Por que te quiero lo hago.

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- ¡¡Waaaaa!!- me despertó un desgarrador grito en mi oído. Era Darwin quien gritaba como gallina siendo degollada.

¿Acaso es que todos los días tendré que despertar de una manera loca y no como una persona normal?...

- ¿qué ocurre ahora?- dije sentándome en la cama y frotándome el cabello desordenado.

-maldito- me decía entre dientes- te voy a matar, maldito gato depravado hijo de la señora mama- me apuntaba con su dedo índice acusadoramente.

-calmación- me puse a la defensiva- ¿y yo que te hice?, me acabo de despertar- le mire aun con cara de sueño- espera- me quede quieto.- ¿es que acaso me hice pipi por la noche?- revolví toda la cama para ver rastro de humedad.

-No- dijo con los puños cerrados. Veo que levanta uno de sus brazos para dirigir su puño hacia mí, pero no alcanzó a golpearme, porque se quejo apenas hizo un movimiento.

-aah...- logre por captar bien su situación.- soy un dios ¿verdad? te partí en dos - levante mis cejas lanzándole un beso.

Al hacer eso, me comencé a acercar hacia Darwin, pero un almohadazo limpio que choco contra mi preciosa y varonil cara de feto,la cual me detuvo.

- y eso que- me detuve haciendo una carita tal como el gato con botas.

Me encanta ese gato, soy su fan número uno, algún día me vestiré como él para Darwin jeje.

- y te das el lujo de preguntar maldito- me fulmino con la mirada.

- Pero... fue con amor- trate de arreglar las cosas.- además no me vengas a tratar de maldito porque bien que lo disfrutaste ayer, hasta me rogabas por mas, debiste ver tu cara y más cuando te puse contra la pared y...- deje de hablar al ver que Darwin apretaba con mucha fuerza las sabanas con la cabeza gacha y se le veían sus tiernas orejas mas rojas que el mismísimo inframundo- q..qué te pasa- interrogue acercándome a él asustado por si en verdad estaba MUY mal.

Fue mala idea acercarme, porque un cabezazo contra mi nariz me hizo retroceder rápidamente para luego sujetármela instantáneamente. Estaba sangrando, que agresivo se puso. Esta peor que mujer en sus días...

- ¡oye! - le grite- estúpido, mi nariz idiota- me seguí sujetando la nariz y busque una camiseta sucia para parar la hemorragia nasal.

- siente mi dolor. Si yo caigo, tú también- me saco la lengua estando rojo todavía- y además como se te ocurre decir tantas cosas vergonzosas- enrojeció nuevamente- e..eso, no se dice.

-ya...pero tú nunca me habías golpeado así de fuerte antes- hice un puchero- de hecho eras pacifista de los grandes-

- sí, pero esta vez te lo mereces-

-pero, ¿no que tú me habías dicho que ya habías perdido la virginidad?- le reproche.

-¿y?- me miro fijamente- ¿que tiene que ver eso con esto?- se trato de acomodar bien para sentarse en la cama sin que le doliera la espalda baja.

-que ya deberías de haberte acostumbrado o saber que esto pasaría al día siguiente daah- dije de una forma divinamente obvia. Y después me dice tonto a mí por no captar rápido.

-pero, eso no tiene nada que ver. Está bien, yo perdí la virginidad. Pero la diferencia está en que yo la había metido y a mí nunca me la metieron.- volvió a fulminarme con la mirada.

- ¡¿como dices que dijistes?!- me pare rápidamente de la cama.

- ya lo dije- inflo un moflete para luego enrojecer por completo.

El increible mundo de GumballDonde viven las historias. Descúbrelo ahora