Capitulo 19

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Capitulo XIX

— ¿Qué? Alto… Alto ¿Qué? —Sonó incrédulo, tomó uno de mis brazos e impidió mi paso.

—Creí que te habías olvidado de que me encontraba escondida, muy incómoda por cierto, dentro de tu armario —Dije un tanto frustrada, ofendida.

—Vamos ¿Cómo podría olvidarlo? —Sonrió a lo que solo correspondí con correrle la vista, no estaba de humor.

— ¿Escuchaste todo? —De expresiones alegres y desentendidas, pasó a una seria, incómoda y nerviosa.

— ¿Si a caso escuché? ¡Dios! —Exclamé molesta— Lo vi todo. ¿Quieres saber algo? Tu novia es una zo*rra —Musité cruzándome de brazos y mirando hacia un lado, no quería enfrentarlo.

Se suponía que mis ánimos debían de estar por las nubes, George le había negado y no había salido corriendo, rogándole perdón o tan solo ir por una disculpa, pero no, ahí estaba yo, enojada por alguna equis razón.

Me miraba serio, quizás molesto, después de todo estaba insultando a su pareja… ¡La gran cosa! No me importaba en lo absoluto que opinara respecto a mi comentario.

—________ —Había dicho mi nombre completo, si estaba molesto.

Ni si quiera contesté, estaba empeñada en irme.

—A ver si entiendo —Tomó mi rostro con una mano y me hizo mirar directamente a sus hermosos ojos almendrados. Estaba sonriendo ¡¿Quién lo entiende?! — ¿Estás tu celosa cariño? —Sonrió con crueldad.

Dios, que linda era la palabra saliendo de sus perfectos labios, más cuando era a mí a quien se refería.

— ¡Pff! —Exclamé riendo, una gran y falsa carcajada no estaba demás— ¿De esa cosa? Si claro, como si pudiera compararse conmigo —Volví a reír y sin despegar mis ojos de los suyos, había resultado mucho mejor actriz que él.

En ese corto tiempo, antes de que George contestara algo a su favor, pensé: Era razón, no estaba enojada por haberme dejado en el armario durante… 5 minutos, si lo analizaba, no había sido un tiempo amplio, estaba enfadada por ella… era tan perfecta físicamente y se entregaba con tanta facilidad, que ya entendía porqué George la tenía como novia.

—Entonces… ¿Por qué dia*blos estás enojada? No te dejé encerrada en el armario durante mucho tiempo ¡No tiene sentido! —Comenzaba a molestarse… y de hecho no me importaba en lo absoluto.

—Porqué pudiste haber hecho un mejor trabajo, ahora me duelen… las piernas —Mentiras.

—Vamos _______ —Suspiró— De verdad lo siento y si viste todo lo que ocurrió, debes saber cuales fueron las razones —Tenía razón, en poder de otro chico… me hubiera sacado del armario luego haber concretado.

—Como digas, me quiero ir de aquí —Traté de imitar un suspiro parecido al que él había largado hace un rato: Cansado y vago.

— ¿Te irás así como así? ¿Enojada aún conmigo? —Volvió a detenerme con una de sus fuertes manos apretando mi brazo sin presión dañina.

Debo confesar que el torpe enojo había abandonado hace minutos mi cabeza y ahora solo quería que George me insistiese por el resto de la vida para no quedar mal, a parte de hacerme sentir importante, me daba cuenta que si le importaba.

Estando de espaldas a él, sonreí y volví a concentrarme en mi actuación.

— ¿Es que acaso te importa? No lo creo —Susurré girándome para poder enfrentarlo una vez más.

Era lindo ver como sus ojos me suplicaban que lo perdonase, nunca se había visto más tierno y dulce.

—Pero _______ —Se quejó con una pataleta, era tan parecido a un niño de 5 años— ¡Tuve a Jesy semidesnuda en mi cama y no hice nada por ti! Estaba nervioso y sudando —Se quejó una vez más y esta… dolió.

Lo quedé mirando en medio de un doloroso silencio, era increíble como hasta podía oír a mi corazón hacerse pedazos. ¡Hacia unas horas atrás, más o menos, había estado conmigo! ¿Ya ahora me decía en la cara que había dejado a Jesy por mí culpa? Bueno, para que tuvieran una idea de cómo me sentía, era algo parecido a esto: Una basura, un estropajo. Me habían pasado a llevar, y había sido él.

Sin decirle nada, corrí mi rostro para que no notara lo llorosos que estaban. Solté mi brazo de su agarre y salí corriendo sin decir más.

— ¡________! —Lo escuché exclamar y al igual que no corrió tras Jesy, menos lo haría por mí.

jυѕт ғrιeɴds~ George Shelley~ TERMINADA~ AdaptadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora