Lo quiero realmente

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—Asi que fue kurohigue...— dijo un pensativo peliverde.

Desde hace unos minutos que Ace le había explicado rápidamente la situación, y no le había agradado nada al marimo...¡moreno!, si eso... volviendo; sabía que no se podía confiar completamente en ese hombre, pero ya había cruzado la línea con esas "acciones", el mismo se encargaría de hacer algo, y no daba más que opciones que no le hacían gracia.

—Bueno eso es todo a lo que vine, así que me voy— dijo el pelinegro dirigiéndose a la puerta.

—¿Por qué lo haces?— preguntó el próximo jefe, haciendo que el chico parara. —Tan sólo ayer decias que no te irías sin pelear por Sanji— dijo con rabia el moreno, pero se controlo —y ahora vienes a decirme todo esto.

—Bueno que sepas que lo hago por Sanji, no por ti, y además, digamos que "cambie" de opinión, agradecele al viejo Zeff de esto— el moreno no podía creer eso, ¿que Zeff habló en el hombre frente al él...y logró hacerlo cambiar de opinión?. —Bueno yo me voy a Francia, me molesta no poder despedirme de Sanji, pero ¿qué se le va a hacer?— el pelinegro se acercó al peliverde y lo tomo peligrosamente de su camisa. —Escúchame bien, si me entero que le pasa algo a Sanji yo mismo me encargare de hacerte desaparecer de este mundo— amenazó serio el chico.

—No lo sabrás porque no pasara eso— respondió serio el moreno cuando se soltó del agarre del otro.

—Mas vale que no— sin más dejo la oficiona donde el moreno se victoriaba mentalmente por haber "ganado" esa lucha. Ahora eres sólo mío Sanji...


El peliverde decidió hacerle una visita rápida a su padre, el cual se encontraba sentado admirando el sinfin de tierras que desde generaciones anteriores han pertenecido a su familia.

—¿Qué te trae por aquí hijo?— preguntó cuándo los dos estaban sentados uno enfrente de otro.

—Vine hablar seriamente contigo— dijo el más joven en un tono serio, tanto que el hombre frente a él se puso de igual manera.

—¿Qué es lo que pasa?

—...Quiero irme de aquí y hacer mi propia vida— habló sin más el moreno.

El chico sabía a lo que se enfrentaba, tenía que enfrentar los siglos de tradiciones de su hogar, a perder el linaje y prestigio de su apellido, a perder su lugar en su pueblo, perder todo...pero no le importaba, hace años perdió a ese chico rubio del cual se enamoró desde que lo conoció, por el haría cualquier cosa, y sabía que si seguía en ese lugar, juntos por las tradiciones del lugar, sabía que no podrían vivir en paz y libres como sabía que el rubio quería.

No le importaba lo que el rubio pensara de él en ese momento, sabía que si no lo amaba ahora, lo podría amar en el futuro, que si se lo proponía sin duda enamoraría a ese loco, de mal carácter, egocéntrico rubio el cual le quitaba el aliento cada vez que le hablaba de cualquier cosa. (Zoro tan tierno).

—¿Sabes lo que estás pidiendo?— preguntó el imponente viejo hombre, —¿Entiendes a lo que te debes enfrentar por pedir algo así?

—Lo se perfectamente, por eso te lo estoy diciendo— contestó el chico decidido.

—Bien, ya lo sabia— dijo el viejo hombre soltando una risa suave, en cambio el peliverde se quedó atonito, espero mil cosas de su viejo padre pero jamás espero algo así.

—¿Qué?— fue lo único que atino a decir el peliverde.

—Que ya lo sabia— contestó con calma el hombre, —de hecho ya te habías tardado en pedir eso.

—¿Eh?

—Zoro, eres mi hijo y es obvio que veo como es que te comportas por ese chico, es cierto que por una tradición se vieron obligados a unirse en casamiento, pero sobre todo se que sientes algo por ese chico, jamas pienses que no me di cuenta. Eres demasiado obvio— el hombre sonrio sincero.

— Y si lo sabías...¿por qué lo obligaste a que se tenía que embarazarse?— el peliverde no lo creia, su padre, ¿siempre lo supo?, y...en algún punto ¿lo ayudó?, si algo describiera lo que sentía el chico sería una felicidad inmensa, pero por otra parte se sentía usado.

—Bueno fue un acuerdo entre Zeff y yo, no fue tanto por la tradición como les hicimos pensar, sino que los dos concordamos que queríamos tener uno o dos nietos— dijo el viejo de lo más normal del mundo, haciendo que el moreno se sonrojara violentamente.

—Tienes que ser una broma.

—Tómalo como tú regalo de bodas retrasado— dijo el hombre poniendo una de sus grandes manos en uno de los anchos hombros de su hijo, —te preguntaré esto Zoro y quiero que me contestes con sinceridad.

—¿De qué se trata?— pregunto el moreno tensandose un poco.

—¿Estas seguro de esto?, ¿seguro que quieres irte y rehacer tu vida desde cero?, ¿es lo que más deseas?— podría ser el jefe de la tribu Roronoa, pero siempre puso en primer plano la familia, y si su hijo decidió algo el lo apoyaría en todo lo que pudiera.

—Si, estoy completamente seguro de todo— dijo serio el moreno, su padre no dejaba de verlo directamente a los ojos buscando un indicio de duda, pero no lo encontró.

—Bien de acuerdo— dijo el viejo haciendo que el moreno se llenara de una alegría inexplicable, ¿lo dejaria ir así como si nada?..—pero quiero que me prometas algo— sabía que se estaba adelantando a los hechos!.

—¿Qué cosa?— preguntó el moreno impaciente. Pero su padre hizo una extraña sonrisa que lo hizo sentirse incomodo, sentía que le diría algo indebido, esperaba que sólo fuera su imaginación.

—Quiero conocer a mis nietos antes de que muera— ahí estaba lo indebido que esperaba el moreno — y por lo menos quiero dos nietos— si, jamas cambiaría ese loco viejo que tenía de padre el peliverde.

—Bien ya entendí— dijo el moreno tratando de que no siguieran con el tema.

—Pero hijo tengo que decirte algo— dijo de repente serio, haciendo que el moreno le pusiera atención —sobre tu intimidad, tengo la duda de que si sepas que es lo que tienes que hacer cuando...

—De acuerdo creo que ya es suficiente— le corto el chico muerto de la vergüenza, si no había hablado sobre ese tema con su padre era por lo vergonzoso que sonaba. —Ya me tengo que ir— dijo el moreno poniendose rápidamente de pie para salir, en lo que su padre se burlaba a risa suelta de él.

— Ven a despedirte cuando decidas irte— dijo el hombre volviendo a su serenidad, pero con un aire de tristeza que él moreno sintio.

—Claro, luego nos vemos— dijo el chico con una enorme sonrisa de felicidad pero también con ese sentimiento de tristeza.

=CONTINUARÁ=



.H A S T A . Q U E . L A . M U E R T E.
. N O S .
. . . S E P A R E . . .

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¿Hasta que la muerte nos separe? ZOSAN♥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora