Capitulo XV
—Vamos, sabes de lo que estoy hablando —Suspiró cansado al respecto— Tu forma de mirarlo, de hablarle, de reír… cuando estás con él… es muy diferente a la cuando estás conmigo: eres fría e incluso hasta me ignoras. —Musitó mirándome directo a los ojos.
Me quedé estática, sin palabras, ni si quiera pestañear podía. Sus simples palabras me habían llegado, quizás si actuaba de diferente forma cuando estaba con George, peor, nunca me percaté de cómo era ante Josh… tenía claro que no quería hablar con él, pero no debía ser tan… diferente.
Miré hacia un lado buscando algún tipo de respuesta, de verdad me había dejado helada.
—No es verdad Josh —Musité incomoda, aún mirando un punto infinito, cualquier lugar que no me guiara a los ojos de Josh.
—Claro que si… entonces… ¿Por qué ahora mismo no me estas mirando a los ojos? No te sigas engañando —Sentí su tibia y suave mano sobre mi rostro helado, lentamente giró mi rostro y me hizo mirar directo a sus ojos brillantes.
—Es que… tú no tienes idea —Susurré con la voz quebrada. Sentía que pronto iba a llorar, pero debía ser fuerte. Como detestaba ser tan… demostrativa con mis sentimientos.
— ¿De que hablas? —Enarcó una ceja con ternura, quería comprenderme y sabía que si le contaba el me apoyaría, pero era tan difícil confesar lo que sentía.
—Hay razones por las cuales… no he querido hablar contigo. —Seguía hablando entre susurros y eso hacía peor la situación.
— ¿Significa que si las hay? —Alejó su mano de mi rostro, se lo había estado ocultando hace tanto tiempo. Él siempre trato de sacar alguna explicación, pero yo solía negarlo en cada momento.
Asentí con el rostro y volví a girar mi rostro, era cuando comenzaba a darme vergüenza mirarlo.
—Entonces… dime, ya no quiero seguir esperando por ello —Sentí su voz tan fría como una piedra, de seguro estaba molesto conmigo y era de saberlo, en su posición… yo igual lo estaría.
—Es desde esa vez que me invitaste a cenar —Comencé con la cabeza aún agachada.
— ¡Lo sabía! —Exclamó— ¡Soy un completo inútil! —Dijo frustrado. Levemente lo miré y escondía su rostro entre las manos.
—Josh, de verdad, no pienses que no… que no disfruté la cena, de hecho la pasé genial… es solo que… —Ahogó mis palabras.
—Lo se, lo se —Alejó sus extremidades de la cara y me miró con una sonrisa apenada— pensaba que… —Miró hacia el techo y tomó aire— Pensé que te gustaba y… e hice mal las cosas, no sabes como me arrepiento. Traté de besarte… y cuando me alejaste… creí que no eras de las chicas que besaban en la primera cita… ya que me sonreíste y continuaste el resto de la cena como si anda hubiese sucedido… entonces desde ahí que… trato de buscarte… —Apretó los ojos.
—He tratado de hacerte entender que solo… te quiero, pero nada más que como a un amigo, más que nada… como un hermano —Suspiré.
—Lo entiendo… —Volvió a mirarme con los ojos tristes— de verdad lo lamento, no fue mi intención incomodarte, de verdad —Me hablaba con la voz suplicante.
—No te preocupes —Sonreí sin ánimos— tampoco fue mi intención… hacerte creer que te ignoraba —De alguna manera… se sentía bien confesar las cosas, así se arreglaban y no habían malentendidos.
Sonrió con ternura y con ese frío dejo de tristeza, preferí evitar mirarlo… me hacía sentir mal. Nos quedamos en un incómodo silencio, ni uno de los dos tenía más que decir… y ni uno de los dos reaccionaba a dejarnos.
—_________ —Susurró.
— ¿Si? —Lo miré.
—Tu me gustas… —Suspiró en entre medio del susurro mientras no desviaba sus penetrantes y sinceros ojos de los míos.
— ¡________! ¡¿Vas a venir o no?! —Escuché a esa llamativa voz exclamar detrás de mí. George estaba ahí.