DOMINGO 11

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Fiebre. Era lo único que podía recordar. Mi hermana me había contagiado el resfriado o la gripe. Cualquier cosa que fuese eso, pero me encontraba mal. Vamos, fatal. Cerré los ojos. No podía salir de casa. Un detalle importante, no podía escaparme. Mi madre se aseguró de que no saliera y por eso estaba en la puerta. Y la ventana no era buena idea para alguien que tiene miedo a las alturas, aunque solo fueran dos pisos. Eso de las películas tan típico donde el protagonista sale por la ventana para juntarse con sus nuevos amigos o su pareja, para nada era mi estilo ¿Mi hermana lo habría hecho alguna vez? ¿Realmente al actor le parecía genial tal idea?

Me fui al escritorio y escribí una nota. No, no era para mis padres. Llamé a Bruu. Que por muy raro que fuese vino corriendo y moviendo la cola. Quizá le producía una gran alegría que alguien lo llamase, probablemente. Ahora no era momento de forjar una relación con el perro, ahora no. Dentro de mí sabía que ese perro no era muy listo, que en el fondo era un poco como mi hermana, quería llamar la atención. Eso es lo que dicen, ¿no?, que los perros se parecen a sus amos. Le até la nota y esperé a que se fuera de paseo. Por suerte, mi hermana sería predecible y Alex también. Dani se acercaría y Alex le preguntaría que me pasaba y vería la nota.

Exacto, todo muy predecible. Conocía a mi hermana y sabía cómo lo haría todo. Me la imagino entrando en el parque, el viento moviéndole el pelo, todo a cámara lenta, viendo a Alex de lejos y sonriéndole. Ella acercándose, entonces la cámara haría un plano de Alex, haciendo un zoom lentamente, y ¡pum! No sabía cuál sería su reacción, desde el domingo anterior, tenía miedo, había algo que no me cuadraba y no me gustaba para nada.

El tiempo pasó y de mientras recordé lo que había escrito en la nota, en realidad, solo miré los papeles arrugados de la papelera, solo había un par. Es lo que tiene la perfección, repetí esas 5 líneas hasta que fuera mediantemente o casi perfecto. Y así decía:

Querido Alex,

Espero que, ya que no estoy aquí, no dejes a nadie más sentarse en mi sitio. No quiero que escribas mi nombre, no aún, en el caso hipotético de que te acuerdes de que me lo prometiste, el caso es que quiero estar allí para verlo. Es algo que me impide dormir por las noches de la emoción. No todos los días se le atribuye un banco a alguien. La cosa es que quizá te debo una explicación a cerca de mi cambio. Solo te lo cuento si tú también lo haces.

PD: espero que hayas pillado la ironía, pero en el fondo si me hace ilusión poner mi nombre al lado del tuyo. Sé que no es un gran tema de conversa, pero al menos espero que te haya hecho sonreír y que pienses. Piensa que sería compartir un poco de ti con los demás.

-Atentamente, una Callie enferma.

Y escribí esa nota como si el domingo anterior no hubiese pasado porque en el fondo no quería que se acordara. Bueno, hice alguna que otra anotación sobre ello, quería que ese día se borrara, pero sus palabras seguían retumbando en mi cabeza, era un tema que no quería hablar ni recordar, pero me mataba por dentro no saber que le ocurría. Solo quería que se guardara en un cajón de mi mente. Y quería que él hiciera lo mismo. A pesar de que quisiera almacenarlo en mi banco de memoria protegida, eso existe de verdad está en la Amígdala, una zona del cerebro, aunque no lo parezco soy de ciencias; no podía ser y lo mejor, quizá, era solucionarlo, respuestas a todo aquello. Confusión, era todo lo que podía decir.

Esperar era una mierda. Odiaba perder el tiempo. Llamé a una de mis mejores amigas, Rose para que me trajese los deberes o al menos me dijese que tenía que hacer. Y eso hizo. Una mañana al límite. Suele pasar si te gusta tomar riesgos en tu vida. Ya sabes, para evitar monotonías. Lo más emocionante que pasó fue que me corté el dedo con un trocito de papel. Repasé los apuntes de todas las asignaturas y las horas pasaban lentamente, pero pasaban. El paseo del perro estaba durando más de lo normal y poco a poco, pero después rápidamente me quedé dormida en el escritorio.

Atentamente, tu Alex || en corrección ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora