TE AMO.

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-Que es lo que quieres ahora- me detuve en la entrada de la puerta negándome a dar un paso más dentro de esa casa.
Le prometí a Darwin que no haría nada estupido... Bueno, en lo que siempre termino cayendo, en la estupidez misma.

-Tranquilo- se acercó a mi mientras arreglaba una alta coleta sobre su cabeza.-puedes pasar, te aseguro que tu ya no eres nada para mi- puso en blanco sus ojos de manera irónica, lo cual me molestó un poco. Bueno, después de todo, no hace mucho estuve enamorado de ella...
De todos modos, es cuento pasado, mejor así ¿no?. Así me evito problemas no deseados con la persona que realmente amo, Darwin.

-vale, por mi es lo mismo- entre a la casa sin quitarle la mirada de encima. No era de esas miradas en las que uno se queda cautivado por la belleza. Si no que fue una que proclamaba autoridad sobre ella, una en la que me quería hacer destacar por muy pequeño y estúpido que todos me vieran. Esta sera una de las muchas oportunidades para demostrar que no solo soy un gato estúpido.
Esperen, mi oreja derecha se ha movido sola, las señales. De seguro este es un punto de control de los extraterrestres.

~ y así es como tu compromiso de NO ser alguien estúpido se va a la mierda Gumball. Nadie te quitará lo estúpido jamás. Por favor que alguien me mate antes de seguir mas tiempo dentro de tu cabeza ~ era mi conciencia despreciándome y diciendo cosas malas de mi nuevamente. No me esperaba menos de ella...

-Bueno, ¿que es lo que querías hablar? - me senté en un sofá frente a ella encorvando mi espalda.

-Verás, no tengo la mas mínima intención de que todos me cataloguen como una "Puta" -

-¿segura? Por que eso no das a entender con todo lo que haces.- reí cínicamente.

-Ya, cállate y escuchame. La verdad es que estuve contigo por que me dio la puta gana. Nunca te quise la verdad. Aparte que en ese momento estaba contigo, por que de la nada te volviste tan popular que ni yo se como. Y yo necesitaba traer de vuelta esa popularidad a mi, ya que estaba siendo afectada por todos los malos rumores.- se cruzo de piernas mientras miraba su reciente manicura.

-oh, que tonta, si es así, en ese caso no debiste estar conmigo. Por que bien que eras popular con tu fama de puta-
-eso era justamente lo que me quería sacar de encima, pero veo que eso ya no lo puede quitar nadie, estoy marcada con eso. Además no es ser puta, si no saber divertirse y con quien.- se mordió él labio.- aparte tu no fuiste del todo malo. A demas de haberte utilizado, me supiste divertir.-

-Bien, ¿para esta patética platica me llamaste?- levante una ceja inclinándome hacia delante con intención de irme de allí y volver con Darwin.

-Tranquilo, quedate quieto y escucha- me apretó fuertemente la muñeca haciéndome sentar nuevamente en aquel sofá verde musgo.

-Pero que...- arrugue mi frente.

-pero que mierda Nada Gumball.- tenso su mandíbula, dejando ver sus blancos dientes haciendo fricción entre ellos, que ya había pensado que se quebrarían.- me quede tan enojada y picada por lo que me hiciste - dejo escapar un suspiro seguido por una risa mirando hacia él cielo y levantando sus manos. Parecía una maniática. - Nadie- se acerco a mi y poso un acusador dedo índice frente a mi nariz.- Nadie en mi puta vida se ha reído de mi de tal forma como lo hiciste tu. Nadie me había cambiado jamas por un hombre. Y eso de verdad es... Es repugnante. Ojalá todos los gays o maricas se jodan en este mundo.- me propinó una fuerte bofetada que no me vi venir. -¡Los odio! ¡A ti y a todas las maricas!.-

El increible mundo de GumballDonde viven las historias. Descúbrelo ahora