Después de un tiempo de estar charlando, reír etc.. Sonó el timbre para entrar a la clase, todos nos levantamos de la mesa y tomamos nuestras cosas, echamos a caminar todos hacía los pasillos, allí nos despedimos de nuevo y Dániel me despidió con un lindo y cálido beso en la mejilla, me sonrojé, ya estaba empezando a sentir "Mariposas en el estómago" como dice la gente qué está enamorada. Karla y yo entramos, las horas pasaron rápidas, más a mi favor, me iré más rápido 12:30 sonó el timbre para salir, Karla y yo salimos del salón está vez nos dirigimos hacía las gradas, cuando llegamos estaban esa chica Ambar y sus dos amigas, me parecía raro de qué ella sólo se la mantuviera con dos chicas todo el tiempo, ella era la más popular de toda la preparatoria, Ambar nos miraba a Karla y a mi con una cara de odiosidad, qué me irritaba.
Karla y yo nos quedamos sin decir nada, sólo mirábamos a los chicos qué jugaban Futbol en su tiempo libre de clases, entre ellos Dániel, mis ojos sólo se posaban en él, veía como sus pies se movían de un lado para otro junto con el balón, como las gotas de sudor recorría todo su cuerpo, su cabello se movía junto con el viento era Hermoso contemplarlo.
Oye, Lau, hey.-Dijo Karla moviendo su mano en frente de mi al ver qué estaba lela mirando a un punto fijo.
Qué, qué pasa?.-Pregunté al despistarme.
¿Qué tanto miras?.-Pregunto tratando de topar con su mirada el punto que veía fijo.
Nada, nada.-Excusé.
No me engañas, dime, qué es.-Respondió ella tratando de entrar más al tema.-No me digas qué es Dániel lo qué mirabas con tanto interés.-Dijo ella subiendo y bajando las cejas.
Para nada.-Negué con la cabeza.-Ya vámonos faltan 2 minutos para qué suene el timbre para entrar a clases.
Vamos.-Rió.
Las dos nos levantamos y nos dirigimos a nuestro salón de clases, dos minutos después sonó el timbre, empezaron a entrar todos a clase, y entró la profesora dio su clase, está vez si me interesaba pues la clase era de "Recursos Humanos" y esa era la profesión qué quería estudiar para algún día ser Abogada, aun qué me gusta el patinaje desde qué estaba muy chica. 1:35 ya era la hora de la salida, al fin me iría a casa. A penas sonó Karla y yo nos dirigimos a la puerta principal para salir de rumbo a casa. Cuando iba a abrir con mi mano la puerta Dániel se coló haló la puerta y nos cedió el paso a Karla y a mi.
Adelante.-Dijo él.
Gracias.-Respondí al pasar.
De nada.-Me guiñó el ojo y me sonrió.-¿Qué tal sí vamos a comer helados?.
No, no gracias.-Respondí bajando la mirada.
¿Porqué?.-Preguntó él.
Nada, sólo qué no.-Respondí.-No quiero.
Oye.-Habló el tomando mi mentón.-¿Porqué?, dime la verdad, sólo quiero qué te diviertas. Es para qué empieces a conocer la ciudad, es por cortesía de mi parte.
Es qué, no te conozco muy bien.-Respondí negando con la cabeza.-Así qué no.
Oh, vamos.-Respondió el con puchero.-Por favor.
No.-Afirme.
Por favor.-Insistió.-Por favorcitooo.
Está bien ya.-Exhalé.-Iré a comer helados contigo, pero sólo a eso.
Yes!.-Dijo él victorioso.-Gracias.-Respondió y me besó en la mejilla.
Mi corazón latía a mil, cada segundo más rápido, él no sé qué tenía, primera vez qué siento eso y la verdad no me gusta para nada, vi como lastimaron a mi Mejor Amiga una vez y de verdad no quiero qué eso suceda conmigo está vez.
Vamos, acá hay un taxi.-Habló Santiago.
No.-Afirmé.-Iré a comer helados con Dániel un rato, es por cortesía de su parte.-Rodé los ojos.
Dániel sólo asintió con su cabeza.
Un momento.-Dijo Santiago.-Quien te cedió el permiso para ir a comer helados?.
Emh, ¿Yo?.-Respondí.
Yo soy tu hermano mayor, no vas sin mi.-Afirmó Él.
En serio.-Respondí.-Ya deja de hacer esas cosas, me molesta.-Crucé los brazos.
Ok, ok.-Rió.-Ve. Y a ti, más te vale qué me la regreses completa.-Le afirmó con su dedo a Dániel.
Tranquilo hermano.-Dijo dániel escudándose.-Sólo iremos a comer he-la-dos.-Dijo el en sílabas.
Está bien.-Respondió Santiago.-Nos vemos en casa enana.-Sacudió mi cabello y abrió la puerta de el auto para entrar a él con Karla.
Idiota.-Respondí rápidamente y acomodé mi cabello.
Dániel y yo nos dirigimos al paradero de taxis donde agarraríamos uno para llegar más rápido a la heladería. Nos tomamos 10 minutos en llegar allá luego de estar en frente del local, Dániel le pagó al chofer y nos bajamos y nos dirigimos a la heladería.
¿Qué sabor quieres?.-Preguntó Dániel mirando todos los sabores qué habían detrás de él vídrio.
Emh, los quiero TODOS.-Respondí.
Princesa, lo máximo son tres sabores en uno.-Respondió riendo.
Ah, si.-Reí.-En ese caso quiero Menta, Fresa y chocolate.
Está bien.-Respondió.
Dániel le informó al señor qué vendía los helados los sabores qué queríamos, le pagó y junto conmigo nos sentamos en una banca qué estaba en una plaza frente a la heladería.
ESTÁS LEYENDO
Él chico de al lado.
RandomLauren Bread, una chica tímida pero a la vez divertida, hace todo lo posible para ver feliz a su familia y amigos, se muda a un nuevo país pero la noticia no le cayó muy bien al principio, no sabía que encontraría allí, pero el tiempo la hizo cambia...