En esta ocasión los caminos de Jade y Sebastian se han separado por un tiempo indefinido.
Ahora Jade empezara su nueva vida en la Universidad Oxford conocerá nuevas personas buenas, malas y neutrales, vera a sus viejos amigos o ¿enemigos?, se encon...
Caminamos un poco por Central Park hasta que el crepúsculo nos alcanzó, entre esos caminos del parque encontramos un acto con luces de neón, por un ratos nos quedamos ahí viendo ya al final del acto uno de los actores tomo un balde lanzando el contenido al público, entre los cuales estamos nosotros, al abrir mis ojos varios de los espectadores estamos cubiertos con pintura neón, mire a Sebas el cual soltó una carcajada, en seguida me uní a esta.
Seguimos nuestro camino brillando en la oscuridad, el me acompaña al departamento, al entrar al edificio el gerente se dio cuenta de nuestro brillo en la oscuridad y de inmediato nos cuestionó con un: "Joven, Señorita ¿Qué les sucedió?". Al escuchar esto solté una risa mientras Sebas trato de explicarle entre risas nuestra aventura; sin mas interrupciones llegamos al penhouse metí la tarjeta en la cerradura abriendo de inmediato la puerta, atrás de mi entro Sebas mientras yo grito un "¡Ya llegue!", pero nadie me contesta, así que ambos fuimos a la sala sentándonos en el sofá grande, después de nuestra larga caminata, ya no soporto estos tacones.
- ¿Te quedas a cenar Sebas? – amable – solo que no tengo comida así que tendríamos que pedir algo.
Sonríe asintiendo – me quedo no importa – piensa - ¿Y adonde quieres llamar? – curioso.
- No se, no se me antoja nada – lo mira.
- ¿Te gusta la comida china?
- Un poco, aun que casi no la como – comenta mirando la televisión.
Sonríe - ¿Quieres cenar eso? Porque yo si – trata de hacer el ambiente menos tenso.
Ríe – si, sería bueno – cruza las piernas.
- Entonces llamaré – busca su celular sin éxito - ¿Aun tienes mi celular? – la mira para confirmar.
- Si – pícara – toma – le da el aparato.
El medico marco al restaurante haciendo la orden y dando la dirección con la ayuda de Jade, al acabar la llamada miro a la bioquímica para explicarle cuanto se tardarán en traer la comida.
- Llegaran en media hora – relajado.
- Es mucho – sufre – tengo mucha hambre.
Sonríe – yo también – la mira – ¿y si prendemos la T.V.? – ella asiente.
- ¿Y que pediste? – intrigada.
- Cuando llegue te diré – misterioso.
Prendimos la T.V. cambiándole a todos los canales hasta encontrar un película de suspenso, muy buena por cierto, de inmediato nos metimos en la película.
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