Podía oír la respiración de Calum detrás de él, seguro miraba su trasero.

De pronto chillo sorprendido, al sentir como alguien estrujaba una de sus posaderas, Calum.

- Oye, no hagas eso-. Volteo a verlo y golpeo su brazo-. No me gusta.

- Hago lo que quiero-. Sonrió mostrando sus perfectos dientes-. Eres mío.

MIchael sintió algo dentro suyo, era extraño, porque de alguna manera él no gustaba de Calum ni Calum de él. Sacudió esos pensamientos y se concentró en lo que instantes después haría.