Sentada frente a una ventana, veia como caía la lluvia. Estaba ensimismada observando como las pequeñas gotas de agua formaban grandes charcos y empapaban a las personas que corrían de aquí para allá. Suspiré. Cuando veía aquel estado de tiempo, me deprimía un poco. Me sentía algo solitaria. Insólito, considerando que estoy en una bulliciosa cafetería vintage. Suspiré otra vez, cuando escuché una voz muy familiar.
- Anne---- giré hacia la voz de mi amiga Karen con una mueca. Ella me veía con los ojos chicos. Lo que quería decir "regaño".
- ¡Anne llevo rato llamándote al celular!--- me comenzó a replicar Karen con los brazos cruzados--- Amiga deja de estar perdida en tu mundo y mira alrededor, uno nunca sabe si tienes un loco asechador a tu lado.
- Tranquila Karen--- le dediqué mi mejor sonrisa----estaba observando la lluvia. Además---le mostré mi celular---lo tengo descargado, te iba a pedir el cargador cuando llegaras--- tendí mi mano y le sonreí otra vez para que me diera el cable. Escuché su suspiro de rendición y sonreí más abiertamente. Su cara era un poema. Ella se sienta en el mueble cercano al mío y busca en su bolso el cargador el cual me extiende.
- Gracias amiga--- agarré mi celular y lo conecté al enchufe más cercano.
- De nada---respondió aún revisando su bolso--- ahora adivina que traje---pero no me dio la oportunidad de responder cuando sacó varias revistas de boda y las colocó en la mesita de al frente--- ahora si no te vas a escapar de esto---rió mientras yo ponía una mueca. Sin embargo, cambié la cara y sonreí. Karen estaba contenta, se le notaba a leguas, pero ¿quién no lo iba a estar? Se casaba dentro de tres semanas. Karen llevaba tiempo buscando cualquier excusa para reunirnos y asi hablar de los preparativos de la boda, cosa que a mi no me agradaba mucho, pero no podía hacer nada. Éramos casi hermanas. Ya casi teníamos todo estaba listo, solo faltaban los vestidos de novia y dama de honor. Karen se empeñó que no los hiciéramos antes porque podíamos engordar y sería un engorro acomodarlos, así que esperamos tres semanas antes para hacerlos. Su amigo modista se tardaría dos semanas en crearlos.Observé como Karen me hablaba viendo las revistas, y hablando sola, porque no le prestaba atención. Solo decía "me gusta este y este, y este, no este no, pero este si". Sinceramente para mi todos eran iguales. Reprimí un suspiro y me concentré otra vez en la ventana. Sin embargo, algo impactó mis ojos, un hombre, no, me retracto, un dios griego estaba de espalda a la cafetería. "Qué espectacular" pensé embobada. Debía medir como unos 1,90 metros, su espalda eran anchísima, tenía el cabello castaño claro y llevaba puesto un traje negro y corbata roja. Se bajaba de un carro lujoso, al igual que una rubia despampanante. "Otra diosa" pensé con un poco de envidia. La mujer igual de alta que él, tenía puesto un vestido rojo, largo, con una abertura en la espalda que le llegaba hasta la cintura, el cuerpo parecía un reloj de arena, que la hacía parecer muy sexy. En eso ella se volteó como buscando algo a los alrededores, y logro ver sus ojos, de un azul intenso. Nunca había visto unos ojos así en mi vida, como una mezcla de celeste y turquesa. Al mismo tiempo, el dios griego se volteó y sentí como mi corazón se detuvo por unos instantes. Sus ojos eran de un color miel, tan hermosos y llamativos que incitaban a verlo más de dos veces. Te atraían de tal forma que era difícil sacarse su mirada de la cabeza. Ambos miraron hacia al frente de la estrecha calle y se dirigieron bajo una sombrilla negra, al Hotel Carlion, un hotel lujoso que se encontraba diagonal a la cafetería.
Quedé aturdida. ¿Cómo unas personas tan bellas existían así? y no solo eso, ese hombre tan espectacular me dejó con una vaga sensación de tristeza y decepción. No entendía porque, ya que nunca lo había visto. Jamás en toda mi vida, un hombre me hacía sentir así. Suspiré. Saqué esos pensamientos de mi mente. Daba igual, él tenía una novia espectacular, que cualquier mujer envidiaría, hacían una pareja perfecta, ella se veía perfecta, las medidas perfectas, no como yo, que apenas llego a 1,66 metros, el cabello más rebelde no puede ser, mi cuerpo no es muy curvilíneo que digamos y mis ojos son normales, de color marrón oscuro. No atraigo mucho la mirada de los hombres. "Sé que no debería hacer comparaciones, ya que cada mujer tiene sus atributos, pero igual uno siempre como mujer tiene un prototipo que quisiera ser" pensé con tristeza.
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Solo Eres Para Mi (#1SEPM)
RomanceDos desconocidos que por el destino y una obsesión, sus vidas se enlazan, desencadenando así, una tragedia para uno de ellos, difícil de superar. Ella una mujer de negocios, triunfadora y una de las mejores en su profesión. É...