Habían venido mis abuelos. Eso quería decir que mi hermana se levantaba mucho más temprano para demostrarles lo buena que era en todo. Señores y señoras, Dani Martins a lo grande. Se vestía para ir a hacer deporte, les enseñaba las buenas notas, lo bien que vestía y como ligaba con los chicos. Mi abuelo le daba cuatro palmaditas y la felicitaba. Después bajo yo (como hoy o como las otras veces) justo cuando ellos llegan y en pijama. Los saludo y me voy a desayunar. Mi madre me mataría, pero después mi abuelo me da un abrazo. Me dice que estoy muy guapa y viene a la cocina a hablar conmigo. Y a mi madre se le pasa. Y mi abuela va con mi hermana a hacer cosas de chicas.
-Te has quitado las lentillas. - Asentí y me metí una cucharada de cereales de colores en la boca. - Si quieres que te diga la verdad. Me gusta más así. Ese marrón era muy feo. - Me reí. La manera en que lo dijo. Al poco se rio él conmigo. - Además, tu azul es muy bonito.
- ¿Más que el de Dani? -Mi madre estaba en la cocina. Mi abuelo negó la cabeza, pero me guiñó un ojo. Sonreí. No podía reírme. Mi abuelo puso una de sus caras y los cereales me salieron por la boca.
Estábamos comiendo. Mi abuelo en frente de mí. Dani a mi lado y contando una de sus muchas historias. Mi abuelo y yo empezamos a reírnos. Lo hacíamos cada dos por tres. Eso cabreaba a Dani. Oímos un golpe que venía del piso de arriba.
- ¿Qué ha sido eso? - Preguntó la abuela.
-Voy a mirarlo.
-Déjalo Callie, vamos luego. -Otro golpe. Me levanté y fui a mi cuarto. Miré por la ventana. Esquivé una piedra.
-Para hombre que te has cargado una caja. Todos los collares por el suelo.
- ¿Llevas collares?
-No cambies de tema.
- ¿Por qué no has venido? Me has dado plantón.
-Oooh pobre Alex, le han dado plantón. - Levantó su dedo corazón. Sonreí. Mentira, me reí en su cara. - Están mis abuelos. No podía salir.
- ¿Después podrás?
-No creo.
-Está bien. Bonito jersey.
Y se fue. Que tío más raro. Bajé las escaleras. Cuando llegué al comedor picaron a la puerta.
- ¿Que eran esos golpes? - Mi madre.
-El viento ha tirado unas cajas de mi cuarto. Ya he cerrado las ventanas. - Me senté.
-Yo siempre le digo que cierre las ventanas. - Mentirosa.
-No mientas Dani.
Mi padre abrió la puerta y de allí salió Alex.
-Hola señor Martins.
- ¿Tú otra vez aquí? - Llevaba puesta una sonrisa tan falsa como el color marrón en mis ojos o los suyos. Llevaba las lentillas. Yo me las había quitado.... Por...- ¿Qué quieres?
-Su hija me invitó un día a comer y ahora estaba pasando por el barrio y he...
- ¿Cuál de las dos? - Mierda.
-Dani. - Me dolió. No quería que me dijera. Tampoco quería que fuese Dani. La aludida se levantó y fue a abrazar al chico. Mi madre fue a buscar un plato, unos cubiertos y un vaso. Un acto que parecía en ella rutinario, monótono. Como si lo que hiciera fuese de costumbre, quizá mi hermana había traído a tantos chicos a casa que todo era pura rutina.
Entró y lo miré mal. Dentro de esa casa, mi casa, no conocía a ese tío. Era como otro ligue de mi hermana. Por tanto, pasaba de él olímpicamente. Vamos, lo
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Atentamente, tu Alex || en corrección ||
Short StoryCallie Martins, una chica con amigos que vivía bajo la sombra de su hermana. Solo necesitaba una fuga de escape. Alex Hudson, un chico sin amigos que vivía en un mundo lleno de conocidos. Solo necesitaba... él sabía que necesitaba. Un parque lleno d...