DOMINGO 13

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Habían venido mis abuelos. Eso quería decir que mi hermana se levantaba mucho más temprano para demostrarles lo buena que era en todo. Señores y señoras, Dani Martins a lo grande. Se vestía para ir a hacer deporte, les enseñaba las buenas notas, lo bien que vestía y como ligaba con los chicos. Mi abuelo le daba cuatro palmaditas y la felicitaba. Después bajo yo (como hoy o como las otras veces) justo cuando ellos llegan y en pijama. Los saludo y me voy a desayunar. Mi madre me mataría, pero después mi abuelo me da un abrazo. Me dice que estoy muy guapa y viene a la cocina a hablar conmigo. Y a mi madre se le pasa. Y mi abuela va con mi hermana a hacer cosas de chicas.

-Te has quitado las lentillas. - Asentí y me metí una cucharada de cereales de colores en la boca. - Si quieres que te diga la verdad. Me gusta más así. Ese marrón era muy feo. - Me reí. La manera en que lo dijo. Al poco se rio él conmigo. - Además, tu azul es muy bonito.

- ¿Más que el de Dani? -Mi madre estaba en la cocina. Mi abuelo negó la cabeza, pero me guiñó un ojo. Sonreí. No podía reírme. Mi abuelo puso una de sus caras y los cereales me salieron por la boca.

Estábamos comiendo. Mi abuelo en frente de mí. Dani a mi lado y contando una de sus muchas historias. Mi abuelo y yo empezamos a reírnos. Lo hacíamos cada dos por tres. Eso cabreaba a Dani. Oímos un golpe que venía del piso de arriba.

- ¿Qué ha sido eso? - Preguntó la abuela.

-Voy a mirarlo.

-Déjalo Callie, vamos luego. -Otro golpe. Me levanté y fui a mi cuarto. Miré por la ventana. Esquivé una piedra.

-Para hombre que te has cargado una caja. Todos los collares por el suelo.

- ¿Llevas collares?

-No cambies de tema.

- ¿Por qué no has venido? Me has dado plantón.

-Oooh pobre Alex, le han dado plantón. - Levantó su dedo corazón. Sonreí. Mentira, me reí en su cara. - Están mis abuelos. No podía salir.

- ¿Después podrás?

-No creo.

-Está bien. Bonito jersey.

Y se fue. Que tío más raro. Bajé las escaleras. Cuando llegué al comedor picaron a la puerta.

- ¿Que eran esos golpes? - Mi madre.

-El viento ha tirado unas cajas de mi cuarto. Ya he cerrado las ventanas. - Me senté.

-Yo siempre le digo que cierre las ventanas. - Mentirosa.

-No mientas Dani.

Mi padre abrió la puerta y de allí salió Alex.

-Hola señor Martins.

- ¿Tú otra vez aquí? - Llevaba puesta una sonrisa tan falsa como el color marrón en mis ojos o los suyos. Llevaba las lentillas. Yo me las había quitado.... Por...- ¿Qué quieres?

-Su hija me invitó un día a comer y ahora estaba pasando por el barrio y he...

- ¿Cuál de las dos? - Mierda.

-Dani. - Me dolió. No quería que me dijera. Tampoco quería que fuese Dani. La aludida se levantó y fue a abrazar al chico. Mi madre fue a buscar un plato, unos cubiertos y un vaso. Un acto que parecía en ella rutinario, monótono. Como si lo que hiciera fuese de costumbre, quizá mi hermana había traído a tantos chicos a casa que todo era pura rutina.

Entró y lo miré mal. Dentro de esa casa, mi casa, no conocía a ese tío. Era como otro ligue de mi hermana. Por tanto, pasaba de él olímpicamente. Vamos, lo

Atentamente, tu Alex || en corrección ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora