Capìtulo 8

757 44 5
                                    

Y... ¿Porquè se mudaron aquì?.-Preguntò èl mientras lambeaba su barquilla. 

Bueno, papà querìa tener un empleo mejor, què le beneficiara màs a èl y a nosotros, por esa simple razòn, ademàs la seguridad ya no era tan buena donde vivìamos.-Respondì algo desinteresada del tema.

Ah, bien.-Respondiò miràndome fijo a los ojos.

Què?, què tengo.-Preguntè al verlo asì.

Nada.-Sonriò.-Es què eres hermosa, la chica màs hermosa del planeta dirìa yo.

No, para nada.-Respondì tartamudeando.-No exagères.

Es què, no exagero.-Respondiò èl negando con la cabeza.-Lo digo en serio. 

Para nada, nadie se enamorarìa de mì.-Bajè la mirada.

Hey.-Dijo èl tomando mi mentòn obligàndome a què lo mirara a los ojos.-Què no te has visto en un espejo Lauren?.

Claro pe...

Eres hermosa.-Me interrumpiò por completo y exclamò.-Me sorprende què no tengas a un chico aùn.

Por favor.-Dije.-No hablas en serio.

Para nada.-Exlamò.

Guardè silencio por unos segundos para ver si cambiaba de tema, no querìa enamorarme con sus palabras, ademàs no necesito a un chico para ser feliz. Pero a la vez, me encantaba què me dijera eso, me hacìa sentir importante para èl.

Què te comiò la lengua el ratòn?.-Preguntò riendo leve.

No.-Reì.-Idiota.

Los dos reìmos y comimos nuestras barquillas.

Pop.-Dijo èl al hecharme una pequeña pisca de helado con su dedo en mi nariz.

Oye.-Reì.

Lo siento.-Dijo entre risas.

Tomè un poco de helado con mi dedo y lo pasè en su mejilla.-Poop tambièn.-reì.

Quiero la rebancha.-Dijo èl chisteando. 

Està bien pero primero alcànzame.-Respondì con la intensiòn de què èl me atrapara.

Echè a correr lo màs ràpido què pude para què no me alcanzara, pero fue en vano, èl era muy ràpido y en cuestiòn de segundos me alcanzò. 

Eres una viva.-Dijo entre risas cuando me tenìa en sus brazos al atraparme.

Primera vez.-Dije al voltearme. Vi como sus ojos azules quemaban los mìos, estàbamos a centìmetros, yo estaba muy nerviosa mi corazòn latìa muy fuerte, tan fuerte què creo què Dàniel los escuchaba.

Y ultima.-Respondiò èl con voz normal pero agitada.

Guardamos silencio los dos por unos segundos, sòlo nos mirabamos entre sì fijos a los ojos. Cada vez màs habìan menos centìmetros entre nosotros, estabamos tan cerca què sentìa su tìbia respiraciòn sobre mi boca, y en cuestiòn de segundos èl acortò los ùltimos centìmetros què habìa entre nosotros y sin maàs preàmbulo me besò. Sus labios eran dulces,estaban mojados me besaba lentamente mientras tomaba mi mejilla con su mano y la acariciaba, me encantò.

Es tarde.-Dije luego de despegarme del beso.

Ya tienes què regresar?.-Preguntò con voz aguda.-Tan ràpido.

Sì.-sonreì.-Le prometì a mamà ayudarla un poco con el aseo de la casa.-Mentì.

Entiendo.-Exhalò.-Vamos.

Vamos.-Respondì.

Empezamos a caminar hacìa casa ya què estaba a la vuelta de la esquina, en el camino los dos guardamos silencio, ninguno se digno a hablar de lo què habìa pasado entre nosotros. Al llegar a casa sè encontraban Abraham y Àdam en la puerta junto con Santiago de seguro hablaban. Luego de llegar invitè a Dàniel a pasar para què se refrescara un poco.

Oye, oye.-Dijo Abraham.-No saludas.-Me tomò del brazo.

Suèltame por favor.-Respondì y saquè mi brazo bruscamente.-Hola.-Dije en general.

Asì està mejor.-Dijo Abraham sonrièndome.-Hola.

Asentì con la cabeza y rodè mis ojos, al entrar Dàniel miraba mal a Abraham no sè porquè o tal vez sì, luego de unos segundos no le dimos importancia al asunto, reìmos, carcajeàmos, charlamos al parecer, nos llevabamos muy bien juntos. Dàniel pasò en buen rato conmigo en mi casa, no le prestò atenciòn a mi hermano, ni a sus amigos, incluso, ni al retrato què mamà pintò en una clase de arte, es muy llamativo todo èl què pasaba lo veìa en la casa anterior. Sòlo fijaba su mirada en mì, en mis ojos, me decìa muchas cosas lindas cada minuto, de nuevo, eso me hacìa sentirme importante para èl pero en realidad no estoy segura sì èl se siente importante para mì. 

Tomamos èl jugo.-Debo irme.-Exlamò èl al ver su reloj.

9:50, sì debes irte.-Respondì luego de mirar el reloj de la pared a mi derecha.

Bueno nos vemos princesa.-Hablò èl, sè levantò y me diò un pequeño y càlido beso en la mejilla.-Te enviarè un texto.-Guiñò èl ojo.

Està bien.-Sonreì.-Te acompaño.-Me referì a acompañarlo a la puerta, sè què no se perderìa pero por cortesìa "cor-te-sì-a".

Bueno, vamos.-Respondiò èl.

Caminamos hasta la puerta la abriò y por fin saliò.

Adiòs.-Grito despidìendose tambièn con su mano.

Adiòs.-Le volvì a gritar. 

Gritàbamos como locos, es como si su casa estuviera tan lejos de la mìa y sòlo està a dos casas de aquì, en fin nos divertìa a los dos ser asì, èl entro a su casa y yo entre de nuevo a la mìa, cerrè el manòjo con llave y apaguè las luces, subì hacìa la planta de arriba, me dirigì al cuarto de Santi, dormìa, al de Karla, dormìa, al de mis papàs, tambièn dormìan, al parecer, era la ùnica què estaba aùn de pie. Entrè a mi habitaciòn y me di una ducha con agua caliente, tomè mi cabello e hice una coleta alta para no mojarlo, durè 10 minutos en la ducha lo què me gustaba, salì y me coloquè ropa còmoda, cepillè mis dientes y salì de la ducha, me recostè en mi cama entre todas las almohadas y sàbanas y me curruquè en ellas, producto del frìo què habìa en mi habitaciòn, me quedè acostada boca arriba envelesida mirando èl techo, cosas vinieron a mi mente, pensè en lo què sucediò hoy entre èl y yo, no lo conocìa muy bien pero ya empezaba a sentir cosas, tenìa què parar eso de una manera u otra, o tal vez no, sòlo le dejarìa correr estaba muy confundida, luego de despejar mi mente recordè què Dàniel me enviarìa un texto, me quedè esperando el texto con ansìas pero, nunca llegò asì què me quedè dormida.





Él chico de al lado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora