No te vayas de mi vida.

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-¿Le cuento un chiste?- oí desde la nevera del supermercado como hablaba Gumball con el encargado de las carnes.

-No gracias- El encargado seguía haciendo su trabajo con una cara de pocos amigos.

Mama nos ordeno venir a comprar, no a sociabilizar como siempre lo hace Gumball, y lo peor es que no sociabiliza como persona normal, si no que parece prácticamente un esquizofrénico escapado de un psiquiátrico, que si no tiene a alguien con quien hablar, posiblemente hasta habla con el hielo de la nevera.

-ya, escuche- ignoro las palabras del encargado dispuesto a seguir con su "chiste"- ¿que se volvió una caja que hace pesas 24/7 en el gimnasio?- sonreía entusiasmado.

- no lo sé...- el señor estaba aburrido y exasperado con la presencia de Gumball, era obvio. Pocas personas se sienten cómodas con su desorden mental, su bajo coeficiente intelectual, su estupidez, y muchas cosas más.

-¡Se volvió una caja fuerte!- Rio escandalosamente, llevándose todas las miradas de las personas en esa área. - ¡¡wajajajaja!!- carcajeaba muy fuerte llevando sus manos a su vientre y limpiándose las lagrimas que se asomaban por tanta risa con su otra mano.- ¡No!, ¡SUELTENME, NO ESTOY LOCO!- comenzó a dar patadas y puñetes al aire.

-señor, nadie lo está agarrando...- lo quedo mirando el señor de las carnes, el cual lo miro como si de un fenómeno se tratara.

-Se solicita personal al pasillo 3, en la sección de carnes, se requiere cuidado, hay un joven fuera de control, se recomienda alejar a sus hijos. Disculpen las molestias ya se solucionara- hablo una voz por el parlante del supermercado.

No lo puedo creer...

La gente se comenzó a alejar lentamente de Gumball, mientras que yo me acercaba casi corriendo a su lado, para tratar de arreglar el escándalo que se había formado.

-Tranquilos- hable en voz alta- no crean que es un enfermo mental, aunque lo parezca, no lo es.- hablaba con una mirada comprensiva a la gente que se amontonaba.- es solo que no ha dormido mucho, y de pequeño se golpeo la cabeza. Por lo cual Hay momentos en que su idiotez sale a flote. Por favor perdonen el espectáculo de este chico. - lo agarre del cuello acercándolo a mi- yo me lo llevare lejos de aquí, por favor sigan con lo suyo, y no se preocupen, buen día, adiós-me acerque a su oído- que te pasa, estamos en un lugar público tonto.- susurre enojado. Esta vez lo agarre de la oreja y lo lleve junto a mí al lugar de las verduras.

-¿mama, porque ese tipo es tan tonto y feo?- un niño de unos siete u ocho años, se dirigió de forma ofensiva a Gumball haciendo detener el paso del felino. Por dios, ahora no por favor...

-¿por que soy así?- Gumball se agacho desafiante a la altura del pequeño, quien lo miraba con burla. -Es porque tienes mi sangre, soy tu padre. - sonrió con un aura perturbadora- y debería decirte que tu madre es muy buena en la cama, y uff... como la hice gritar esa noche- dijo sin pudor desfigurando la cara del pequeño, mientras se llevaba un carterazo en la cabeza de parte de la madre, que escucho todo horrorizada.

- Como se te ocurre hablar algo así a un pequeño, ¡Idiota!- esta vez le dio una patada en su entrepierna.

Pude ver como la cara de Gumball se volvía totalmente azul, no respiraba y estaba totalmente inmóvil sobre el piso con lágrimas en los ojos que rebelaban su dolor interno. Pobre...

-¡JA! para que veas que con mi mami no se mete- el pequeño le saco la lengua- a todo esto mami, ¿el es mi padre? ¿Y mi padre actual quién es? ¿Acaso es el vecino que se hace pasar por mi verdadero padre?, ¿en serio es mi padre ese chico?-

El increible mundo de GumballDonde viven las historias. Descúbrelo ahora