Atentamente, tu Alex || en corrección ||

DOMINGO 3

00:10 Vaya mierda de fiesta. La verdad es que solo llevaba un minuto en ella y era una mierda total. Tan solo llegar ya había perdido a mis amigos que habían ido a por bebidas y a mí ese "rollo" no me iba tanto desde hacía mucho tiempo, pero que si me veía obligada por la sociedad tampoco iba a reprochar. Di vueltas por toda la casa, era realmente grande, pero todo era lo mismo en todas partes. Demasiada gente borracha. El objetivo de beber hasta no acordarse, ¿cuál era? Porque si te lo pasas genial, pero después no te acuerdas no sirve de nada pasártelo bien. Por eso hazlo en casa y mira una peli, así la podrás volver a ver sin saber el final. No lo he intentado nunca, pero a lo mejor algún día con mis amigos... quién sabe.

En toda esa multitud de hormonas moviéndose por ahí estaba mi hermana. La cual era la reina del lugar, pero en parte eso le costaba su rato. Se había duchado cuatro horas antes, luego para encontrar el modelito y después maquillarse, peinarse y se fue una hora antes porque según ella, también había organizado la fiesta y tenía que acompañar a los invitados, debía estar al lado de Alex. Y aunque no hiciera nada de todo esto seguiría siendo la reina del lugar. Y con eso me refiero a que:

1. Donde la mayor acumulación de tíos, ahí estaba ella. Solo había un prototipo de chico porque ella era así y aunque no lo dijera, cada uno sabía si se podía acercar o no.

2. No iba borracha, ni había olido el alcohol nunca. Solo lo aparentaba. Chica lista. Mi hermana tenía que mantener un tipo, pero sabía los riesgos que había, así que siempre iba con una petaca de color rosa del Urban Outfiters y hacía ver que bebía de allí, aunque a lo mejor llevaba agua o algún refresco.

Yo no pintaba nada allí, pero mi hermana me había obligado desde la distancia. Me había acosado por todas las redes sociales porque llegaba un par de horas tardes. No es mi culpa odiar esa clase de eventos. Hay mejores maneras de disfrutar de un sábado noche. A veces actuaba como una persona mayor según mis amigos, pero es que a mí depende de que eventos sociales no me iban mucho y menos éstos.

Alguien tocó mi hombro. Y para mis adentros recé tres cosas: La primera que fueran mis amigos, mejor si era David y me decía de irnos de allí. Segunda, que no viniera mi hermana para regañarme y a la vez felicitarme por haberme atrevido a venir. Y la tercera era la que llevaba desde ayer por la noche y que no me había dejado dormir era evitar en cualquier momento el contacto de Alex y si podía ser respirar el mismo aire, pero como era difícil, al menos no estar en la misma habitación. Me giré y allí estaba, respiré hondo.

David estaba allí, nunca me había alegrado tanto de verlo, no habíamos venido juntos a la fiesta porque él tenía que ir con los del equipo de fútbol porque sí, era la típica historia de chica sin amigos conoce a jugador de fútbol-no capitán del equipo-exnovio de tu hermana y se hacen mejores amigos y se lían un par de veces a la semana. Nos conocíamos desde siempre, pero aun así todo había cambiado con el tiempo, para bien o para mal.

- Estás aquí, por favor no me dejes sola en sitios como estos.

- Lo siento Callie, pero es que ya sabes que tengo una obligación social y más si quiero se capitán y todas esas cosas. – Me abrazó, no era mucho más alto que yo, pero si que era robusto, tenía unas grandes espaldas. Me soltó y me cogió de los hombros. - ¿Pero estás bien? – Asentí. Se giró. – Vale pues estamos en la esquina buscándote y luego te he visto por aquí sola. – Saludó con una mano a nuestros amigos, no entendía muy bien como se lo hacía para poder compaginar la vida de los populares con los que no lo son. Y él seguía hablando, pero flojo. Era algo muy suyo, hablaba para sus adentros y luego le preguntabas y decía que nada o luego hablaba demasiado bajo y no le entendías. Me gustaba observarlo, mi hermana tenía razón, no era un chico diez, no era muy guapo ni muy listo, pero había algo de él que me encantaba.