Capítulo 5

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Entre abrió los ojos y sintió como era colocado en una suave cama.

No le dió mucha importancia y se acurrucó en las deliciosas sábanas olor vainilla.

Oyó como alguien cerraba la puerta y acercaba una silla frente a su cama. Michael abrió completamente los ojos y por instinto levantó la cabeza apoyándose con los codos, mientras echaba una mirada alrededor.

Tragó saliva al observar como el hombre que le había ofrecido un aventón estaba sentado en la silla antes dicha.

- ¿Qué hago aquí? ¿Dónde estoy?-. Preguntó viendo como el tipo le daba una sonrisa bastante extraña.

- Estás en mi casa-. Informó levantándose de la silla y caminando hacia él-. Y te traje aquí porque te quedaste dormido en mi auto.

El hombre se sentó en la orilla de la cama, a la derecha del oji-verde, Michael tragó en seco. Su mirada era penetrante, de esas que te taladran hasta entrar en ti.

Michael se golpeó mentalmente, siempre le pasaba lo mismo. Si se pasaba de su hora de dormir, aunque el no quisiera, caía rendido en cualquier lugar.

- Lo siento-. Bajo la mirada y la centro en su regazo. Este ya se encontraba sentado en la cama-. Me tengo que ir. Muchas molestias te hecho pasar, como para que me tengas aquí.

Quiso levantarse pero el hombre se lo impidió, descansando su mano en la rodilla de Michael.

- No, quédate-. Demando-. No es ninguna molestia, más aparte ya es muy tarde.

-No, puedo quedarme en algún hotel.

-No-. Graznó autoritario-. No me importa. Además, tenía pensado hacer algo especial de cenar. ¿Porqué no te quedas?

Michael mordió su labio, muy dentro de el sabía que no era buena idea aceptar esa propuesta, pero mirándolo en otra circunstancia, el tipo no se veía tan mala persona.

Las apariencias engañan sin duda.

- Bien-. Asintió removiéndose incómodo por el toque en su rodilla.

El hombre le sonrió y quitó su mano mientras se levantaba de la cama.

- Ven, vamos abajo-. Abrió la puerta y salió por esta.

Michael siguió al extraño y ambos bajaron las escaleras. Miró a su alrededor, la casa era grande y muy bonita.
Entraron a la cocina, bastante espaciosa sin duda.

- ¿Y cómo te llamas?-. Pregunto Michael sentándose en la isla en medio de la cocina.

- Calum, Calum Hood-. Sacó de la gaveta de arriba una botella de vino-. Charles Heidsieck ¿Quieres un poco?

- Sí, por favor-. Asintió

Calum saco una copa y comenzó a servir aquella bebida- ¿Y tú?

- ¿Yo, qué?-. Pregunto aceptando la copa de champán

- ¿Cuál es tu nombre?-. A pesar de encantarle matar, le gustaba saber el nombre de sus víctimas.

- Michael, Michael Clifford-. Tomo un sorbo y sonrió, ese era un gran champán.

- Bonito nombre-. Susurró el pelinegro mientras se dirigía al refrigerador y sacaba un Tupperware de este-. Estaba pensando en 'Hígado de ternera al limón' ¿Tú qué piensas?

- ¿Hígado?-. Hizo una mueca-. No lo creo, no soy muy fan de esa parte interna.

- Sabe delicioso-. Afirmó. Sonrió con cinismo, la pequeño Dana había traído consigo buenos aperitivos. Y aún conservaba algunos de ellos-. Huele.

Michael acercó su nariz al recipiente y se alejó haciendo una mueca de asco.

- Te sorprenderé-. Dijo sonriendo y retrocedió algunos pasos.

Estaba preparado para hacerlo cambiar de opinión.








Hannibal - Malum Cood (ADAPTACIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora