el entrenamiento

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-eso- dijo Darwin- como tu estarás ocupado con Penny esa noche, yo también lo estaré con Tobías- recalco- así que sería genial que no molestaras en toda la noche, ya que lo estaré pasando muy bien, Tobías es muy gracioso ¿sabes?- apuró el paso dejándome ver su trasero balanceándose, lo gracioso es que me fijo en su trasero y no en otra cosa, como que se está alejando.

Apure el paso hasta llegar donde él y lo detuve por el brazo.

-Ni se te ocurra hacer alguna tontería con ese Tobías Wilson- le susurre al oído amenazante.- si tú haces algo indebido en esa fiesta mañana, yo también hare algo indebido, solo para que sepas. No me hagas enojar hermanito- termine por decir besando su oreja y regalarle una gran sonrisa gatuna. Mi especialidad.

-Lo mismo va para ti, si tu empiezas con tus jueguitos de manos con Penny, yo hare algo con Tobías- me regalo una sonrisa ladina.- tampoco es como si me desagrade- termino por decir caminando hacia el aula, dejándome atrás con una sonrisa plasmada en la cara.

Me salió rudito el chico-pensaba para mi mismo con sonrisa en cara- apure el paso y me adentre en el aula repleta de alumnos. Tenía que estar ahí antes de que llegara la señorita simian, si no me mandaría nuevamente a la sala de castigos.

Lo más aburrido es que ni si quiera me siento con Darwin como lo hacíamos antes, ya que la señorita Penny, reclama su puesto como novia y aleja todo aquel que se me acerque, no sabe que ni siquiera me gusta. Hace un esfuerzo en vano por cuidar lo que es suyo, porque ya tengo a alguien en mente.

-Hola amor- me despejó de los pensamientos Penny- ven, siéntate aquí- palmo el asiento a su lado.

- sí, si- moví mi mano despreocupado y sentándome en el puesto, no sin antes mirar en la dirección de Darwin y ver que me lanzaba un beso a escondidas, haciendo que mariposas revolotearan en mi interior.

-bueno, sobre la fiesta, será mañana en mi casa, será a las 7:00 pm, pero tú tienes que llegar a las 6:00 pm.-me sonrió pícaramente.- y ambos seremos los reyes de la fiesta, habrá trago, luces, espuma y todo lo que se necesita para hacer una buena fiesta- termino por decir sonriendo.

Ya sé a qué quiere llegar con que "llegue temprano", lamentablemente no caeré en sus garras, ahora sí que no.

-está bien-le sonreí- espero que haya muchas papitas fritas-lamí mi labio superior.

-sí, y no solo habrá papitas fritas- me guiño el ojo- también habrá muchos cuartos solos, ya que mis papás no están-

- ¡buenos días engendros del demonio!- saludo, la peluda y fea profesora. Cortando la conversación que tenía con Penny.

- buenos días señorita Simian- dijimos todos saludando al unísono a la profe.

Esa profe sí que da miedo, es como si me tuviera en sus ojos. Siempre me mira como para vigilarme y me da miedo, además siempre saca una excusa para sacarme de clase y eso que yo no hago nada. Bueno a veces...

Y así permanecí toda la clase. Siendo acosado por la peluda mirada de la señorita simian. Yo tampoco lo sé, pero definitivamente la mirada de la profe era peluda, todo en ello era peludo. Osea, para eso están las banditas depilatorias, no por eso tengo un trasero brillante y libre de bellos gatunos. Naah, tampoco es como que utilizara esas banditas que se compra mamá y las saque a escondidas para depilarme. No eso no. Yo soy bien macho pecho peludo.

Las clases fueron aburridas, pero interesantes con cada mirada que me dedicaba Darwin, dios mío, si tan solo vieran los hermosos e hipnotizantes ojos color diarrea de Darwin...son tan bellos...

El increible mundo de GumballDonde viven las historias. Descúbrelo ahora