Capìtulo 10

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En esta señor.-Hablò Santiago al estar frente a la preparatoria.

El señor asintiò con la cabeza, nos bajamos del auto y Santiago le cancelò caminamos hacìa la entrada y no habìa nadie por los pasillos visualizamos al entras.

Ya sonò èl timbre de entrada.-Hablò Karla.-Vamos Lau.-Dijo ella tomàndome del brazo obligando me a caminar.

Ok, nos vemos chicas.-Dijo Santiago mientras corrìa a su salòn.

Karla y yo entramos a clases, ya estaban todos allì, todos posaban la mirada en nosotras dos, hasta la profesora.

Buenos dìas.-Dijo Karla a la profesora algo agitada.

Hasta què al fin llegan.-Hablò normal la profesora.

Sì, lo sentimos es què...

Tomen asiento, no tengo tiempo para sus excusas.-Interrumpiò la profesora.

No es què no son excusas.-Exclamè.

Como sea, tomen asiento.-Finalizò.

Karla y yo tomamos nuestros respectivos asientos, la clase aburridìsima como siempre lo ah estado, la profesora de Recursos Humanos es algo vanidosa y extricta pero como esa era la profesiòn què querìa estudiar pues no me quedaba màs remedio què soportarla, las horas se pasaron volando, mejor para mì, sono èl timbre 10:30, salimos todos del salòn y junto con Karla nos dirigimos a las gradas, allì nos encontramos con Dàniel y Santiago, estaban hablando con dos chicas, no me extrañaba de Santiago què hiciera "Amigas" muy ràpido.

Hey, chicas por aquì.-Gritò Dàniel para què fueramos hacìa allà.

Ya nos cacharon.-Exhalè.

Sì.-Karla riò.

No quiero ir.-Halè el brazo de Karla para què no fuera hacìa llà.

¿Porquè?.-Preguntò.

Es què no sè, no quiero.-Exlamè.

Por favor, vamos.-Insistiò Karla.

No.-Rodè los ojos.-Mira quieres helado?.-Preguntè al ver un heladero què pasaba por la cancha.

No, quiero.-Dijo ella serio.

Por Dios.-Karla.-Rodè los ojos.

Lauren, allà hay dos chicas màs, hagamos amigos(as) no pretendo estar todos los años acà sin ningùn amigo(a).-Hablò ella.

Pero me tienes a mi.-Exclamè señalàndome a mi misma.

Lo sè, pero màs, quiero màs.-Exclamò ella.

Està bien vamos.-Me digne a ir.

Caminamos hacìa donde estaban Santiago, Dàniel y las dos chicas.

Hola.-Saludò Karla.

Hola què tal.-Dijeron las chicas.

Hermanita y Amiga.-Dijo Santiago pasando sus brazos sobre nuestros hombros.-Ellas son Valeria y Victoria son unas nuevas compañeras de clases, son amistosas.

Hola.-Saludè y Karla sòlo asintiò con la cabeza.

Y chicas.-Dijo Dàniel refirièndose a Valeria y a Victoria.-Ellas son Lauren y Karla.

Las chicas saludaron y empezaron de nuevo a hablar con Santiago y Karla.

Hola.-Dijo Dàniel acercandose a mi.-¿Como amaneciste?.

Hola.-Respondì algo nerviosa.-Bien gracias ¿Y tù?.

Bien, ahora què te veo.-Respondiò algo cariñoso.

Si claro.-Bufè.

En serio.-Riò.-Oye.. Sobre lo de ayer.-Dijo tomando mi mano y obligando a sentarme junto a èl un poco apartado de los chicos en las bancas.

Lo de ayer.-Respondì normal.

Sì lo de ayer.-Asintiò con la cabeza y riò.-Lo siento.

Lo sientes porquè?.-Preguntè algo desilusionada.

Por èl beso, te lo di sin importar què, es què se en ese momento sentì como si fueramos los ùnicos en el planeta, sentì què volabamos, estabamos tan cerca què podìa sentir tù tìbia respiraciòn sobre mi boca, tu aroma tan dulce.-Hablò èl muy amoroso.-Y tus ojos.-Dijo èl tartamudeando.-Son preciosos, quemaban los mìos. Y

Oye, un segundo.-Interrumpì.-Porquè me dices todas estas cosas, la verdad es què no quiero ilusionarme contigo y luego ver què no eres la persona què creìa y..

Ssh.-Dijo èl poniendo su dedo en mis labios.-No soy de esos, no ilusiono a las chicas y luego las dejo, no vengo a ti con malas intenciones de verdad.-Hablò èl.

Està bien.-Exhalè y bajè la mirada.

Oye.-Dijo èl tomando mi mentòn obligandome a mirarlo.-Me crees?, porquè es importante para mì què lo hagas.

Sì, si.-Mentì.-Confio en ti.

Està bien.-Me dio un beso en la mejilla.-¿Quieres una soda?.

Sì, gracias toma.-Dije dàndole el dinero.

No como crees.-Dijo èl devolvièndome èl dinero.-Yo invito.

No, claro què no.-Exclamè.-Eres un chico no un cajero automàtico.-Chistè.

Lo sè, pero yo invito.-Dijo levantàndose.

Està bien pero sòlo por esta vez.-Dije cruzando los brazos.

Sì claro.-Hablò sarcàsticamente.-Vamos?.-Estirò su mano para tomarla.

Sì, vamos.-Sonreì.-Tomè su mano y nos dirigimos a la barra donde vendìan las sodas, tomados de la mano, me sentìa en el cielo, su mano era suave, ìbamos caminando y yo alzaba la mirada cada segundo de re ojo producto de què era unos centìmetros màs alto què yo, èl tambièn lo hacìa, pero pensaba què no lo cachaba algunas veces haciendo eso.


Él chico de al lado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora