Perdiendo las alas de la libertad

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En un parpadeo había llegado el día de la boda, los habitantes de cada pueblo está realmente feliz porque con la alianza entre familias les traería paz y tranquilidad a sus vidas, e incluso habría mejoras de trabajo e incluso de comida, ya que el trato es que los dos pueblos convivan en paz, haciendo esto posible.

Lo que los pueblerinos ignoraban rotundamente era el ambiente que tenían los jovenes que se casarían; por parte del peliverde estaba realmente nervioso, y no era por la boda, sino porque no sabía como rayos reaccionar ante este, claro ya se había casado antes, pero con un hombre es realmente diferente o no?, ¿que rayos voy a hacer?, Somos hombres eso lo tengo muy claro, pero por favor como mierdas se debe actuar, ¿solo actuar como si el fuera una chica? No definitivamente no, el de seguro me mata en ese mismo instante- El peliverde llevaba más de 1 hora pensando como debía actuar en la ceremonia pero no llegaba a nada, ya estando al borde de que su paciencia se esfumara entró Nami; una chica de 19 años con un lindo cabello color naranja y su inconfundible olor a mandarinas, que llevaba por lo menos 10 años trabajando como mucama en su casa.

-Zoro, en poco tiempo empieza la ceremonia ¿que rayos estas haciendo?- le preguntó la chica entrando al cuarto donde se encontraba Zoro caminando de un lado a otro.

-Ya lo se arpía, deja de molestar y dejame pensar unas cosas- le contestó indiferente el moreno y regresando a sus pensamientos que fueron interrumpidos de nuevo por la peli naranja.

-¿Tú pensando?, rayos no deberías esforzarte tanto, matarás las últimas neuronas que te quedan- al terminar de pronunciar eso se hecho a reír sonoramente, lo cual hizo que en el peliverde creciera un aura asesina.

-Vete antes de que te mate- si algo era cierto es que desde que llegó Nami a casa, ella no se dejaba intimidar por nadie, por ende eso causaba muchos problemas hacia los que se dirigía; pero eso cambió cuando el padre de Zoro -Raisuko- la adoptó como mucama y la llevó a casa, ahí Zoro y Nami llevaron una relación más como hermano y hermana, ellos se buscaban si tenían algún problema de cualquier cosa, cosa que los dos agradecían profundamente.

-Ya tranquilo que era una broma, pero ¿por qué piensas tanto?, Eso no es de ti. Además ya te has casado una ves y ese día no estabas así, ese día estabas de lo más tranquilo, ¿que pasa?- aunque no lo pareciera Nami era muy observadora y calculadora, sin ella el peliverde realmente no sabría que hacer con su vida porque ella lo ha sacado de muchos apuros, pero de igual forma el espadachín a la chica.

-No lo se, solo se que estoy muy nervioso y no tengo idea de porqué- contesto Zoro sentándose al fin en la orilla de la cama.

-Es extraño, y más que algo así que según tú "insignificante" te perturbe de esa forma, tal ves es porque ya conociste a tu prometido?- le sonrió pícaramente Nami, a lo que Zoro gruñó molesto porque tuviera razón, otra ves.

-Si lo conocí, pero no lo se, el tiene algo extraño, como me explico...es diferente a todas las personas que he conocido, no diga que sea malo, sólo que ni yo mismo se.....no me entiendo...entiendes?-

-Ni idea de lo que tratabas de decir-el peliverde sólo desvío la mirada a otro lado por lo avergonzado que se sentía por haber sonado como niñita enamorada - pero ¿sabes?, No creo que sea malo que sientas eso con esa persona, eso lo hace especial y más para ti, se que es una boda por compromiso pero yo creo que aligeraría la carga de casarte con alguien que no conoces y vivir algo más tranquilo, ¿no lo crees?-el moreno la volteo a mirar algo asombrado y feliz por haber escuchado algo si, que le había calmado mucho, ya no tenía dudas, después de todo no había marcha atrás. El seguir sus costumbres es casarse hasta que la muerte los separe, en ese lugar no existen los divorcios ni nada parecido, el morir es romper el lazo sagrado del casamiento.

-Gracias Nami-

-No hay de que, pero si me quieres recompensar con algo comprame algo bonito después- y así salió del cuarto no antes sin guiñarle un ojo.

***
Mientras tanto en otro cuarto de encontraba un rubio de lo más relajado del mundo acostado en la pequeña cama viendo hacia el techo y fumando un cigarro -por no decir que ya llevaba una cajetilla completa-

-Sanji que empieza la boda, ¿qué haces?- preguntó Zeff entrando en el cuarto.

-Descuida ya estoy listo, no te preocupes- contestó Sanji sentándose en la cama para luego ponerse de pie -Terminemos de una ves con esto.

-¡Sanji!- habló su padre para que el rubio detuviera su andar que ya estaba saliendo del cuarto y se dirigía hacia el salón de bodas -Por favor perdo....

-No tienes que disculparme viejo- le corto el pequeño rubio - yo ya tomé la decisión si no la hubiera aceptado me hubiera negado rotundamente y no te habría seguido hasta aquí, no te preocupes por mí no es como si fuera a morir o algo- Sólo a perder mi libertad, que es lo mismo que morir- Pensó el rubio amargamente.

-Gracias, realmente gracias- dijo Zeff bajando la mirada al suelo, ya ni siquiera tenía el valor de voltear a ver a su hijo.

-Levanta esa cara viejo, eres el líder de la familia, por más dolido que estés debes demostrar estar más alto que los demás- dijo Sanji con una sonrisa sincera y volteando a ver a su padre.

-No me digas cómo comportarme idiota- respondió Zeff alzando la mirada y pasando alado de su hijo - sólo intenta no matar a Roronoa ¿quieres?-

-Bueno lo pensaré, pero no te prometo nada-

°°°
Y así llegaron al salón de bodas donde ya todos esperaban (me da flojera pensar en el vestuario que llevaran los novio así que pueden imaginarlos como gusten pero eso si, Sanji llevará un velo, sigan...); todos con sus mejores galas se encontraban de pie para ver pasar a la "novia" hacia el altar, que en este ya se encontraba el joven peliverde esperando al rubio. Paso sin más la ceremonia hasta que llegó el momento

-Roronoa Zoro, ¿acepta a Vinsmoke Sanji como su esposo hasta que la muertes los separe?- preguntó el padre.

-Acepto- contestó sin más el moreno

-Y usted Vinsmoke Sanji, ¿acepta a Roronoa Zoro como su esposo hasta que la muerte los separe?- preguntó de nuevo el padre pero dirigiéndose ahora al rubio.

-Acepto- contestó Sanji tras pensarlo unos segundos.

-Por el poder de este lugar yo los declaró esposos, pueden besarse- termino el padre

Sin esperar más Zoro levantó suavemente el belo que tenía Sanji, a lo que él se dejó hacer, y sin más.....se besaron.

Y así es como empieza mi condena de muerte- Pensamientos que surcaron sin parar por la mente de nuestro cocinero y rubio Sanji.

=CONTINUARÁ=


.H A S T A . Q U E . L A . M U E R T E.
. N O S .
. . . S E P A R E . . .

- A N N S O W I 8 0 -

¿Hasta que la muerte nos separe? ZOSAN♥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora