¡¡Quiero una mascota!!

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-Mami!! -grita Gumball escaleras abajo- ¡¿sabes que día es hoy ?! -vuelve a gritar entusiasmado.

-Mmm... -murmuraba Nicole,su madre,mientras pincha una de sus mejillas con su dedo indice- ¿el día de tu baño? -ríe, fingiendo no saber nada

-¡¡Noo.. Mamá!! - la regaña enfadado, sentándose en una silla- es mi cumpleaños.... Mala madre -dice en voz baja.

-Owww.... Pero si mi bebe esta tan grande -sonrie abrazandolo- ¿como crees que se me olvidaría tal cosa? - Nicole, le dedica una mirada de cariño mientras pellizca sus mejillas-

-E..entonces ¿no te olvidaste? - hizo un leve puchero, pareciéndole a Nicole una faceta muy tierna-.

-No,Tontito -le da un suave golpe en la cabeza- mira esto -dice sacando un gran pastel del horno- tu pastel favorito, chocolate, manjar y lo que mas te gustan... ¡¡las fresas!! - grita dándole un gran pedazo a Gumball- ¡FELIZ CUMPLEAÑOS HIJO!-

-Wooo.... Que rico, tengo mucha hambre, ¡dame! ¡dame! - Gumball agarra un tenedor y cuchillo- estoy listo -
Golpea la mesa con los utensilios y luego se echa un gran pedazo de pastel a la boca.

-No te vayas a atragantar -ríe.

-Ma..mamá -trata de hablar, ya que tiene la boca llena- y ¿bonbe eftan papá y anaif? - hace un intento por pronunciar cada palabra, ya que estaba con la boca llena aún.

-Aah... Anais y papá pronto llegaran y traen con ellos algo que a ti te gustara mucho -le sonríe dulcemente, acariciando su suave cabello.

Este día lo llevaba esperando mucho Gumball, ya que era su cumpleaños numero 12 y sus padres prometieron traerle una mascota por lo que estaba muy entusiasmado. Gumball era ya adolescente, pero aun era infantil y torpe.

Creo que a eso no hace falta recalcarlo...IDIOTA.

Mira, mira - Nicole apunta a la ventana- anais y papá ya han llegado -Dirige sus pasos caminando hacia la puerta y abriéndola.

-Espero que me traigan lo que me prometieron - camina hacia la puerta entusiasmado- ¿quizás un perro?, ¿una tortuga? - decía pensando en distintos animales que le pudieran regalar - o... ¡quizás una cacatúa! -gritaba entusiasmado - ya sabes de esas que bailan y esas cosas -explicaba moviendo mucho sus manos.

Richard, su padre un hombre con orejas de conejo color rosa al igual que su pelo y anaís su hermana menor, también con unas orejas de conejo y pelo rosa, venían con las manos tras la espalda y entraron en la casa.

-Buenos días Gumball - Richard y Anaís con una sonrisa, dedicándose miradas complices -

¿Que traen ahí?-dijo ignorando a estos- quiero mi regalo - se abalanzo sobre Richard.

-Esta bien, esta bien, aquí tienes -sacó de su escondite ambas manos dejando una jaula en el suelo- tu regalo Gumball-

-¡FELIZ CUMPLEAÑOS! -exclamaron todos -

-Woo!!... un perro - abrió la jaula- ¡¡gracias, gracias !! -decía repetidas veces- si quieren coman de todo el pastel que quieran, yo los autorizo - tenia una sonrisa de niño feliz de esquina a esquina- ¡¡yo estaré arriba con mi nueva mascota!!- grito mientras subía las escaleras. -

¿Es que acaso nunca se cansaba de gritar?...

Gumball se encerró en su habitación, con su mascota, jugó un rato con el perro el cual lo llamó Pocky, trató de enseñarle trucos, pero Pocky no hacia caso, e incontables veces se le tiraba encima a morder la pierna o el brazo de Gumball.

¡No!, no hagas eso, ¡no soy comestible! - gritaba enfadado con Pocky - fuera de mi habitación -decía abriéndole la puerta mientras Pocky se le abalanzaba encima, haciéndolo caer por las escaleras.

Richard, Nicole y Anaís estaban en el comedor, disfrutando del delicioso pastel, hasta que escucharon un fuerte golpe proveniente de las escaleras. se levantaron rápido, y corrieron hacia la fuente del sonido, encontrándose con un Gumball inconsciente y con mordeduras en los brazos y piernas, Nicole saco el automóvil lo mas rápido que pudo, llevó a Gumball dentro y partió al hospital, no sin antes decirle a Richard que se deshiciera del escandaloso perro. Al cabo de unos 10 minutos llegaron al hospital y Nicole corrió con Gumball en brazos a urgencia y un doctor lo atendió.

-Doctor, ¿es grave lo que le paso a mi hijo?-hablaba con una cara totalmente preocupada y llena de culpa- por favor examinelo -dijo, y dicho eso el doctor, recostó a Gumball en una camilla revisándolo.

Tranquila señora, su hijo solo sufrió un desmaye temporal por el fuerte golpe a la cabeza que se dio y una pequeña fractura en su pies derecho, por lo que le pondré un yeso- anotaba cosas en una libreta- despertara al cabo de media hora, por mientras hay que dejarlo descansar, yo le pondré el yeso en la pierna mientras ustedes pueden esperar en la sala de espera -decía mientras arrancaba la hoja de papel de su libreta- el estará con dolores de cabeza por una semana, o quizás menos. tenga - le extendió un papel con letra ilegible. Seguramente con las recetas de las medicinas.- estos medicamentos le podrían servir para el mareo y el dolor constante de cabeza -hablo con una sonrisa tranquilizadora. Pero como iban las cosas, aun así no brindaba paz o calma en Nicole - espere afuera por favor le ordeno a Nicolás, quien salio cabizbaja aun con la culpa carcomiendole por dentro-

~Tsk... Que pensaba con regalarle un perro.... ¡UN MALDITO PERRO! , después de todo somos mitad gato, como no lo pensé antes.... Que tonta soy, pero ahora dejare a Gumball sin su regalo... ¿Tendré que comprarle un animal mas tranquilo?, tendría que preguntarle a Gumball, que tipo de animal quiere o una consola nueva... No lo se...~

El increible mundo de GumballDonde viven las historias. Descúbrelo ahora